Durante los fines de semana de este mes de noviembre
la sala Nave 73 nos ofrece la oportunidad de ver, mejor dicho de disfrutar del último
montaje del autor y director Juan Jiménez Estepa.
Se trata de Whitehorse, Canadá. La historia de
Alonso que se encuentra ante un dilema personal de enorme trascendencia, tanto
para él como para los que le rodean.
* * * * * * *
Bromeo con amig@s, diciéndoles que hay que ir por
el mundo sin expectativas. Sí, también y sobre todo cuando uno va al teatro. Pero
como todo en la vida tiene sus excepciones; y eso me pasa cuando voy a Nave 73.
Sí, lo sé soy muy repetitivo y cuento cada vez
que escribo una reseña que es una sala muy muy especial para mí. Principalmente
por que aquí me inicié en esto de las reseñas, hace ya unos cuantos años y eso
aunque parezca una tontería, nunca se olvida. Por eso cada vez que voy a esta
sala voy con las mayores expectativas y suelo salir de ella con ellas más que
cumplidas.
Si además la obra está escrita y dirigida por Juan
Jiménez Estepa la confianza en que la obra que voy a ver me va a gustar se
duplican.
Whitehorse, Canadá es básicamente la historia de
Alonso, pero podría ser la historia de cualquiera de nosotros. Quien en un
momento u otro de su vida no se ha planteado romper con todo y empezar de nuevo,
empezar de cero en otro sitio, en otro país, en otro continente.
“Si no fuera por que no soy una persona de
llorar, lloraría”
Pues en esa tesitura se encuentra nuestro protagonista,
Alonso. Quien por un motivo que nadie parece entender ha decidido llevar a cabo
eso que como decía todos en algún momento nos planteamos pero nunca somos
capaces de hacer. Pues él sí está convencido de hacerlo.
La obra nos muestra como afronta Alonso la forma
de comunicar su decisión a las personas que de un modo u otro son “importantes”
en su vida.
Así se lo hace saber por medio de un correo electrónico
a Maruchi, la directora del colegio donde trabaja como profesor desde hace muchos
años. Un trabajo que hacía por vocación, una vocación que parece haber perdido.
Intenta hacérselo entender a la directora, una directora que lo único que
entiende es que estas cosas no se hacen a mitad de curso. Lo que empieza siendo
una valoración del buen trabajo llevado a cabo en el centro, acaba convertido
en una serie de reproches ante sus métodos y sus formas.
Los encuentros con dichas personas se ven
salpicados con la aparición de Jaime, un chico al que ha conocido hace poco y
con el que se ha visto nueve veces ya desde que le informó de su intención de
irse a Canadá.
De hecho Jaime es a la primera persona que se lo
cuenta, él mismo se extraña de contarle algo tan importante a alguien casi
desconocido y éste le responde que estas son las cosas que uno cuenta a alguien
a quien acaba de conocer.
También recibe varias visitas de su madre,
ya fallecida y persona de gran importancia
para él. De hecho la decisión de irse a Whitehorse viene motivada por ella, pues
cuando era joven estuvo un tiempo viviendo allí haciendo todo tipo de trabajos,
desde un casino hasta vender Gazpacho en un pequeño puesto junto a una
frutería.
Cuenta como conoció a un hombre del que se “enamoró”,
buscador de oro y al que hacía tortitas con plátano y sirope de arce, mucho sirope
de arce.
También se lo cuenta a su manera a su hermana
(una persona que no tiene nombre, simplemente es “la hermana”). Y cuando digo a
su manera quiero decir que lo hace por medio de una carta que le deja a su
sobrino de 8 años.
“Hay que trabajar menos para vivir más”
Una hermana que desde que ha descubierto las
esencias de flor de calabacín y la ausencia de higiene, es una mujer nueva.
La otra persona a la que se lo tiene que contar
es a su mejor amiga que pasa de vivir en Lavapiés a una urbanización en Tres Cantos
y a quien le ha dejado a Osman su perro.
Su plan es viajar a Toronto y allí viajar durante
un mes en una caravana para llegar al pequeño pueblo de Whitehorse, donde como
decía su madre estuvo viviendo durante un tiempo.
Durante poco más de una hora acompañamos a Alonso
tanto en la “despedida” de sus seres más cercanos como en el dilema personal ante
el que se encuentra.
Dejar atrás toda su vida (trabajo, familia, amigos…) para
empezar de cero en un lugar lejano, en otro país, en otro continente e intentar
vivir una vida distinta, más plena, alejado de su “zona de confort”.
