Comedia y drama, las dos cosas a la vez. Y todo, mezclado, parodiándose a sí mismo. Las cenas de Navidad son un clásico por el que pasamos la inmensa mayoría de los habitantes de este país, un clásico repetido, porque la repetición es la vida ¿Y qué es la vida cotidiana sino la verdadera cantera del humor, del humor blanco y también del oscuro? Pues aquí lo tienen. El humor como una oportunidad para distanciarse de esa misma vida y una herramienta para comprender que nada es para tanto… ¿o sí?
Dirigida por Carles Alfaro, “Ojos que no ven “se trata de la adaptación teatral del corto de Natalia Mateo de 2012, pero desarrollado y con otro tono, donde se cuenta una nochebuena un “poco” diferente de una familia española. Un poco diferente o no…decídanlo ustedes.
Estamos ante una comedia que nos devuelve muchas cosas que se habían quedado atascadas en el cajón de los clásicos del cine español y el teatro de aquella época gloriosa en la que “contra Franco" creábamos mejor...y para mí es muy bien recibida.
En muchas películas y obras de hoy, y que me perdone Almodóvar, yo no termino de sentirme identificado, en cambio ayer me pasó lo contrario. Estaba viendo destellos de mis propias familias y de mí mismo, en un reflejo de la sociedad actual pero con la ironía fina de aquella época grandiosa de nuestra comedia.
Un percance inicial en la cena más familiar del año se convierte en la primera pieza del domino que va sacando a la luz todos los demás conflictos. Estos “asuntillos” comparten un rasgo en común: ocultar la verdad para evitar roces, tensiones acumuladas, heridas no cerradas. Y así, atrapados en un salón dónde alguna no puede entrar, y otros no pueden salir, alguien no puede ver, otra no puede hablar, aquel no puede dejar de beber... de vez en cuando se cantan canciones navideñas (haciendo un guiño más que digno a los musicales) y se habla, se discute constantemente, se llora, se ríe, se miente, se ama, se acaba la vida, se acaba la cena...y se cuenta la verdad.
Una familia normal y anormal como cualquiera de las nuestras, sin necesidad desfiles de Drag Queen para demostrarlo y otros fuegos de artificio… Una familia de risa y de pena como tantas.
En algún momento, muy “berlanguiano”, la obra es brillante y desternillante, con diálogos divertidísimos pero no faltos de profundidad. Nos cuesta arrancar pero la obra crece y crece hasta que alcanza su clímax, después sólo queda despedirse...¿o no?
Nadie está mal entre los actores (cualquiera de sus papeles le habrían venido de perlas no a sólo a José Luis López Vázquez sino a otros tantos de esa generación irrepetible ) pero permítanme que me quede con ellas, con las actrices. La abuela ciega, (Mamen García) parece una Bernarda con gracia que toca el piano y canta, nos tiene veneno y ternura preparadas; Carmen (Mariola Fuentes) la hermana mayor, maniática, neurótica, también es la que carga con todo y con todos, siendo uno de los ejes de la obra y la familia; Raquel, su antagonista, la más histriónica y ridícula, que canta como una soprano, está magníficamente interpretada por Mar Abascal, que estudió canto en la vida real y es igualmente una excelente cómica, alcanza lo sublime y lo esperpéntico por momentos, graciosísima y genial. Esther (María Maroto), obligada por las circunstancias a actuar en silencio, constituye un excelente contrapunto a la ceguera de la abuela, que es su madre, a la palabra envenenada de los demás y a las mentiras que tapan sus verdades. Y sin que por ello no destile la obra su pizquita de dulzura y compasión, que se reparten por igual entre brindis, canciones y visitas al excusado.
Todos, ellas y ellos, construyen un coro en donde nadie deja de actuar cuando no habla, cuando no oye, cuando no ve, incluso cuando no está… y por eso la cuidada puesta en escena rellena sencillamente todo el espacio y acompaña a los personajes y a nosotros como si volviéramos a casa por Navidad . Pero de forma inevitable las verdades van saliendo y coloreando un cuadro de familia donde no resulta difícil verse reflejado.
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Intérpretes (por orden de intervención):
Mamen García
Mariola Fuentes
Javi Coll
Mar Abascal
Jorge Roelas
Álvaro Fontalba
María Maroto
Dirección: Carles Alfaro
Autoría: Natalia Mateo
Escenografía: Alessio Meloni
Vestuario: Sofía Nieto (Carmen 17)
Diseño de Luces: Felipe Ramos
Composición Musical: Albert Sanz
Espacio sonoro: Mario Patxon
Coproducción: Teatros del Canal, Entrecajas Producciones, Teatro Narea, Producciones Come y Calla, S.L
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