Teatro: Instrucciones para caminar sobre el alambre. Sala Teatro Cuarta Pared

La Sala Cuarta Pared nos ofrece la posibilidad de ver Instrucciones para caminar sobre el alambre; la segunda parte de la Trilogía negra que se inició con Nada que perder, obra que también están representando en la actualidad. Si en la primera parte se incidía en la corrupción política y sus consecuencias en esta segunda se habla de la precariedad laboral y personal en la que la sociedad nos obliga a vivir.

 



Pocas veces he entrado en una sala con las expectativas tan altas tras haber visto Nada que perder. Lo primero que llama la atención es la disposición del espacio escénico que para esta obra se encuentra en el centro y está rodeado de espectadores por tres lados.

También nos llama la atención que frente a la tranquilidad habitual de acceder y acomodarse en el asiento nos reciben los actores realizando una serie de movimientos repetitivos con la misma intensidad que a lo largo de la representación.

La Historia tiene como eje central a Alba una joven que un buen día desaparece sin dejar rastro. Nadie ni siquiera su familia tiene la menor idea de lo que le ha pasado. Su madre y su hermano denuncian su desaparición. Alba está muy unida a ellos, con los que cuenta para llevar a cabo un proyecto que “les cambiará la vida”, una granja ecológica y sostenible cuya principal fuente de energía serán las bicicletas.

A la vez que acompañamos a su familia en la desesperada búsqueda, vamos conociendo gracias a ellos como es Alba, como era su día a día, sus inquietudes, sus sueños. Es la historia de Alba y su familia, pero bien podría ser la historia de cualquiera de nosotros y de nuestras familias. La lucha por salir adelante, por sobrevivir a un mundo donde el talento y el esfuerzo no son garantía de “éxito”. Donde la precariedad laboral nos enfrenta a una vida sin futuro, sin esperanzas.

 


Una lucha que ya no es por sólo por salir adelante sino por no caer en la resignación y la desesperación.

Con un guiño al “tercero” de Nada que perder, a lo largo de estas Instrucciones nos van dando una larga lista de recomendaciones sobre qué hacer, como actuar y que no hacer en caso de que un ser querido desaparezca.

La obra es una sucesión de acontecimientos fragmentados con saltos en el tiempo (hacia adelante y hacia atrás) que nos ayudan a hacernos una idea de como es la vida de Alba.

En Nada que perder se ponía el acento en la corrupción política y sus consecuencias, fundamentalmente para los implicados (políticos, funcionarios, periodistas, abogados…). En Instrucciones para caminar sobre el alambre se da una vuelta de tuerca más y nos muestran como las consecuencias de esa corrupción en mayor o menor medida las acabamos pagando todos.

 


Vemos como los que menos culpa tienen son los principales afectados. Familias enteras malviven con trabajos cada vez más precarios, con sueldos miserables y teniendo -como en el caso de Alba- que realizar varios “trabajos” para poder llegar a fin de mes. Todo ello a costa de su salud, de su futuro y de su vida.

Pero siempre encontramos gente anónima que no se resigna, que lucha, que busca alternativas y maneras de salir adelante con dignidad, con mucho esfuerzo, pero con dignidad. De hecho, nos encontramos por primera vez con una enorme cantidad de personas que son pobres pese a tener trabajo

Es un sobresaliente reflejo de la sociedad que nos ha tocado vivir (o sobrevivir). No ya centrado sólo en el ámbito laboral sino en otros condicionantes que irremediablemente nos van marcando cada día y cada momento. El acoso, la precariedad, la vivienda, una educación pública que lejos de ser el mecanismo corrector en pos de la igualdad de oportunidades se está dejando morir. Al igual que los hospitales, la sanidad.

 


Las distintas situaciones por las que vemos que se ve obligada a pasar Alba, lejos de ser una parodia, por lo absurdas. Más si tenemos en cuenta que se supone que vivimos en un país “desarrollado”.

Alba ha de salir adelante en una familia sin su padre. Con una madre que trabaja limpiando y haciendo camas en un hospital y con un hermano universitario que trabaja limpiando las alcantarillas y cuya única esperanza son los concursos de televisión.

Como bien le indica el médico al que la madre de Alba acude a consulta “su problema no lo cura un médico, lo cura un sindicato”.

Impecable el texto de Quique Bazo, Yeray Bazo, Juanma Romero y Javier G. Yagüe. Con la misma rotundidad y claridad que Nada que perder nos adentran en las entrañas de nuestra sociedad no sólo para enseñárnosla, sino para hacernos reflexionar sobre como enfrentarnos a los retos que se nos presentan cada día. 

 


Para Instrucciones para caminar sobre el alambre la Compañía estuvo durante algo más de un año recopilando documentación sobre la temática que se aborda y a lo largo de 2019 le dieron forma al texto.

