Unos módulos de madera con ruedas, un ciclorama al fondo, algunos objetos simbólicos de atrezzo, una buena historia que contar, y tres actrices y un actor como la copa de un pino. Esa es la fórmula con la que cuenta Sergio Baos, dramaturgo mallorquín de Les Maleïdes (Las Malditas), para su obra que tanto nos sedujo este viernes 24 de noviembre en la madrileña sala Cuarta Pared y dentro del 41 festival de Otoño de la Comunidad.
Una iglesia, un convento, un prostíbulo, una casa de acogida... escenarios donde estas mujeres se pierden para volverse a encontrar. Un viaje por carreteras de mala muerte en una furgoneta a mil por hora, al estilo de una road movie trágica, aunque contada de una manera divertida y algo irreverente, o por momentos pinceladas de Lars Von Trier a la mallorquina nos confirma que Baos sabe de cine, de tramas, de atmósferas de acción. Esta obra cautivó el corazón del publico por su buen hacer y su vertiginosa intriga escena tras escena.
Dirigida por Marga López,
esta producción nos invita a viajar con tres mujeres de tres generaciones,
abuela, hija y nieta, tres mujeres de alguna forma abandonadas que huyen de sus
vidas complicadas pero con la sensación de no tener el control sobre su propia
existencia. Pilar es la madre de Águeda, y Águeda la madre de Anna. Anna ya es
toda una mujer, y aparece en casa de su abuela para intentar conocer a su
madre, pero hace tiempo que no saben nada de ella y es entonces cuando salen a
buscarla.
“Sus personajes son poliédricos y las aventuras
en las que se encuentran inmersos pasan de la normalidad a sitios inesperados
en cuestión de minutos. Encima, en Les
maleïdes hay elementos mágicos: un fantasma que no
entiende por qué es un fantasma y una mujer que se cree tocada por Dios. Los
ritmos son pausados y frenéticos a la vez, se sucede todo a una velocidad de
vértigo. Personajes lúcidos y locos a la vez. La vida misma” afirma su directora
Marga López.
¿La hija de Dios? ¿La del diablo? ¿Producto de
un milagro o de algo mucho más profano? En Maleïdes todo, o casi todo, es
posible y es muy fácil para el espectador entrar al juego de la historia que
nos van contando. Yo salí agradecida, como me pasa cuando veo una propuesta
currada, y para más orgullo, al día siguiente descubro que el
vestuario lo han cosido unos amigos (Ana Llorca y Juan Cruz) que son unos
artistas, y que el diseño es de la propia directora. Nos gusta.
Dirección: Marga López
Intérpretes: Lorena Faus, Alicia Garau, Àlvar Triay Sales, Teresa Urroz
Ayudante de dirección: Joan M. Albinyana
Regiduría: Santi Celaya
Escenografía: Xesca Salvà
Espacio sonoro: Joan M. Albinyana
Iluminación: Guillem Gelabert
Vestuario: Marga López
Música original, composición, teclados y dirección musical: Sara Mingolla
Músicos colaboradores en la grabación: Faust Morell (guitarras), Gabriel Saito (trompeta y fiscorn), Benjamí Salom Miró (violín y viola), Joan M. Albinyana (bajos)
Construcción escenografía: PascualinEstructures
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