Dos reinas aparecen majestuosas ante nosotros, mitad duelo por el poder, mitad confesión de íntimas amigas. Y el misterio, el rencor, el ansia de poder, las muescas por las continuas traiciones. Una batalla con las cartas marcadas, en las que ambas saben cual será el desenlace final, y quizás justo por esto necesiten hablar y decirse todo lo que piensan la una de la otra. No habrá más oportunidad. O quizás si. Todo está en su mano. Habrá que descubrir si la sangre tira más que el poder, si los rencores vencen a los afectos, si estas primas consiguen volver a verse como familia y no como enemigas en busca de reino.
Una elegante e hipnótica propuesta, que nunca llegó a producirse, es el eje central de esta fantástica pieza en la que asistiremos a un duelo actoral sin precedentes. El encuentro imaginario entre Isabel I y María Estuardo da pie a muchas conjeturas sobre como habrían actuado ambas, en una lucha de egos y de poder en la que ninguna de las dos quería ser menos que la otra, aunque fuese Isabel la que tuviese "la sartén por el mango" al tener a su prima encarcelada en un castillo. Un descarnado enfrentamiento entre dos de las mujeres más poderosas de su época, en el que descubriremos todos sus reproches, su gran rivalidad, pero también todo lo que les unía como mujeres y el respeto que se tenían por el poder acumulado y la personalidad tan abrumadora que tenían (y que ambas respetaban).
Esta producción de El Tío Caracoles, Rokamboleskas e IFAM está llamada a convertirse en una de las obras de la temporada, esas que perduran durante meses y se corre la voz para que se prorrogue por mucho tiempo. Dos sublimes interpretaciones que nos atrapan desde la primera escena, con un vestuario de fantasía que nos dejará hipnotizados. Todo en esta pieza encaja a la perfección, solo hay que ver la expectación que ha levantado con su estreno y el éxito alcanzado con una sola representación, apareciendo ya como una de las obras más destacadas de la cartelera.
El tándem formado por Pepe Cibrian (autor de la pieza) y Nicolás Pérez Costa (director e intérprete) vuelven a unirse tras la aclamada "Juana la Loca", que también puede verse estos días en los Teatros Luchana. Una pareja que parece funcionar a las mil maravillas en este género de revisión de personalidades históricas, en el que se están convirtiendo en unos expertos. Pepe Cibrian, autor, director y actor argentino, nos trae en esta ocasión un diálogo cercano a la poesía, en el que lo dramático convive con lo cómico, en el que lo real se confunde con lo inventado. Un duelo de personalidades complejas que construye un texto fabuloso, en el que Isabel I y María Estuardo rivalizan por el trono de Inglaterra, por su dignidad y por todas las decisiones políticas que han marcado sus vidas. Una supuesta reunión entre las dos reinas que se habría celebrado en un salón del castillo donde estaba recluida María.
La dirección corre a cargo de Nicolás Pérez Costa que consigue componer un montaje con tintes de melodrama y de drama psicológico. El director reconoce que es una obra que está llena de grandes e intensísimos momentos, está repleta de un humor muy ácido porque ya te imaginarás, en este supuesto encuentro se dicen unas cosas horrorosas una a la otra, con una altura maravillosa, y creo que el abordaje que hemos hecho ha sido del mejor lugar que podríamos, respetando el género femenino, tratando de homenajearlo humildemente de nuestros lugares y abordando desde ahí la humanidad y no el rol de estas reinas. La obra parte de una premisa del teatro isabelino, donde son hombres los que interpretan los papeles femeninos. Nicolás cuenta que "abordamos la obre desde el respeto y el homenaje al género femenino".
Centrándonos en la historia, veremos el momento del encuentro (que como ya hemos dicho, nunca sucedió) entre dos reinas, primas y enemigas, prisionera y carcelera. Isabel I acude al castillo donde tiene encerrada a María Estuardo para tener una conversación con ella antes de su inminente ejecución. Un momento, evidentemente de gran tensión, en el que ambas hablarán del poder, de las decisiones políticas que les han llevado a la situación actual, pero sobre todo hablarán de sus vidas, del amor, de la feminidad, de la maternidad, de una vida de lucha contra todo y contra todos. Las dos saben como acabará todo, la ejecución es irrevocable. María lo sabe, pero no deja de incidir en ello, de decirle a Isabel que está todo en su mano. Por su parte, Isabel le intenta convencer de que ella no es quien toma la decisión (en parte para quitarse ese peso de encima y hacer creer que le obligan a firmarla).
A lo largo de poco más de una hora nos recordarán los hechos históricos que marcaron sus vidas, con referentes como la Armada Invencible o los reinados efímeros de María en Francia y Escocia. La lucha de egos entre las dos sacará a relucir los reproches que se tienen guardados, en un ingenioso diálogo que va desde la tragedia a la comedia como una fabulosa naturalidad, como la vida misma. Es interesante ver como cada una intenta no hablar con determinación del desenlace inevitable de este duelo, Isabel evita hablar de su responsabilidad mientras María actúa como si le quedase todo el tiempo del mundo.