Extraordinaria la dirección de Javier G. Yagüe que ha creado con gran maestría una obra tremendamente compleja tanto por la temática como por el frenético ritmo al que se desarrolla la obra a lo largo de toda su realización. No da nada de tregua. Muy original los saltos en el tiempo que nos van acerando a Alba y lejos de confundirnos nos ayudan a comprender mejor su vida.

Con momentos inolvidables como el entrenamiento en la bicicleta o el trabajo contra reloj para conseguir sacar adelante la campaña publicitaria.

 


El resultado es una obra intensa, muy intensa y con un ritmo salvaje.

En seguida empatizamos con Alba y sus circunstancias, pero con la suficiente distancia para que podamos sacar nuestras propias conclusiones y no nos enfrentemos ante situaciones similares llevados únicamente por la emoción y los sentimientos.

Como señalaba al principio ya al entrar nos sorprende la escenografía ya que no suele ser habitual que esté en el centro de la sala con público en tres lados. No hay un solo escenario de hecho, podríamos decir que toda la sala lo es. En cualquier esquina se desarrolla alguna de las escenas y situaciones.

Monika Ruhle es la responsable del montaje escénico, impecable como se van sucediendo el montaje y desmontaje de cada escena mientras seguimos recibiendo consejos sobre que hacer en caso de desaparición.

 


Mariano Polo es el responsable de la iluminación que confluye a la perfección con el ritmo implacable que la obra pide en cada momento.

En cuanto al elenco junto a los también protagonistas de Nada que perder están Salvador Bosch (que sustituye en este reestreno a Aitor Satrústegui) que da muestras de su enorme versatilidad en los innumerables papeles que interpreta, especialmente el enfermo terminal que con enorme dulzura se enfrenta a sus últimos días.

Rosa Manteiga es entre otras la madre de Alba que refleja a la perfección el sufrimiento de una madre. Junto a ellos repiten los protagonistas de Nada que perder.

Guillermo Sanjuán nos atrapa con la misma contundencia que hizo en Nada que perder, extraordinarios sus distintos personajes donde destaca por encima de todos su papel de encargado de la empresa de publicidad capaz de sacar lo mejor y lo peor de sus trabajadores.

Javier Pérez Acebrón muy solvente sea cual sea el papel que ha interpretar. Con independencia de la intensidad del papel o del texto que ha de interpretar transmite una enorme tranquilidad y seguridad.


 


Finalmente, Marina Herranz, cualquiera adjetivo que utilizara para definir su actuación se quedaría corto. Simplemente ENORME. Ya desde la primera escena entrenando sobre una bicicleta estando lesionada y pese a no poder más, en ese mismo instante ya nos atrapa. A partir de ahí todos y cada uno de los personajes que interpreta es mejor que el anterior, ya sea mostrando a su familia con enorme ilusión su proyecto de granja ecológica. Maravilloso su trabajo en el hospital, sensible a los problemas de los pacientes. Un regalo su papel como becaria en una compañía de publicidad. Podría ir describiendo todos y cada uno de esos papeles, pero es mejor que lo veáis en persona.

Un último apunte en relación al elenco que después de representar la frenética Nada que perder los miércoles y los jueves, han de enfrentarse al trepidante ritmo del alambre los viernes y sábados. Un claro ejemplo de buen estado de forma e intensidad física y mental para hacer doblete. Enhorabuena.

 


En definitiva acercarse a la Cuarta Pared a ver estas Instrucciones es acudir a un espectáculo que derrocha energía, fuerza e intensidad tanto por la contundencia de la dramaturgia como por la actuación de sus protagonistas. Durante su desarrollo no hay pausa y estamos enganchados a la historia de Alba y su familia en todo momento.

 

Una última recomendación, aunque son obras independientes si es posible ver ambas pues se entenderá mucho mejor el conjunto de esta Trilogía Negra.

VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.

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Teatro: Sala Cuarta Pared
Dirección: Calle Ercilla 17.
Fechas: Del 10 de Septiembre al 17 de Octubre. En Septiembre Viernes y Sábados a las 20:00 y Domingos a las 19:00. En Octubre Viernes y Sábados a las 20:30 y Domingos a las 19:30
Entradas: Desde 14€ en CuartaPared. 


Ficha artística y técnica

Dramaturgia: Quique Bazo, Yeray Bazo, Juanma Romero y Javier G. Yagüe.
Intérpretes: Marina Herranz, Rosa Manteiga, Javier Pérez‐Acebrón, Guillermo Sanjuan y Salvador Bosch.
Diseño de iluminación: Mariano Polo.
Diseño de escenografía y vestuario: Monika Ruhle.
Realización de escenografía y vestuario: Cuarta Pared S.L.
Producción, comunicación y distribución: Cuarta Pared S.L.
Producción ejecutiva: Elvira Sorolla.
Dirección: Javier G. Yagüe.

 

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