“La higiene está sobrevalorada”
Como decía acompañamos a Alonso en la despedida
y en el dilema, pero también en la enorme dificultad que eso conlleva. Romper
con el pasado y el presente es una tarea ardua, pues los lazos y las relaciones
que durante todos estos años se han ido creando son difíciles de romper. A pesar
de que las personas que hay en su vida no son muy numerosas los vínculos son
muy fuertes. Aunque él es una persona bastante autónoma e independiente, está
su hermana madre de un niño de 8 años (que adora a su tío Alonso) y de otro bebé
hijos cada uno de un padre distinto. También está el recuerdo imborrable e
idealizado de su madre; su mejor amiga y Jaime el último en llegar a su vida y
quizás por eso el que más le hace dudar de si romper con todo es la mejor
decisión.
La dramaturgia y la dirección corren a
cargo de Juan Jiménez Estepa (Los hombres tristes, La medida exacta
del universo, Los años elásticos, Cuando sea mayor…). Texto extraordinario que
alterna a la perfección el dilema interior de Alonso con maravillosos momentos
de humor que no desvirtúan en ningún momento la trama central de la obra.
Un
texto con el sello propio de autor. Una historia sencilla y a la vez compleja
en la que como decía podemos vernos representados. Y es ahí donde radica la
grandeza del texto, las mejores historias siempre son las más sencillas.
El
resultado es una obra delicada e intimista perfectamente contada y con un ritmo
adecuado; pura poesía.
La escenografía y el vestuario son de Teatro
Cinco. Una escenografía minimalista formada por unos cuantos troncos diseminados
por el escenario. Notable la iluminación a cargo de Abel García Sánchez
y la técnica de Raquel Puche; de gran importancia también en el resultado
final de la obra.
No quiero dejar de destacar la música
tanto las distintas canciones como la pieza clásica que suena entre escena y
escena.
En cuanto al elenco está formado por Carlos
Algaba, Elisa Berriozabal, Eva García-Vacas, Teresa Mencía y Patrick Martino.
Habituales en obras anteriores del director; Carlos y Elisa
en los años elásticos y todos ellos en Cuando sea mayor.
Esta sí que es una de esas veces en que no
puedo ni debo destacar a ninguno sobre los demás, pues todos ellos aportan
enorme profundidad y credibilidad a sus personajes.
Notable Patrick Martino en el papel
de Jaime el último y quizás más importante obstáculo en la decisión final de Alonso;
más que ninguno la voz de su conciencia.
Estupenda Teresa Mencía como
“la hermana” con una enorme versatilidad que la mueven desde la persona intensa
e histérica sobrepasada por la maternidad y tener que criar a dos hijos ella
sola, hasta el momento intimista en que le hace saber a su hermano lo mucho que
le va a echar de menos. Impecable Elisa Berriozabal en sus dos papeles
como la directora del colegio y la mejor amiga de Alonso.
Sobresaliente Eva García-Vacas como la
madre, sin lugar a dudas el personaje más divertido de la obra, oro puro.
Cierra el elenco Carlos Algaba,
simplemente espectacular, un personaje lleno de matices que nos acerca con gran
delicadeza a ese ser lleno de dudas y certezas, de seguridad e incertidumbre.
Como decía anteriormente, la obra nos hace
transitar sobre esas dudas que más pronto que tarde, en más o menos momentos
nos enfrentamos a lo largo de nuestra vida. Quien no ha tenido alguna vez en su
vida el pensamiento por ligero que fuera de romper con todo y empezar de cero.
Todos hemos tenido en nuestra cabeza nuestro particular Whitehorse.
Sólo una humilde petición, la sala hoy
estaba llena y con mucha gente puesta en pie al acabar la función. Creo
sinceramente que esto pide a gritos más representaciones.
Una pequeña joya, no se la pierdan. Sin
lugar a dudas la sorpresa de la temporada.
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Teatro: Sala Nave 73.
Dirección: Calle Palos de la Frontera, 5
Horarios: Sábados y domingos 2, 3, 9, 10, 16, 17,
23, 24 de noviembre.
19
Horas.
Precio: 14€.
Ficha artística:
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN DE ESCENA: Juan Jiménez Estepa
ELENCO: Carlos Algaba, Elisa Berriozabal, Eva García-Vacas, Teresa
Mencía y Patrick Martino.
PRODUCCIÓN: Teatro Cinco y Eslinga Producciones.
DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Abel García Sánchez.
TÉCNICA: Raquel Puche.
ESCENOGRAFÍA Y VESTUARIO: Teatro Cinco.
DISEÑO GRÁFICO Y FOTOGRAFÍA: Daniel Oliva.
Una obra de la compañía Teatro Cinco.
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