Teatro: Calígula debe morir. Sala Mirador.

La sala Mirador nos ofrece la posibilidad de ver de nuevo una obra sobre uno de los más famosos emperadores romanos, Calígula. Bajo la dirección de Mabel del Pozo, la interpretación de Xoel Férnandez y con la dramaturgia compartida por ambos.


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Calígula fue el tercer emperador romano. Era hijo de Germánico que a su vez fue hijo adoptivo de Tiberio. Su mandato duró apenas 4 años y ya desde bien pequeño acompañó a su padre en expediciones militares en Germania.



Precisamente de ahí surgió su apodo, puesto que ya entonces llevaba las cáligas, el típico calzado que llevaban los legionarios romanos. De ahí surgió su apodo “Calígula” que significaba botitas.


Su padre Tiberio deseaba que Tiberio Gemelo y Calígula gobernaran juntos, pero dicho mandato duró poco ya que Calígula ordenó matar a Tiberio Gemelo por entender que mientras estaba enfermo, éste había conspirado contra él.


Como consecuencia de dicha enfermedad, se produjo un enorme cambio en el comportamiento de Calígula, se volvió muy autoritario y déspota llegando a tomar decisiones bastante cuestionables; como hacer cónsul a su caballo.





Para rematar todo esto, otro acontecimiento le sacudió y no fue otro que la muerte de su hermana Drusila con la que mantenía relaciones.


Por todo esto que hemos contado ha pasado a la historia como el responsable de la quiebra de Roma (económicamente hablando) y por sus actitudes crueles, tiranas y extravagantes. Todo ello salpicado por escándalos sexuales como las orgías que organizaba y las relaciones que mantenía con sus hermanas.


La obra que nos trae la sala Mirador muestra algunos de los acontecimientos más importantes de su vida, si bien a diferencia de otras versiones deja a un lado dichos hechos para incidir y centrarse más en el germen de su comportamiento, los traumas y circunstancias que llevaron a Calígula a ese comportamiento perturbado y excesivo.





Lo fácil hubiera sido centrarse o tomar como referencia su posible demencia y los excesos sexuales, pero la obra como decía focaliza a Calígula como persona no como emperador.


Quitando todo ese caparazón que es lo que después de tantos años, ha llegado hasta nuestra época, la obra pone el foco en su reacción ante todos los trágicos acontecimientos que se van sucediendo en su vida.


Cuando Drusila, su hermana y la persona a la que amaba muere, para él la vida ya no tiene ningún sentido. Todo ha perdido interés y una doble obsesión compulsiva le envuelve, la luna y la inmortalidad.



 ¿Has visto la luna?. Esta noche está enorme

Como decíamos al perder a su amada es invadido por un enorme dolor que poco a poco se va transformando en odio que se exterioriza en locura, crueldad y excentricidad.


Todo lo que conocía hasta ahora es cuestionado el amor, la inmortalidad, el dolor o la vida que tiene su reflejo en un incremento del despotismo y el abuso de poder. Reflexionando sobre conceptos propios como la naturaleza del ser humano o la complicidad de la sociedad ante la crueldad y la perversión de sus gobernantes.





El desvarío del emperador llega a tal extremo que llega a creerse un Dios y se presenta como tal al pueblo de Roma.


La dramaturgia es corresponsabilidad de Xoel Fernández y Mabel del Pozo que también se encarga de la dirección. Un texto que como decía deja en un segundo plano al personaje histórico y se centra fundamentalmente en la persona y que aborda temas como la perdida de la persona amada, la inconsistencia de la existencia o lo efímera de la vida. Así como la responsabilidad que todos tenemos no sólo como ciudadanos sino también como sociedad frente al abuso y la injusticia de los poderosos. Especial mención merece la muestra de las distintas aristas que el personaje de Calígula contiene.


Es precisamente en esa visión del Calígula hombre donde radica la originalidad del texto.




La dirección artística es obra de Marta González y la escenografía de Margo Rivas. Han optado por un diseño minimalista pero que es más que suficiente. 


Apenas tres sillas, un sillón en el centro del escenario que hace las veces de un trono, una gran tela blanca que representa a su hermana Drusila y como no una espectacular luna en uno de los rincones. Notable el vestuario también de Margo Rivas.


Junto a ello destaca la iluminación de Diego Conesa que aporta una enorme fuerza a la representación.


Impecable la actuación de Xoel Fernández, un actor muy versátil que nos muestra a la perfección las distintas caras del personaje, el hombre desolado por la muerte de Drusila, el emperador, el perturbado, el tirano o el Dios.





Interpreta con gran maestría un personaje harto complejo y da muestra de su variedad de recursos interpretativos que lo conducen por multitud de situaciones amor, dolor, ira, excentricidad, obsesión o debilidad.


No quiero dejar de destacar la magnífica muestra de expresión corporal así como todo lo que nos transmite con su lenguaje no verbal.





En definitiva nos encontramos ante una enorme posibilidad como es la de descubrir una faceta y el perfil de uno de los más reconocidos personajes históricos, como decíamos un perfil poco conocido.

 


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Teatro: Sala Mirador.

Dirección: Calle del Doctor Fourquet, 31

Horarios: 18 y 25 de enero y 1 de febrero

                Jueves: 20.00 horas. 

Precio: 14 €.

 

Ficha artística:

Dirección: Mabel del Pozo.

Producción: Bágoa Producciones Teatrales.

Dramaturgia: Mabel Del Pozo y Xoel Fernández.

Reparto: Xoel Fernández.

Dirección artística: Marta González.

Diseño de luces: Diego Conesa.

Escenografía y vestuario: Margo Rivas.


 

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