Desmontando a Gatsby. Teatro Lara

De la Luz al Lara en esta noche agosteña teñida de calores diurnos y ecos lejanos marítimos en esta ciudad nuestra, huérfana de salitre. Otra luz, en esta ocasión verde, nos recibe en la Sala Lola Membrives, acogedora y coqueta como de costumbre. A medio camino entre el anonimato y la fama… el gran Gatsby nos espera, más bien su desmonte, sus vueltas de tuerca, su singularidad, su complejidad también. Su sazón. 

Y es que, tras el éxito de “La cremallera”, divertido montaje teatral, Nicolás recibe una gran oferta de un singular productor. Hacer una versión de “El gran Gatsby”, novela que formó parte de la llamada “tragedia americana”, donde Scott FitzGerald hace ya un siglo, escribió uno de los relatos más finos y demoledores del llamado sueño americano. 

Jay Gatsby, el prota, creía que esa luz verde del Lara, que contemplaba al otro lado del mar sería el referente de su vida y le traería sentido y felicidad. Las condiciones del montaje que proponen a la compañía, no son nada claras y entra en juego la lealtad, la honradez, los valores, la vida en sí, en esta continua espiral de meta meta meta teatro que nos abruma con estos calores estivales que venimos soportando. “La sagrada bilocación del artista…”, su ego, su pasión, su recorrido, su disfrute, sus lentejas también. 

Todas estas cuestiones nos plantea este fresco montaje, a ratos divertido, a ratos dislocado, a ratos brillante, y a ratos, también, enrevesado. La fama, el éxito, la ambición, la pureza, las mentiras y el cinismo también cobran forma durante estos setenta y cinco minutos a golpe de parnasos, buhardillas y camerinos. El eterno dilema entre el ser, el querer y el poder. 

Nicolás, Jorge y Javier, amigos desde la escuela de teatro, quieren la fama, como todo el mundo, como todo el mundo actoral, pero... ¿a costa de qué? ¿Cualquier manera de conseguir el éxito es lícita? ¿Sabe igual? “A la gente le gusta lo que le gusta”, al éxito también, y en ocasiones, tiene sus propias normas, tremendamente digitales ahora, donde los likes han superado al propio talento y al propio momento.

Los likes mandan. Este trabajo de Boston Producciones, escrito y dirigido por Edgar Costas, e interpretado en unos monólogos estupendos, junto a Manuel Galea, Daniel Rimón, Laura Auzmendi y Vir Calderón nos traslada a ese mundo donde la lucha entre lo ético y lo estético, entre la fama y la humildad tiene una delgada línea roja que en ocasiones cruzamos, esquivamos o borramos. ¿Teatro protesta? ¿protesta en el teatro? Protesta al fin y al cabo. “A veces lo mejor que puede hacer un soñador es despertarse”. 

En el Gatsby del Lara me quedo con el elenco, me quedo con la propuesta. Dice San Google que el metateatro es “la forma genuina del teatro en el teatro que implica una puesta en escena teatral dentro de otra”. Debo reconocer que en este caso me ha superado, me ha abrumado y en ocasiones no entendía dónde iba, quien era ni adónde iba. Pero ese elenco ha demostrado talento, profesionalidad, manejo del escenario, escucha, comicidad manchega, dinamismo, frescura… que han vencido al sopor de fuera, al calor que nos ha atrapado. 

“Ya cruzaremos el camino cuando toque”, particular carpe diem del grupo, que nos ha hecho pensar, en ocasiones sin respuesta, en esta representación ambiciosa y humilde a la vez. Tal vez Di Caprio y Redford se queden tan absortos como nosotros en nuestros asientos. Tal vez no. Que lo dicten las tablas. El gran Gatsby, efectivamente, desmontado quedó.

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Teatro: Teatro Lara. Sala Lola Membrives

Dirección: C/Corredera Baja de San Pablo

Fechas: Del 2 al 18 de Agosto.

Horario: Viernes y Sábado a las 22:15h. Domingos a las 20:15.

Duración: 70 Minutos

Entradas: Desde 12€ en teatrolara.

EQUIPO ARTÍSTICO

Escrita y dirigida por Edgar Costas

Reparto:
Manuel Galea
Daniel Rimón
Laura Auzmendi
Vir Calderón

Edgar Costas