La sala Francisco Nieva del Teatro Valle Inclán
nos regala una pequeña joya Primera sangre una historia tan real y
auténtica como dura y descarnada. Acompañamos a la dramaturga y directora María
Velasco en este viaje por lo más oscuro de la historia reciente y no tan
reciente de nuestra historia.
* * * * * * *
La obra comienza con un video de los tres
cerditos, un cuento la mar de inocente. Pero ese cuento se va transformando en
una película donde un ser humano disfrazado de cerdo baila con una mujer, para
acabar con la escena de la matanza de un cerdo. La metáfora y el mensaje es
claro desde el principio.
El punto de partida de Primera sangre es un caso
real. Hace más de treinta años, a principios de los 90 del siglo pasado desaparecía
en Burgos Laura una niña de apenas 6 años mientras jugaba en un parque. Unos
días después aparecía su cadáver.
Fue una década especialmente dura y violenta para
muchas niñas y jóvenes que fueron víctimas de una violencia y crueldad
descomunal. Poco después ocurrió la desaparición y asesinato
de las niñas de Alcásser.
María Velasco es natural de Burgos como Laura y
cuando sucedió el terrible asesinato contaba con una edad similar a ella.
"Los poetas nos han engañado: las niñas se parecen
más a los cerdos que a las flores Quizá
sería mejor admitir que las niñas, como el cerdo, son animales impuros, para
evitar que se las coman"
Primera sangre nos ofrece una doble historia en paralelo o las dos caras
de un lamentable suceso. Somos testigos de los momentos que estas niñas pasaban
juntas en el parque. Un parque ahora abandonado donde hace tiempo que no juegan
los niños.
Junto a ese columpio abandonado hay un espacio lleno de tierra que asemeja
a una cochiquera, un espacio que nos muestra la fragilidad de la infancia y la
adolescencia para tantas y tantas niñas, para tantas y tantas jóvenes y por
añadidura para tantas y tantas mujeres.
La fragilidad de una inocencia que en seguida se viene abajo cuando una
de ellas desaparece, es violada o asesinada.
"En el teatro juegan los muertos con los vivos"
Las niñas se
parecen más a los cerdos que a las flores. Con este postulado inicial Primera
sangre nos va enfrentando a todas aquellas cuestiones que ante casos así no
podemos dejar de plantearnos, sobre los motivos que llevan a alguien a un
crimen tan atroz, sobre el papel de los medios de comunicación, sobre la
justicia o la ausencia de ella.
Otro de los
puntos sobre los que se centra la obra es el aspecto judicial de un caso que se
cerró sin resolver.
El papel del
policía encargado de la investigación queda en entredicho, pues nos presenta a
una persona orgullosa y socarrona, con problemas con la bebida y una actitud arrogante
y agresiva, que nos lleva irremediablemente a preguntarnos si se hace lo suficiente
y lo adecuado para esclarecer este tipo de crímenes.
"Hay que tener más miedo a los vivos que a los muertos"
Tres niñas:
Laura, María y Zaira se van deslizando por un espacio que aún siendo exclusivo
para ellas no pueden ocuparlo y disfrutarlo por el miedo en el que se ven obligadas
a vivir.
El espíritu de la pequeña Laura es el eje sobre
el que gira esta Primera Sangre. El fantasma de Laura aparece alrededor de sus
amigas de la infancia. Unas amigas que han adoptado distintos posicionamientos
en su vida para intentar superar lo que le pasó a su amiga.
Por un lado, está María una joven introvertida
y muy unida al espíritu de Laura y por otro su antítesis Zaira un chica alegre
y vital a quien todo lo ocurrido no le ha borrado la sonrisa de su boca ni las
ganas de vivir.
A lo largo de la representación acompañamos a
María y Zaira en el duelo por la pérdida de su amiga, una pérdida que indefectiblemente
irá con ellas el resto de su vida y que condicionará su futuro y su formación y
madurez como mujeres.
Junto a ellas dos adultos; una monja profesora
de las niñas y el policía encargado de la investigación, a su vez padre de
Zaira.
"El miedo no evita la muerte, evita la vida"
María Velasco es la
autora y directora de la obra, además de encargarse del vestuario. Ganadora del
XXXI Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela. Doctora en Comunicación
Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. Estudió dramaturgia en la
Real Escuela Superior de Arte Dramático y Máster en Práctica Escénica y Cultura
Visual.
Respecto a Primera sangre señala “Es una
historia de mi propia infancia: yo tenía la misma edad que Laura Domingo cuando
desapareció. Este fue uno de los muchos casos de violencia sexual que hubo en
los años 90; el crimen de Alcácer fue el más mediático, pero hubo una especie
de pandemia que aún no ha cesado”.
A partir de ese hecho explica “el relato con
el que crecimos las que formamos parte de esa generación. Siempre se
responsabilizaba a las víctimas -dice- por haber estado en el lugar menos
adecuado a la hora menos apropiada: por jugar en la calle, por salir de noche,
por hacer autostop… Es ahora cuando podemos entender lo difícil que
fue ser dueñas de nuestra libertad sexual en ese contexto de amenazas veladas
sobre el terror que acechaba en la calle; y es ahora cuando podemos dejar de
ser sujetos pasivos y denunciar todas esas violencia”.
" No hay nada tan peligroso y tan terrible como la gente normal"
Blanca Añón es la
responsable de una muy original escenografía, a la que acompaña MarcGonzalo
en la iluminación, MiguelAngelAltet en los audiovisuales
y PeterMemmer en el espacio sonoro.
Destacar la cuidada coreografía de JoaquínAbella que viene a ser un personaje más en la obra y que dota a la misma
de un aire sombrío y fantasmal.
En cuanto al elenco lo forman María
Cerezuela, Javiera Paz, Vidda Priego, Francisco Reyes y Valèria Sorolla. Impecables
todos en sus respectivos papeles, quiero destacar a Francisco Reyes, actor por el
que siento una especial predilección y Javiera Paz impecable su expresión
corporal en las coreografías que interpreta, pura magia.
Una obra muy muy recomendable a pesar de la
dureza e intensidad que desprende.
* * * * * * *
Teatro: Teatros Valle
Inclán (Sala Francisco Nieva)
Dirección: Pza Ana Diosdado, s/n.
Horarios: 26 abril al 2 de
junio.
De
martes a domingo a las 18:00.
Ficha artística:
Texto y dirección: María Velasco
Reparto: María Cerezuela,
Javiera Paz, Vidda Priego, Francisco Reyes y Valèria Sorolla.
Escenografía: Blanca Añón.
Iluminación: Marc Gonzalo.
Vestuario: María Velasco.
Escultura: Enrique Marty.
Audiovisuales: Miguel Ángel Altet.
Espaciosonoro: Peter
Memmer.
Coreografía: Joaquín Abella.
Asesoría artística: Judith Pujol.
Ayudante de dirección:
Ruth Rubio.
Ayudante de escenografía y vestuario: Pablo Chaves.
Coproducción: Centro Dramático
Nacional, Teatro Nacional de Catalunya, Ana Carrera y María Velasco (Pecado de
Hybris).
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