Teatro: Clavícula. Teatro del Barrio

El dolor, el malestar, la enfermedad, es algo que vive cada persona de una forma muy personal y que en determinadas circunstancias es muy difícil de explicar. Las mujeres sufren la invisibilidad cuando se quejan de que tienen algún tipo de dolencia, y se les suele tratar con condescendencia. Dolores como los de la menopausia, enfermedades como la endometrosis o la fibromialgia, que les afectan a ellas y son difíciles de diagnosticar y por tanto pasan a ser despreciadas por el entorno. Este impactante montaje nos hablará de estas dolencias y de cómo ellas lo sufren, tanto el dolor como el ninguneo por parte de sus personas cercanas. Delicada, cruda, ingeniosa, directa.


Este original y por momentos angustioso montaje nos muestra temas muchas veces invisibilizados, como son los dolores y malestares de las mujeres. Muchos de ellos parecen temas tabú, se ponen excusas banales para no tratarlos, se ocultan y se silencian, se ignoran. A través de diversas situaciones más o menos conectadas, la obra busca explicar algo tan natural como el dolor, el malestar, para que podamos entendernos un poco mejor. La autora Marta Sanz escribe esta novela "sobre la poética de la fragilidad y de la vulnerabilidad" para mostrar aquello que solo conoce la mujer que lo padece. La autora se revela para decirnos "no soy hipocondríaca. No estoy deprimida. Tengo un dolor. Una enfermedad. Lo reivindico. Me quejo".




Este interesante montaje ha sido creado por la compañía aragonesa Le Plató de Teatro, una formación de actrices y un autor y director de escena para un proyecto nuevo con integrantes de varias generaciones. Esta transversal compañía "surge en un tiempo incierto pero con el empeño de siempre: indagar sobre los asuntos humanos desde los espejos cóncavos del callejón del gato que nos señaló el maestro, pero también desde los espejos convexos, los planos y hasta desde los espejos rotos. Todos sus reflejos nos incumben y nos importan". Tras sus montajes "Malas" y "La noche y las estrellas" llegan con esta versión de la novela de Marta Sanz en la que se muestra en primera persona una especie de diario de malestares, a veces en tono de comedia y otras con colores algo más oscuros.



El director de la compañía, Rafael Campos Lozano (que se ha encargado también de versionar la novela) ha realizado un trabajo muy interesante con las actrices, a mitad de camino entre el teatro físico, cercano casi al clown por momentos, con una secuencia de situaciones "cotidianas" que se van entrelazando para mostrarnos distintos momentos de las vidas de las intérpretes. El adaptador explica que "la enfermedad, a veces, es un fantasma difuso. Nos referimos aquí a esa enfermedad casi fantasmática, difícil de clasificar, inconcreta, esquiva para cualquier diagnóstico preciso y por eso encuadrada en numerosos diagnósticos probables, posibles". Y con ese halo de misterio, que navega entre lo fantasmagórico y lo onírico, se va dibujando esta pieza que juega con todas las aristas de la comedia para hablarnos de cosas muy serias.




El director juega con la realidad y la ficción, con lo pensado y lo vivido, mostrando el lado más íntimo de las protagonistas, sus reflexiones y sus miedos, su dolor y su angustia. La obra nos muestra la desesperación de las mujeres que ven como se ningunean sus dolencias, con escenas de una belleza formal impecable. El director explica que "la dolencia se convierte en motivo de burla amable acompañada de consejos y diagnósticos tan abundantes como inútiles: Son nervios. Trata de tranquilizarte y se te pasa. No seas hipocondríaca, todo está en tu imaginación. Trata de relajarte y tomar distancia. Haz deporte. Quema calorías. Ve al psicólogo". Todo tipo de mensajes huecos que parecen ayudar cuando en el fondo están ahondando en el problema, lo único que buscan es que dejes de dar la lata. Rafael Lozano reconoce que parece "como si el orden imposible del mundo que tratamos de comprender no fuera otra cosa que un reflejo ampliado del desorden de nuestro propio organismo".


