La ansiedad, los anhelos, la incertidumbre, el latido y la pulsión, música electrónica que orbita el paisaje urbano para sumergirnos en el barrio del que venimos, en el que vivimos y del que para algunos a veces es soga, carcel o excusa para la huida.
Generación X, Y, los millenials , lo dijo Naomi Klein en “No Logo”, todo tiene una etiqueta, el sistema global, inventaria todo producto, al cliente, al ciudadano convertido en consumidor. Tu también tienes una etiqueta y así tu generación, tu tribu o tus cuatro amigas contándoos la vida en un parque.
Particulares y patios, es un enjambre, un edificio de vecinos, la intrahistoria entre telas, pinzas y fotografías provenientes de un proceso creativo del que partir de la nada era el fruto para poder llegar al todo global, la imagen en busca de las palabras precisas. Y hete aquí una generación que quizá tenga cada vez mas dificultad de expresar con palabras la inestabilidad y el desasosiego que habita el alma, porque quizá sea complejo saber que sentimiento habita el cuerpo y necesitemos la imagen como herramienta e hilo conductor de nuestra propia historia.
La Chivata Teatro junto a Rebeca Tolosa en creación colectiva compone un espejo que ni es cóncavo ni distorsiona, mas bien al contrario, es reflejo perfecto de una realidad que duele, de la que parece imposible salir, en un grito entiendo sin quererlo a salir del individualismo. Evadirse del día a día con amigos, contar las penas con tranquilidad con las colegas, dando peso a lo largo de la función a la esencia colectiva. No hay un tono individualista, en el que se entienda que esto lo puede cambiar uno solo. Quizá no podamos cambiarlo, pero que sea juntos. Es grato ver en escena un término perdido que pulula constante, la camaradería.
Una performance, una pieza multidisciplinar donde el audiovisual, la fotografía, el baile, y el micro abierto son presente continuo de una pieza que juega con los tiempos verbales en lo que pocas veces parece existir un futuro perfecto. Proceso creativo que no ha finalizado y que como la vida está abierto a nuevos cambios tal y como nos lo hacen saber durante la función.
Oleaje, mar que está en nuestro imaginario y que probablemente este año tampoco veremos. Mar que se lleva la mala energía y que nos permite respirar, giros de vida en los que la gente aparece y desaparece, gente que cambia y tu parece que impertérrito sigues en el mismo lugar.
Jóvenes diversos con sueños volubles, con ansias infinitas de cambio
entre el ruido y parejas que a menudo también son una piedra en el camino y que cambiamos con cada pulsión. Con tan solo unos pocos elementos podemos ver como se mueven las sensaciones por
las diferentes estancias de casas que dan a patios interiores. Como transitamos nosotros por escasos metros cuadrados que malamente podemos pagar, mientras pensamos en ventanas que den al mar. Escenografía
cambiante con una potente belleza plástica Personajes que fisicamente casi no caben en alguna de las estancias y vemos como se encajona así también su ser.
Salma El Amrani, David Hipola, Natalia Tapia, Miguel Chapa, Plámena Rodríguez e Irati Morán, un elenco que se mueve cómodo en el teatro gestual, y que habitarán el barrio de una ciudad de la que nosotros también formamos parte. Pero en este edificio también están las tan cómicas vecinas de toda la vida, que no serían la una sin la otra pero que de toda la vida y una no sabe por qué motivo no se aguantan, un hilarante y colorista cuadro que certeramente destensa los tintes más ásperos que señala la pieza.
Mientras tanto, la ciudad, la prisa, el ruido,
salir de fiesta, desfasar hasta olvidarte de quien eres y sentirte mal al día
siguiente y volver a empezar y que la ciudad sea una rueda y tu el hámster
incapaz de parar con vecinos con las mismas rutinas cada día, que se unen a la
tuya como un puzzle, que nada se salga del tiempo ni la forma. Personas que compran para ser felices, sin
saber que compran, pero que te lo traigan , a la puerta. Y amoldas tus sueños a
las compras, o a eso que te han traído. Y no es el producto el que se amolda a
tus sueños. Y se repite, un día tras
otro, un día tras otro. Azacanes tirando de cuerdas, tirando del sistema, de la cuerda que te ahoga.
Colectivamente recomendable, una obra para ver con amigos, porque solo no puedes pero con amigos y amigas sí y aunque no se pueda, pero juntos.
Teatro: Teatro Nave 73
Dirección: Calle Palos de la Frontera 5.
Fechas:
Miércoles y jueves 1, 2, 8, 9, 15 y 16 – Marzo a las 20:00h.
Entradas: 14 € en Nave73.
FICHA ARTÍSTICA:
Dirección y dramaturgia: La Chivata Teatro
Texto: Rebeca Tolosa
Elenco: Salma El Armani, David Hipola, Natalia Tapia, Miguel Chapa, Plámena Rodríguez, Irati Morán
Iluminación: Quique Uhalte
Comunicación y prensa: Amanda H C (Proyecto Duas)
Vestuario: Freya Medrano
Plástica teatral: Freya Medrano y Colectivo Hilando
Espacio sonoro: Gabriel Vidanauta
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