La historia no podrá pasar página hasta que no queden respondidas todas las respuestas que quedan abiertas sobre la Guerra Civil. Esta parece ser el punto inicial o el eje principal sobre el que se mueve esta deliciosa pieza que nos hace transitar la actualidad y los años oscuros de la Guerra, para intentar descubrir aquellos horrores de una Guerra que, como decía la gran Almudena Grandes, resulta interminable. Una pieza divertida y dura, potente y entretenida, un juego de realidades y ficciones que nos lleva de la mano del protagonista por este viaje en busca de la verdadera historia del Señor B.
Desde su estreno en la edición de 2022 del Festival SURGE en el Umbral de Primavera, esta pieza no ha dejado de cosechar éxitos. Continuó su andadura en el Teatro del Barrio, donde fue programada en varias ocasiones, siempre con gran respuesta del público. Ahora, llega a Nave 73 con dos únicas fechas, para seguir sorprendiendo y emocionando a todo el que se asome a conocer la historia de este misterioso Señor B. Una historia real contada desde la sinceridad y las preguntas sin respuesta de quien lo vive en primera persona y necesita encajar las piezas de su rompecabezas familiar.
Esta producción de Luces y Sueños Producciones nos traslada a esos meses del comienzo de la guerra civil en las que el terror se adueñó de cada rincón de nuestro país, pero también nos muestra las heridas no cerradas de las generaciones posteriores, esos que no pudieron enterrar a sus familiares porque no saben donde están. Una historia de búsqueda, de espeleología de nuestro pasado, en el que los fantasmas acuden a contar lo que fueron aquellos sangrientos tiempos de Guerra, en el que la vida era frágil y las paredes de los cementerios se llenaron de muertos. La obra reflexiona sobre la herencia recibida por los nietos de aquellos que fueron asesinados o de los que sobrevivieron y no hablan de ello, como si de un tabú se tratase. El miedo, los recuerdos, las heridas abiertas, todo ello convive en esta emotiva historia de amor familiar y búsqueda de respuestas.
Juanma Díez Diego ha elegido para su estreno como dramaturgo una historia familiar, plagada de claroscuros y de los terrores de la guerra. El debutante autor ha contado con la asesoría de dramaturgia de Albert Tola y la complicidad de María Buenadicha (investigación, documentación y propuestas artísticas), prima de Díez Diego y cómplice de la propuesta. Con una dilatada carrera como actor, con más de veinte años al frente de la Compañía Jamming, el autor y protagonista de la obra ha elegido para esta nueva aventura una historia familiar, en la que se evoca un episodio oscuro ocurrido durante la Guerra Civil. El relato transcurre en dos planos, el histórico y el metateatral, en el que el propio actor nos habla del proceso de creación y cómo fue hilvanando las piezas que han dado como resultado esta obra. Es esta dualidad la que nos acerca mucho más a la historia, la hace más personal, al dejarnos entrar en la intimidad de la familia.
El maestro José Sanchís Sinisterra, en un encuentro posterior a uno de los pases en el Teatro del Barrio comentaba que en esta pieza se mezclan la autoficción, el metateatro, el collage, un montón de dualidades infrecuentes. El autor de "Ay Carmela" (obra con la que tiene puntos y temas en común) resalta que "está muy bien que, además, con un tema de teatro de la memoria, Juanma Díez Diego se haya atrevido por fin con el humor. La gente que escribe teatro político, teatro de la memoria, parece que le tiene miedo al humor. Me suscita mucho interés la importancia de los espectros en el teatro. Cómo el fantasma, ya desde Los persas de Esquilo, se convierte en una herramienta importante justamente para trabajar la relación del presente con el pasado".
Para este proyecto tan personal, Juan ha buscado un "elemento externo" para que se hiciese cargo de la dirección, entendemos que para darle una visión más neutral de lo que se cuenta. De esta tarea se ha encargado Jorge Sánchez, que ha realizado un trabajo de dirección impecable, tanto en la dirección de los actores como en la composición escénica y la manera en la que va solapando las dos historias, la ocurrida hace más de ochenta años y la de sus nietos intentando encontrar respuestas entre las cartas y documentos de la época. Un montaje muy original estéticamente, con realidades entrelazadas, fantasmas que explican su visión de los hechos, actores y personajes que se difuminan en un constante ir y venir entre la realidad y la ficción.
Pero intentemos contar lo que pasa en escena, sin hacer spoiler. El propio autor nos cuenta que le han contado un suceso que tiene que ver con su familia y que ocurrió durante los comienzos de la Guerra Civil. Un pariente lejano fue asesinado y las causas no están del todo claras. Este es el suceso que perturba a Juanma, que se siente en la necesidad de contarlo, de teatralizarlo, de llevar a cabo un monólogo dramático en el que contar el desgarrador desenlace de la vida del Señor B, fusilado en la noche del 15 de Agosto de 1936.
Hasta aquí, todo normal. Una historia más de la Guerra Civil. Pero es justo tras el planteamiento inicial cuando todo se desboca, nada es lo que parece, y comienza el desdoblamiento de la obra en varias piezas que trascurren en paralelo, para colisionar en determinados momentos y darnos pistas de lo que realmente ocurrió aquella noche y de lo que empujó a cada uno de los protagonistas a actuar como lo hizo. Personajes que intentan explicarse, el autor que se desdobla en personaje, la prima que va aportando información de lo que sucedió... un entretenido collage de realidad y ficción, de metateatro que nos implica y nos conmueve, que nos hace ir descubriendo con cuentagotas los desastres de aquella noche fatal. La obra trae el pasado al presente para sacar a la luz acontecimientos familiares heredados “de los que es mejor no hablar”.