Quizás este montaje me haya impactado mucho por el simple hecho de que desconocía muchas de estas dolencias. Lo que puedo afirmar es que es un montaje valiente, directo, emocional, que nos pone frente a una realidad que sufren muchas mujeres y que por algún extraño motivo no se trata como debería. La condescendencia, el paternalismo, herramientas utilizadas para animarlas y que lo único que hace es ahondar en la llaga. El dolor que no se explicar pero que angustia, un malestar que impide ser una misma, una situación que solo la persona sufre pero que nadie parece darle la importancia que tiene. Como podemos leer en la web de la compañía, son esos "órganos imaginarios; entrañas misteriosas; vísceras ignoradas y sorprendentes que nos explican que somos también nuestros intestinos, nuestros músculos y huesecillos más humildes. Huecos, rincones y esquinas, diminutos o escondidas gobiernan nuestro cuerpo". Cada centímetro de cuerpo puede ser motivo de una dolencia inexplicable, que les trastoca la vida, les impide avanzar y que debería tratarse como lo que es, como un capricho o una tontería.



La obra nos muestra el dolor de cuatro mujeres, de diferentes edades, que nos cuentan lo que sienten, como sufren, la incomprensión de su entorno ante su situación. En muchos casos ni ellas mismas saben explicar con palabras el tipo de dolor que sufren, lo que les duele, las consecuencias de esa dolencia. Ellas compartes con nosotros la relación que tienen con su cuerpo, las luchas por apaciguarlo, los enigmas que esconde, aquellos que solo conocen ellas. Pero también nos hablan de sus frustraciones ante la incomprensión, tanto de sus allegados como de los propios médicos. Una historia que lo tiene todo, que transita desde la angustia a la comedia, del dolor a la desesperación, por todas esas tonalidades que tiene la vida.



Estas cuatro mujeres que nos muestran todas sus inquietudes son Carmen Marín, Marissa Nolla, Blanca Sánchez y Claudia Siba. Cuatro mujeres empoderadas, valientes, que nos hablan de sus dolores y sus miedos, que nos increpan por nuestro pasotismo y nos enternecen con sus confesiones. Un elenco que funciona a la perfección, con momentos soberbios con las impecables coreografías de Carlos Blanco. Cuatro mujeres, cuatro realidades, cuatro edades, pero que en el fondo las representan a todas, ya que lo que nos cuentan es tan común entre las mujeres que asusta (al menos para los que no lo sufrimos), que indigna por la negligencia, que duele al verlas sufrir. Ellas se muestran tal y como son, mujeres desesperadas por la incomprensión de la sociedad. Cada una aporta un perfil muy diferente, para mostrarnos en conjunto la realidad de las mujeres.



Y todo ello ocurre en una sencilla escenografía, diseñada por Gonzalo Bullón (Didascálica diseño), con ocho sillas, cuatro de ellas cojas de alguna de sus patas, con las que las actrices van creando los diferentes espacios por los que transcurre la obra. La escenografía se completa con un telón al fondo, por el que las actrices entran y salen. La iluminación de Josema Hernández se convierte en pieza fundamental de la obra, para crear ese ambiente tenebroso, misterioso, que destila la mayor parte del montaje. La precisión de las luces se convierte en esencial para la composición de cada una de las escenas. Impecable la música de Jaime López que nos lleva de la mano por toda la obra. El vestuario, a cargo de Jesús Sesma, es delicioso.



En definitiva, estamos ante una obra necesaria, directa, sincera, en la que se habla de temas que parecen no interesar pero que son realmente importantes. Porque el dolor puede condicionar la vida de las personas, porque los miedos agarrotan, porque no debería haber incredulidad ante las dolencias de una persona, nadie sabe como ella misma como es su cuerpo. Esperemos que vuelva pronto a la cartelera para que podamos seguir aprendiendo, para que aprendan todos esos que actúan con condescendencia, para dar visibilidad a un problema que sufren las mujeres. 

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Teatro: Teatro del Barrio
Dirección: Calle Zurita 20.
Fechas: Del 31 de Marzo al 2 de Abril. Viernes y Sábado a las 19:30. Domingo a las 20:30. 
Entradas: Desde 15€ en TeatroDelBarrio.


Ficha artística

Autoría: Marta Sanz
Dirección/Adaptación: Rafael Campos
Elenco: Carmen Marín, Marissa Nolla, Blanca Sánchez, Claudia Siba.

Dirección de producción: Le Plató de Teatro
Producción ejecutiva: Sara Abecia
Iluminación: Josema Hernández
Escenografía: Gonzalo Bullón /Didascálica diseño
Vestuario: Jesús Sesma
Coreografía: Carlos Blanco
Música: Jaime López
Diseño gráfico: 12caracteres
Ayudante de dirección: Sara Abecia


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