Madrid arde. Arde en temperaturas poco propias de un mes de junio al que aún le quedan días de primavera. Y si en la calle los termómetros casi alcanzan los cuarenta grados, en el Teatro Quique San Francisco podemos vivir una realidad que nos caerá como un jarro de agua fría con Chicas y chicos, una demoledora historia escrita por Dennis Kelly, dirigida por Lucía Miranda e interpretada por Antonia Paso.
Chicas y chicos cuenta la historia de una mujer. Una mujer cualquiera que se enamora de un hombre cualquiera y que viven una historia cualquiera. Tienen una hija, Elena. Una niña que podría ser cualquiera. Y un hijo, Dani, que también podría ser cualquier niño de cuatro años de nuestro alrededor. Hasta aquí todas, todos, nos podemos ver identificados con esta historia: él dueño de una empresa de muebles, ella emprendedora en el mundo audiovisual, rompiendo techos de cristal y toreando a la perfección la vida laboral y la vida familiar. Pero la historia de nuestra protagonista dará un giro de trescientos sesenta grados que cambiará todo para siempre.
Con un estilo retórico sencillo, Lucía Miranda ha sido capaz de crear un espectáculo vivo, fuerte, cercano y duro a partes iguales contándonos la vida de una mujer desde juventud desenfrenada, entre fiestas, sexo y alcohol, pasando por una vida matrimonial ejemplar, hasta el episodio más ácido de su vida. Y en la piel de esa mujer, Antonia Paso, que no dejará indiferente a nadie llenando el escenario del teatro Quique San Francisco con su espectacular actuación, su entereza interpretativa y su capacidad para conmocionar al público. Versátil allá donde las haya se adentra en todo tipo de matices durante la hora y media que dura la función: comedia, drama, mímica… todo.
La escenografía es sobria, pero acertada. Sobre todo con el detalle de la arena en el suelo que ayuda a los cambios de escena y diferentes situaciones. Ello, ayudado por una magnífica iluminación de Pedro Yagüe. Cada vez me fascina más todo lo que se puede transmitir con el color de una luz. En cuanto a la ambientación sonora, tengo que decir que a veces me sobraba, se hacía incluso molesta o confusa.
Teatro: Teatro Quique San Francisco
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