La dualidad que envuelve toda la obra es uno de sus puntos fuertes. Ese baile entre la realidad y la ficción, entre el presente y el pasado, hace que el espectador se vea sorprendido en cada escena, pasando de la angustia por el relato del fusilamiento a la risa descontrolada con la ruptura de la cuarta pared y los comentarios de los actores sobre sus propios personajes. Un terreno inestable por el que el espectador no sabe por donde irá el siguiente paso, pero que nos hace disfrutar de esa incertidumbre, mientras pedimos un nuevo giro que haga aún más compleja la historia y divertido el montaje. Profundizando un poco más en el contenido, hay que aplaudir la cantidad de aristas y preguntas que nos deja el texto, un complejo juego de realidades e incógnitas que tendremos que resolver. También nos dejará interesantes debates abiertos para amenizar el camino de vuelta de casa.
Juanma Díez Diego, además de escribir el texto, se mete en la piel del protagonista (realmente en su propia piel) en una suerte de metateatro que va un paso más allá de lo visto en otras ocasiones. Por momentos nos hace pensar que es un personaje, en otras nos damos cuenta que habla de si mismo, hasta que al final de la obra nos damos cuenta de que es él mismo el que ha hecho este camino en busca esclarecer lo ocurrido aquella fatídica noche del 36. Una interpretación impecable, llena de matices, en la que el actor se mueve con soltura por la incertidumbre que él mismo crea. Un trabajo de artesanía, para poder saber el tono justo que hay que darle a cada escena. Un personaje que se mueve entre la ternura y la incredulidad, entre la búsqueda y la meticulosa selección de la información encontrada.
Le acompaña en esta búsqueda Mabel del Pozo, interpretando a la prima del autor, la que le puso sobre la pista de la historia. Mabel es todo frescura, elocuencia, ternura, un animal escénico que se divierte en ese papel de la "prima interpretada por una actriz" a lo que tanto juega en escena su personaje. Ella transmite con gran naturalidad toda esa doble realidad en la que se mueve la historia, parece que incluso le divierte ver la caras atónitas del público asistente. Junto a ellos tenemos a Borja Cortés y Lolo Diego, encargados de interpretar a esos "fantasmas" que se les aparecen para recordar la historia. Los dos hacen un trabajo preciso e impecable, lleno de giros y matices que van engrandeciendo a los personajes conforme avanza la obra.
Y todo esto transcurre en una sencilla y minimalista escenografía (creada por La Cantera-exploraciones teatrales, Luces y Sueños) que nos sitúa en una especie de limbo en el que se entremezclan la realidad y la ficción. Una silla sobre una alfombra preside el espacio, rodeada por varias piezas de diversas formas que sirven de apoyo a los personajes a lo largo de la historia. Sencillo y efectivo. Lo realmente interesante es el minucioso trabajo de iluminación de Maykel Rodríguez Vannerau, que consigue matizar los distintos mundos por los que transcurre la obra, desde lo sombrío de los recuerdos a lo luminoso de la realidad en la que conviven los dos primos. La luz consigue meternos en ese espacio ambiguo en el que se mueve el protagonista, pero también es capaz de matizar todos los espacios por los que se mueven los personajes. También es muy interesante el diseño sonoro de la pieza, a cargo del propio Maykel Rodríguez Vannerau y de Martín Caló, que se convierte en fundamental en el devenir de la historia y se acaba convirtiendo en pieza fundamental de la trama.
En definitiva, estamos ante un entretenido artefacto escénico, que juega con nosotros llevándonos por la realidad de los propios actores hasta la historia de una oscura noche del verano del 36. Es una obra llena de cosas interesantes, pero quizás lo más interesante sea el enfoque formal que le ha dado el autor, Juanma Díez Diego, jugando a contarnos su propio proceso de creación de la pieza y de búsqueda de respuestas sobre el Señor B. Una pieza que divierte, que emociona, pero que sobre todo nos deja muchas inquietantes incógnitas sobre las que reflexionar. Una delicia que esperemos que vuelva pronto a la cartelera.
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Teatro: Nave 73
Dirección: Calle Palos de la frontera 5.
Fechas: Días 5 y 12 de Abril. Viernes a las 19:30.
Duración: 90 minutos
Entradas: Desde 7€ en Nave73.
FICHA ARTÍSTICA
AUTORÍA- Juanma Díez Diego. A partir de los escritos de E.B.
DIRECCIÓN- Jorge Sánchez
REPARTO-Mabel del Pozo, Borja Cortés, Lolo Diego, Juanma Díez Diego
PRODUCCIÓN- Gimena Arensburg
ESCENOGRAFÍA- La Cantera-exploraciones teatrales, Luces y Sueños
ILUMINACIÓN- Maykel Rodríguez Vannerau
DISEÑO DE SONIDO- Martín Caló, Maykel Rodríguez Vannerau
ASESORÍA DE DRAMATURGIA- Albert Tola
INVESTIGACIÓN, DOCUMENTACIÓN Y PROPUESTAS ARTÍSTICAS- María Buenadicha
DISEÑO GRÁFICO- Beatriz Nieto, Aitor Guerrero, Alicia Montoya
FOTOGRAFÍA- Liberty Anne
PRENSA Y COMUNICACIÓN- Cristina Doménech-Transversal Comunicación
Una producción de Luces y Sueños Producciones.
Proyecto realizado con el apoyo del programa de ayudas a la creación y la movilidad del Ayuntamiento de Madrid 2022.
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