La luz del escenario se enciende y vemos a cuatro bailarinas y otros cuatro bailarines formando una imagen de frente a nosotros y en distintos niveles con una partitura de movimientos cotidianos descodificados, una música electrónica potente que hará de sostén en prácticamente toda la pieza y una voz en off que dicta algo así como que Si conoces a alguien que lo vive todo con exagerada alegría desconfía, sospecha.
Un leitmotiv “Joy, enjoy, joy” que durante toda la obra irá introduciéndose
en el cerebro del espectador como un mantra, es el hilo conductor de esta reflexión donde los extremos y
excesos de la belleza, la alegría, el disfrute, la fama, el lujo, el glamour, o
la lujuria, son cuestionados.
Después
de tratar temas oscuros sobre la pérdida o la demencia en montajes como Memory,
Loss y Accusations, la coreógrafa de Países Bajos Ann Van
den Broek, explora en Joy Enjoy Joy un tema aparentemente más
ligero. Habla de la alegría, de la felicidad en el mundo de hoy, pero desde una
postura crítica.
Vivimos en una sociedad en la que la felicidad puede ser una obligación. Como si se emitiera la orden de que hay que disfrutar permanentemente a la vez que, mediante el uso de las redes sociales, compartimos esos momentos privados de alegría en el permanente escenario de esa sociedad. Y este disfrute lo transmite Broek mediante su método artístico característico que combina movimiento, música, textos y vídeo en un proceso continuo, sin descanso.
Una hora y cuarto aproximadamente de un crescendo impresionante con
unas coreografías llenas de fuerza y vitalidad que los intérpretes coordinan
como si llevaran toda la vida repitiéndolas y sin salir de escena un solo
instante.
Infinidad de imágenes que surgen jugando con el vestuario y unas pequeñas camillas de metacrilato trasparente que combinan luces blancas y verdes, así como el testimonio de una cámara en directo que ellos mismos se van alternando y que nos regalan planos detalle de lo que acontece en escena y nos convierte en ese voyeur que observa los excesos de la condición humana.
Para
Joy Enjoy Joy, Ann Van den Broek se inspiró en el lenguaje corporal de Tom
Barman, líder del grupo de Alberes dEUS. En la pieza también se entretejen
citas suyas, procedentes de una conversación que mantuvo con Ann Van den Broek
durante la fase de investigación de esta actuación, complementadas por la voz
cantante de Gregory Frateur.
Poco antes de acabar, observo en el público unas ganas locas de subirme
al escenario a bailar con ellos y es que el mensaje deja mucho poso que
masticar pero a su vez, la generosidad con la que está contada te imprime
paradójicamente de esas ganas infinitas de sumarte al disfrute.
Concepto y coreografía: Ann Van den Broek
Intérpretes: Frauke Mariën, Louis Combeaud, Nik Rajšek, Jean-Gabriel Maury, Marion Bosetti, Carla Guerra, Kamil Pilarski, Isaiah Selleslaghs
Suplente: Karolina Krynicka
Música: Nicolas Rombouts
Voces grabadas: Gregory Frateur
Fragmentos de conversaciones: Tom Barman
Diseño de vídeo y luces: Bernie van Velzen
Escenografía: Niek Kortekaas
Estilismo: Ann Van den Broek en colaboración con Marielle Vos
Dirección de ensayos: Pol Van den Broek, Gregory Frateur
Externo: Marc Vanrunxt
Reservas internacionales: A propic I Line Rousseau & Marion Gauvent Agente holandés Bureau Berbee & Jansen
Joy Enjoy Joy es una producción de WArd/waRD en coproducción con los socios permanentes Theater Rotterdam (NL) y corso, Amberes (BE). Los socios de coproducción La Filature, Mulhouse (FR), Theater Freiburg (DE) y Podium Bloos, Breda (NL)
El proyecto cuenta con el apoyo financiero de Fonds Podiumkunsten (NL) y el Ayuntamiento de Rotterdam (NL)
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