El
Teatro María Guerrero cierra el año con uno de los montajes del año y de la
temporada. Se trata de Nada, la célebre novela escrita por Carmen Laforet en
1944; con la adaptación de Joan Yago y bajo la dirección de Beatriz Jaén.
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La
programación del Teatro María Guerrero ha querido hacer coincidir la
representación de Nada con el 80 aniversario de la obtención del Premio Nadal
por parte de su autora Carmen Laforet. Una Carmen tremendamente joven pues sólo
contaba con 24 años cuando recibió el galardón.
Nos
encontramos en la España de posguerra. Andrea es una joven que tras haberse
quedado huérfana se va a vivir a casa de su abuela en Barcelona. Es una persona
soñadora y pesimista, adelantada a su tiempo, luchadora, independiente que comienza
sus estudios de Letras en la Universidad.
La vida
en casa de su abuela es tremendamente dura. Un ambiente muy hostil, lleno de
violencia, malos tratos, penurias y necesidades, envidias y codicia. Frente a
este panorama encuentra algo de luz fuera de ese entorno. En la Universidad
conoce a varias personas que vienen a aportarle brillo y esperanza. Así
Iturdiaga, Pons, Jaime y sobre todo Ena.
Tinieblas
frente a luz, incomunicación frente a comunicación, mal trato frente a
cuidados, frustración frente a esperanza. Cada uno lleva una guerra interior que
de uno u otro modo acaba afectando a Andrea.
Viene a
ser un reflejo de las dos Españas de posguerra. La casa donde vive Andrea viene
a ser la España de los derrotados. Su abuela en constante juego de malabares
para intentar mantener el equilibrio y la calma en una pequeña casa donde
habitan muchas personas. Angustias la tía de Andrea que ha centrado su vida en
la religión con todos los prejuicios que ello acarrea.
Juan
que malvive de vender unos cuadros que valen bastante menos de lo que él cree.
Junto a él su mujer Gloria con la que vive una relación de amor-odio. Una
relación salvaje y bastante violenta. Un Juan que paga toda su frustración con
ella.
Frente
a esa “España” oscura y gris ante Andrea aparece esa otra España luminosa,
alegre y feliz. Frente al ambiente sombrío y tenebroso de su casa familiar encuentra
el contrapunto ideal en la familia de su amiga Ena, cuya madre es una mujer moderna
adelantada a la época que le ha tocado vivir.
La obra
muestra a la perfección el país que Carmen Laforet nos muestra en su obra. Un
país destrozado tras una cruenta guerra de 3 años. Una guerra que destrozó el
presente y futuro de muchas generaciones. Una guerra que una vez finalizada,
lejos de solucionar los problemas que una contienda siempre genera se vieron
acrecentados. Hambre, pobreza, miseria, odio, resquemor, cuentas pendientes…..Una
guerra que agudizó las diferencias entre una España y otra, entre vencedores y
vencidos, entre los de arriba y los de abajo.
Una
España en blanco y negro frente a una España en color. Un país sin futuro y
esperanza frente a otro lleno de esperanzas e ilusiones.
Por lo
que se refiere a la parte artística, ha de indicarse que la pareja formada por Joan Yago y Beatriz Jaén ya
habían coincidido en la exitosa Breve historia del ferrocarril español, estrenada
hace unos años en el mismo teatro María Guerrero.
Joan
Yago
es el responsable de la dramaturgia. Un auténtico reto enfrentarse a realizar
la adaptación de una de las obras más célebres y leídas del siglo pasado.
Excelente el trabajo realizado ya que el resultado final es bastante fiel al
original. Tanto es así que nos presenta a Andrea en un doble papel por un lado
en relatora de la historia que ella misma protagoniza. Precisamente ésta sea
quizás la única pega de la obra, el hecho de ser tan fiel a la historia
original que al tener una gran parte narrativa se hace un pelín larga y creo
que ralentiza un poco el ritmo de la obra.
Aunque
son varias las tramas que se desarrollan, el autor pone el foco en la “amistad”
entre Andrea y Ena. Mantiene la ambigüedad de la relación entre ambas, una
relación que trasciende más allá de una simple amistad.
De
hecho, como indica el propio Joan “La
autora de manera valiente nunca llega a definirla. Porque las cosas a veces son
más complejas y no son blanco o negro y creo que es lo que la hace más
interesante”.
