El Teatro del Barrio ofrece a lo largo de 4 domingos de mayo, la oportunidad (para aquellos que no la han visto y para aquellos que lo hemos hecho en varias ocasiones) de ver "¡Ay Carmela!"; uno de los mayores éxitos de José Sanchís Sinisterra.
Ay Carmela es la historia de dos actores ambulantes Carmela y Paulino “variedades a lo fino” que se dedican a ir por los pueblos llevando su espectáculo.
Un día por error cruzan la línea del frente y acaban en el bando fascista, concretamente en Belchite, recientemente caída en manos nacionales.
Allí ambos se ven obligados a improvisar un espectáculo para divertir y celebrar la victoria de los sublevados.
Con la prisa de no tener mucho tiempo para ensayar y montar un espectáculo en condiciones, van organizando que actuaciones y cuales no serán idóneas para representarlas delante de los militares.
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Lo que tenía que ser una sencilla obra de variedades da un giro cuando Carmela se envuelve en una bandera republicana en apoyo a un grupo de presos extranjeros que formaban parte de las Brigadas Internacionales. Unos prisioneros a los que se les había concedido ver la actuación como última gracia antes de ser fusilados.
Esta versión de Ay Carmela da un paso más y supone una convivencia entre la vida y la muerte, entre el pasado y el presente. Gracias a saltos temporales somos testigos de la historia de Paulino y Carmela, como fueron sus últimas horas juntos y somos testigos también del presente de Paulino, una vida gris fruto tanto de la situación política de la España franquista, como del hecho de haber perdido a su querida Carmela con la que compartía tanto el escenario como su vida.
Una vida gris que solo se ve alterada por los mágicos momentos en que se le aparece la figura de Carmela.
Paulino hace frente a una situación contradictoria, que se debate entre la alegría de volver a ver a Carmela y el miedo de no estar seguro de si lo que ve es real o un sueño (“si apenas he bebido” le dice la primera vez que la ve).
Desde ese primer encuentro la acción va viajando del presente al pasado, dos realidades que nos muestran lo diferentes que eran ambos. Una diferencia que lejos de separarles les unía más.
Aunque ninguno de ellos era especialmente militante, frente al mirar para otro lado de Paulino – “la política nos da igual, nosotros somos artistas” llega a decir, choca con el carácter más visceral y luchador de Carmela.
La primera vez que se le aparece nos encontramos con Paulino recogiendo una bandera republicana manchada de sangre mientras canta "Suspiros de España". Ha podido salir o escaparse un rato desde dondequiera que se encuentre para poder reencontrarse.
Una vez superada la sorpresa e ilusión del reencuentro Paulino empieza a pedirle explicaciones a Carmela del motivo por el que hizo lo que hizo esa fatídica noche.
Carmela y Paulino son el reflejo de esas personas no militantes, no involucradas en política que lo único que quieren es sobrevivir y salir adelante, pero no pueden permanecer indiferentes ante la nueva situación que se intentaba abrir camino en España y que el golpe de estado y la guerra intentaban evitar.
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Con el tiempo esas mismas personas representan igualmente el sentir de tantos y tantos que sin pertenecer a partidos políticos o sin participar en ellos sufren en sus carnes y en las de sus familiares y amigos, la violencia y la represión del franquismo más duro.
La obra recupera canciones muy vigentes en la época como "Suspiros de España", zarzuelas, canciones de la guerra civil y la emotiva "Ay Carmela".
Se trata de una tragicomedia que cuenta con toques surrealistas y esperpénticos la vida de dos actores en una España también surrealista en uno de los momentos más importantes de su historia y que tanto y tanto han condicionado el devenir de las generaciones futuras.
La escenografía es muy sencilla apenas un gramófono en una esquina y una bandera republicana ensangrentada que acaba tapándolo. Un minimalismo que nos hace centrar la atención en los verdaderos protagonistas de la obra, Carmela y Paulino.
El texto original es de José Sanchis Sinisterra cuyo nombre saltó del teatro al gran público a partir de la versión cinematográfica de Carlos Saura, interpretada por Andrés Pajares, Carmen Maura y Gabino Diego.
Ya entonces Sinisterra llevaba una dilatada carrera llena de éxitos con obras como Tú, no importa quién, La leyenda de Gilgamesh, La noche de Molly Bloom, El gran teatro natural de Oklahoma, Informe para ciegos o Conquistador o el retablo de El Dorado.
Yolanda Porras se encarga de la dirección, una apuesta por un lado valiente por ser una obra muy conocida (sobre todo debido a la adaptación cinematográfica) y es inevitable su comparación con el resto de versiones y por otro que pese a lo dicho no deja de ser un valor seguro.
Yolanda es Licenciada en Comunicación Audiovisual por la UCM y en Interpretación por la RESAD. Es directora y profesora de interpretación. Notable el resultado de su trabajo, destacando la originalidad de continuar la historia de Carmela más allá del trágico desenlace de la obra.
El elenco está formado por Guillermo Serrano y Paula Iwasaki. Ambos fundadores de la compañía Caramba Teatro.
Ambos hacen un extraordinario trabajo interpretativo. Guillermo Serrano desde la ingenuidad y la inocencia del que lo único que quiere es salir adelante y no meterse en problemas. Un personaje dulce y entrañable que nos brinda grandes momentos cómicos en su relación con Carmela.
Junto
a él Paula Iwasaki a la que hemos tenido ocasión de disfrutar últimamente en "Hipatia de Alejandría", "Castelvines y Monteses" en el Teatro de la Comedia o la deliciosa "Tea Rooms". Impecable como Carmela, un personaje muy dual que por un lado nos
muestra su perfil más tierno con Paulino y su empatía y solidaridad con los
presos republicanos que van a fusilar y por otro su cara más luchadora y
guerrera que la llevan a enfrentarse con los golpistas.
Se trata en definitiva de una oportunidad inmejorable que el Teatro del Barrio nos ofrece de disfrutar de una obra imprescindible y a la vez de rendir el homenaje aún pendiente a todas aquellas personas asesinadas, represaliadas o exiliadas y que tuvieron que pasar una vida de silencio, miedo y oscuridad.
VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.
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Ficha artística:
Autoría: José Sanchis Sinisterra.
Dirección: Yolanda Porras.
Elenco: Guillermo Serrano y Paula Iwasaki.
Dirección de Producción: Caramba Teatro.
Escenografía: Caramba Teatro.
Diseño de Sonido: Pablo de la Huerga.
Vestuario: Caramba Teatro.
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