Cuando vas a ver una obra de teatro basada en un libro que te ha gustado, solo hay dos opciones, que te decepcione o te enamore. El texto adaptado por Mónica Miranda es muy fiel a la novela, como si la estuvieras releyendo. Tenía mucha curiosidad de cómo iba a unir el teatro con el cine, y la propuesta de dirección de Raquel Alarcón utilizando lo audiovisual es muy efectiva. Me sentí como Catalina en la leonera. Si no has leído el libro, no te preocupes, seguro que la propuesta temática te sorprende, así que mejor deja de leer comentarios. Eso sí, al salir del teatro, el debate está asegurado.
Catalina (Laura Santos) es una niña de 12 años con mucha imaginación y creatividad. En ella vive la mujer que será a los 50 años (Miriam Montilla). La obra juega con el presente y el pasado, con el mundo real y el imaginario, con la escena teatral y el espectador, mientras muestra la historia de Catalina, de su madre y de una España muy cercana pero también desconocida. A Catalina le acompaña su mejor amiga Angélica (Helena Lanza) jugando a ser Daniela Astor y Gloria Adriano, mujeres empoderadas que libremente viven su sexualidad y sus vidas. También aparecen distintos personajes, todos ellos interpretados magistralmente por Helena Lanza.
La mezcla del universo de ficción que tiene Daniela Astor, del lado más superficial, frívolo, estético y liviano, con la realidad de Catalina, cruel, dolorosa, llena de secretos y tormentos, nos conduce suavemente al espectador al momento más trágico de su vida y de la vida de su madre.
Se muestran muchos temas en la obra, algunos de ellos apenas representados en la escena teatral como la sexualidad y seducción en edad infantil. Otros, como la diferencia de clases, el campo y la ciudad (no es baladí que sea la madre de campo la que se sofistique y sea la que actúe en contra de lo establecido por una suegra con collar de perlas), el intento de dominación del hombre frente a la mujer con el efecto Pigmalión, qué historias merecen ser contadas… Pero, el tema fundamental, quién debe decidir sobre abortar o no y las consecuencias del acto es el eje de la obra y de la reflexión posterior. Una decisión muy difícil en todo momento de la vida de una mujer, pero especialmente trágica en la España de finales de los 70, con una consecuencia desconocida para mí. Es muy valiente decidir abortar sin la influencia de tu marido, suegra, vecina, con todos los juicios y prejuicios en los que nos hemos educado como sociedad. Sin embargo, me pareció una visión partidista, ya que la forma de mostrar la otra corriente de pensamiento es capciosa. Apenas se le da voz al marido, o se representa de forma muy cruel a los amigos de Angélica o está caricaturizada en la imagen de la abuela de Catalina. En un tema en el que la balanza es difícil de equilibrar, prefiero que me den reflexión y no me guíen en las respuestas de las preguntas.
Me sorprendieron las actuaciones naturales de unas mujeres en la treintena interpretando a dos adolescentes sin caer en lo esperpéntico. En especial, Helena Lanza que muestra una interpretación diferente y acertada en cada uno de los personajes que interpreta. La música, escenografía e iluminación te transportan al mundo de Catalina.
En resumen, esta primera propuesta de 2ProduccionesTeatrales (compañía formada por Miriam Montilla y Laura Santos) es una obra que da voz a las mujeres que hacen uso de su libertad (ahora conseguida y esperemos que no nos la quiten) para tomar una decisión vital. Emoción y reflexión están aseguradas.
Basada en la novela de Marta Sanz
Adaptación: Mónica Miranda
Dirección: Raquel Alarcón
Con: Helena Lanza, Laura Santos, Miriam Montilla
Diseño de iluminación: David Picazo y Pilar Valdelvira
Diseño de escenografía y vestuario: Paola de Diego
Creación y realización audiovisual: Lucía Valverde
Ayudante de dirección: Carlos Pulpón
Coordinación técnica: Béla Nagy
2ProduccionesTeatrales
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.