Beatriz
Jaen
es la encargada de la dirección. Ayudante de dirección de Alfredo Sanzol en los
últimos años y montajes. Sobresaliente el trabajo que realiza dada la
dificultad que supone poner en pie la creación de una obra que no fue escrita
para representarse en un teatro. Plasma a la perfección el mundo que Laforet
creó para su novela. La casa donde se “refugia” Andrea, la universidad y los
amigos que la ayudan a evadirse del entorno hostil de la casa de su abuela y el
mundo especial que crea y que gira alrededor de Ena.
Según la directora “Nada es la lucha vital de Andrea, una
lucha interior que se convirtió en un grito generacional, cuando en 1944, y con
tan solo 23 años, Carmen Laforet gana el primer Premio Nadal y sorprende a todo
el panorama literario del momento con esta inmensa novela que es de una belleza
y una crudeza desgarradoras”.
Y añade “que resulta emocionante imaginar sobre el escenario
la adaptación teatral de la primera gran novela de Carmen Laforet. Estoy
nerviosa y, a la vez, más viva que nunca. Este proyecto me ha sumergido de
lleno en el universo de Carmen y ahí me he sentido a salvo”.
Si como
decía adaptar la novela al teatro debió ser un auténtico reto, lo mismo cabe
decir de la escenografía. Impecable el trabajo de Pablo Menor Palomo que
nos traslada tanto a una casa, como a la Barcelona de posguerra. Maravillosa la
disposición, el mobiliario…..Una planta baja lleno de muebles rotos y apilados,
algunos viejos y en mal estado, un piano e incluso un coche de la época. En la
parte superior se encuentra una especie de altillo donde vive Román.
Espectacular
la escena donde ambas declaran lo importante que son cada una para la otra, y
dan viva voz a su amistad y todo ello bajo un torrente de lluvia.
Todo
ello amplificado por el soberbio trabajo de Enrique Chueca en la
iluminación. Espectacular como un sencillo cambio de luces nos hace pasar del
lúgubre y oscuro ambiente de la casa de su abuela a la luminosidad cuando se
encuentra con sus amigos y compañeros de la Universidad.
El
vestuario es obra de Laura Cosar y Luis Miguel Cobo es el
encargado de la música y espacio sonoro.
Por lo
que se refiere al elenco lo forman Carmen Barrantes, Jordan lasco, Pau
Escobar, Laura Ferrer, Manuel Minaya, Amparo
Pamplona , Júlia Roch, Julia Rubio , Andrea
Soto y Peter Vives .
Brillante
la elección del reparto que llevan a cabo una actuación muy coral.Lo que
más me gustó fue que tod@s ell@s tienen su momento de brillo. Sería injusto
destacar alguno sobre los demás, si acaso es evidente -tanto por ser el centro
de la historia como por su personaje – la importancia de Julia Roch como
Andrea. Impresionante su interpretación, una actuación harto compleja debido a
la alternancia de la parte narrativa de la historia con la parte teatral.
En definitiva
imprescindible al ser sin duda -como decía la inicio- una de las obras
esenciales del año y de la temporada.
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Teatro: Teatro María
Guerrero.
Dirección: Calle de Tamayo y
Baus, 4, 28004 Madrid
Fechas: Del 8 de noviembre
al 22 de diciembre.
De martes a domingo a las 20 horas.
FICHA ARTÍSTICA
·De: Carmen Laforet.
·Adaptación: Joan Yago.
·Dirección: Beatriz Jaén.
· Reparto: Carmen Barrantes (Angustias), Jordan lasco (Iturdiaga/Jaime),
Pau Escobar (Pons), Laura Ferrer (Gloria), Manuel
Minaya (Juan), Amparo Pamplona (Abuela), Júlia
Roch (Andrea), Julia Rubio (Ena), Andrea Soto (Antonia
/ Madre de Ena) y Peter Vives (Román).
·Escenografía: Pablo Menor Palomo.
·Iluminación: Enrique Chueca.
·Vestuario: Laura Cosar.
·Música y espacio sonoro: Luis Miguel Cobo.
·Vídeo: Margo García.
·Coreografía: Natalia Fernandes.
·Ayudante de dirección: Romeo Urbano.
·Ayudante de escenografía: Alberto González Araujo.
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