La función tiene un halo de tragedia clásica, en el que las dos reinas se enfrentan con valentía a un destino ya escrito, los dioses ya han decidido cómo termina la historia. Pero lejos de mantenerse lineal, la pieza transita todo tipo de situaciones, el propio Nicolás reconoce que a lo largo de la obra nos reímos, lloramos, tenemos momentos de tensión, nos damos, aparecen silencios, pausas. Una montaña rusa de sentimientos y acciones que hace de la función un collage difícilmente encasillable en un género, ya que tiene pinceladas de muchos. Esas dos reinas transitan la comedia negra, el drama, la tragedia, todo salpicado con un elegante sarcasmo con el que las dos no dejan de atacarse. Un encuentro imaginario que nunca existió. Una sentencia de muerte postergada. La feminidad y la masculinidad del poder a través de dos mujeres antológicas. Dos mujeres luchadoras y transgresoras.
Nacho Guerreros ("Juguetes rotos", "Sobre el caparazón de las tortugas", "Milagro en casa de los López") se mete en la piel de Isabel I y Nicolás Pérez Costa ("Juana la Loca", "Llorar por no matar", "Elizabeth I") da vida a María Estuardo en este portentoso duelo interpretativo. Los dos actores se compenetran a la perfección y nos regalan dos interpretaciones sublimes, que nos dejan hipnotizados desde que aparecen en escena con sus deslumbrantes vestidos. Unos personajes elegantes, pomposos, arrogantes, mandones, como cualquier monarca que se precie. Los dos ejecutan con precisión y maestría su papel de reina, matizando cada gesto con ligeros matices que engrandecen cada escena. Dos hombres haciendo de reinas, que lejos de resultar chocante ayuda a la composición de los personajes, dos actores que saben construir desde una infinidad de capas, para convertir a estas fascinantes María Estuardo e Isabel I en dos personajes tan fascinantes como misteriosos y complejos.
Todo en este montaje rezuma grandiosidad, incluso la minimalista escenografía con esas telas al fondo y unos tronos que representan el salón del palacio. En este punto hay que hablar de la portentosa iluminación diseñada por el propio Nicolás Pérez Costa y que hace de cada escena un universo particular, dotando a cada instante de una intensidad y una textura diferentes. Pero nada de esto sería reseñable sin el maravilloso vestuario creado por Rubén Díaz y que nos deslumbra desde el inicio de la obra. La majestuosidad del vestido de Isabel I es imponente, colorista, poderoso. Por contra, María Estuardo viste de negro, con un traje algo más austero, aunque igualmente imponente (que por algo es una mujer de la realeza). Un trabajo de vestuario prodigioso, que se convierte en uno de los elementos más significativos del montaje. A ello se le suma el maquillaje y peinado de Patricia Yepes, para conseguir convertir a los actores en las poderosas reinas. Un maquillaje que da entidad a los personajes y los aleja de los actores, una maravilla.
En definitiva, estamos ante uno de los estrenos que sorprenderán a todo el que se acerque un Domingo a los Teatros Luchana. Un montaje intenso, portentoso, elegante, ingenioso, mordaz, apabullante. Un duelo actoral maravilloso en el que veremos a dos actores en estado de gracia que disfrutan de este enfrentamiento, que buscan el conflicto desde el altar en el que les coloca su condición de reinas. Nacho Guerreros y Nicolás Pérez Costa, Isabel I y María Estuardo. Dos reinas que nos regalarán una conversación que se les quedó pendiente, para todos los afortunados que se acerquen a verlas. Una obra mayúscula, a la altura de sus personajes protagonistas.
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Teatro: Teatros Luchana
Dirección: Calle Luchana 38.
Fechas: Del 3 de Marzo al 28 de Abril. Domingos a las 18:00 y Martes 12 de Marzo a las 20:00.
Duración: 75 minutos
Entradas: Desde 18€ en Teatros Luchana.
FICHA ARTÍSTICA
Dirección general:
Nicolás Perez Costa
Fotografía:
Jose Ángel Fernandez Cordoba
Reparto:
Nacho Guerreros y Nicolás Perez Costa
Maquillaje y peinado:
Patricia Yepes
Producción:
El tío Caracoles, Rocamboleska e IFAM
Libro:
Pepe Cibrian
Diseño de luces:
Nicolas Perez Costa
Jose Ángel Fernandez Cordoba
Reparto:
Nacho Guerreros y Nicolás Perez Costa
Vestuario:
Rubén Diaz
Rubén Diaz
Maquillaje y peinado:
Patricia Yepes
Producción:
El tío Caracoles, Rocamboleska e IFAM
Libro:
Pepe Cibrian
Diseño de luces:
Nicolas Perez Costa
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