Una cena y una cuenta pendiente. Dos mujeres y un hecho que marcó su vida, y su imagen pública, ambas referentes en la vida política española.
Un recorrido por la vida de dos mujeres esenciales, que cambiarían el curso de la historia. Victoria Kent y Clara Campoamor, dos mujeres luchadoras, dos valientes que en un contexto adverso trabajaron por los derechos de la mujer. Como otras, como tantas, unas más conocidas, de otras nunca conoceremos su nombre. Pero hoy hablamos de Victoria y Clara.
Voces femeninas que comenzaban a alzarse, a conseguir
finalizar estudios superiores, a tomas puestos políticos, cargos de responsabilidad, puestos con toma de decisiones. Mujeres que cambiarían el rumbo de un país, que
darían voz a aquellas que no la tenían, a mujeres que eran sustento, llevaban
el peso de una casa, trabajadoras del campo, madres, cuidadoras, mujeres
silenciadas, que se levantaban en huelga, que peleaban por condiciones
laborales más justas, que salían a la calle y donde hiciera falta. Mujeres que
no eran escuchadas y que de ningún modo tenían derecho al voto. Mujeres todas que son intrahistoria que con su esfuerzo de paso constante y tenaz, siguieron caminando.
Olga Mínguez Pastor ganadora del XI Premio El Espectáculo Teatral, compone un texto inteligente, sencillo, cuasi pedagógico. Ligero para el público ávido por conocer la historia menos conocida de estas dos grandes figuras de la política española y cercano para aquel público que únicamente reconoce a Victoria Kent con el nombre de una calle. Texto de estructura perfecta, dotado de un cariz necesariamente feminista, que se percibe en el respeto a una historia, a la lucha de dos mujeres que abrieron camino, desbrozaron la maleza incrustada a fuego en las entrañas del sistemas por ellas hoy todo es un poquito mas transitable.
Carmen Nieves toma las riendas en la dirección y adaptación del texto, un trabajo necesario, piedra angular para reconocer y reconocernos como parte de un todo, como parte de la historia. Pieza de ritmo templado, bellas discusiones donde el foco está en el fondo y no en la forma, como aquellas veladas interesantes en las que las posiciones contrapuestas finalizaban en el amanecer, con un buen puñado de argumentos y por qué no decirlo, quizá con alguna copa de más.
Abril de 1931, la II República Española, Victoria Kent se alzaría diputada por el Partido Republicano Radical Socialista , Clara Campoamor diputada por el Partido Radical. Se debatía en las Cortes Constituyentes el punto que cambiaría para siempre la historia de un país. La mitad de la ciudadanía no tenía derecho al voto, la mujer. Clara Campoamor subió a la tribuna en un histórico y recordado discurso posicionándose a favor del voto femenino. Victoria Kent por su parte, infería que el voto femenino debería ser aplazado. El 1 de octubre, o más bien el 9 de diciembre el voto femenino ya es parte de la Constitución Española de 1931.
Articulo 36: “Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes”.
La admiración entre ambas mujeres como hilo conductor. Tiffani Guarch en la piel de Clara Campoamor, Victoria Kent interpretada por Rebeca Fer. Dos actrices que se entienden a la perfección, compañerismo en escena y escucha , atención plena en la presencia, los argumentos, los discursos. Dos actrices que se dejan la piel para que sintamos lo que parecen estar sintiendo ellas.
Hilos de transmisión de una decisión histórica, de la lucha , de la vida en el exilio y de una cena. Una cena en la que estas dos mujeres debatirán en un espacio tiempo ficticio sobre la discusión que públicamente al menos , nunca mantuvieron fuera de la Cámara. La historía de un reencuentro que no sucedió. Un acontecimiento que nunca comvulsionó al mundo, pues no existe. Para mí fue lo de menos, como les dijimos una excusa para poner en valor el papel de estas dos mujeres.
Imaginaba tal y como aparece en el texto un lugar de techos altos, algún lugar del Madrid antiguo, cómodas vintage, o antiguas sin más, un pequeño balcón. Así imaginaba yo esa cena mientras que frente a mí el decorado era liviano, protagonismo a la palabra, escenario vacío, una mesa y dos sillas. Cuasi una distopía, símbolo de los no espacios. Un cruce entre lo que veía y lo que sentía con sus palabras.
Raquel Moreno las acompaña en el trabajo de iluminación, juego de luces que nos hará identificar momentos, sensaciones y vivencias de ambas.
Un vestuario sencillo, discreto, pulcro, emocionante cuando suben al atril, de tan cercano a una época. El espacio sonoro marcará el ritmo así como el silencio sepulcral del público, alguna sonrisa y hasta alguna lágrima.
La historia de un cena, de un reencuentro, de dos mujeres que cambiaron el rumbo de la historia. Decisivamente recomendable.
FICHA ARTÍSTICA
Dramaturgia:
Olga Mínguez Pastor
Adaptación y dirección:
Carmen Nieves
Reparto:
Tiffani Guarch y Rebeca Fer
FICHA TÉCNICA
Fotografía:
Sandra Román
Iluminación:
Alba Redondo
Producción:
Pisando Escenario
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