Todos pájaros. Teatros del Canal

Uno de los estrenos más esperados de la temporada teatral se presenta en los Teatros Canal, bajo la dirección de Mario Gas. La obra, escrita por el aclamado autor libanés Wajdi Mouawad, se adentra en la complejidad de las emociones humanas, explorando la herencia cultural, el amor paternofilial, el odio que surge de un entorno hostil y la búsqueda de la aceptación de la propia identidad.




Con una duración de tres horas, "Todos Pájaros" nos sumerge en un mundo donde la identidad y la pertenencia pueden nublar nuestra percepción de nosotros mismos y de nuestras relaciones con los demás. La obra plantea preguntas profundas sobre cómo la memoria familiar y las tensiones entre diferentes culturas y religiones pueden dar lugar a conflictos, y cómo es fundamental buscar un entendimiento mutuo.


La historia sigue a Etian, un joven judío neoyorquino que se dedica al estudio del genoma humano. Su vida da un giro inesperado cuando conoce a Wahida, una chica de origen árabe, en una biblioteca. Juntos emprenden un viaje a Israel en busca de la verdadera historia del padre de Etian. Sin embargo, su amor se ve amenazado por un atentado que cambiará el rumbo de sus vidas. Esta narrativa se asemeja a una versión contemporánea de "Romeo y Julieta", donde el amor entre Etian y Wahida está marcado por el sufrimiento y la imposibilidad, evocando la tragedia clásica en un contexto moderno.

La obra se caracteriza por su exploración de la belleza y el sufrimiento, el amor y el odio, la vida y la muerte, todo entrelazado en un mismo espacio. Wadji Mouawad, conocido por su estilo único, nos lleva en un viaje de autodescubrimiento, donde la identidad y los orígenes se entrelazan con el radicalismo y la tensión entre la ciencia y el espíritu. A través de esta historia personal, se amplifican los conflictos sociales y políticos que dividen a dos pueblos tan cercanos, golpeándonos con la intensidad de sus sufrimientos.


La narrativa se despliega entre dos períodos temporales: el presente y los años previos a la Guerra del Líbano (1975-1990), retrocediendo a 1967 cuando Israel desplazó a más de 100,000 palestinos, alterando el delicado equilibrio de una sociedad en la que coexistían cristianos, judíos y musulmanes.

La obra es un viaje de autodescubrimiento, la exploración de la identidad y los orígenes, el radicalismo y la tensión entre la ciencia y el espíritu, todo se entrelazado en una historia personal que, al reflejar puntos de vista individuales, amplifica los conflictos sociales y políticos que dividen a dos pueblos tan próximos, golpeándonos con la vasta e implacable intensidad de sus sufrimientos. Como ya vimos en  Incendios, pero esta vez desde el lado israelí.

 

Aunque centrada en varios lugares como Nueva York, Alemania, Líbano, un personaje de la trama es el propio Israel, una tierra de desgarro y en un contexto singular: una ola de suicidios de jóvenes varones y mujeres enamorados afecta a todo el país. Estas parejas israelo-palestinas están abocadas a que su amor sea imposible y por ello deciden matarse en señal de protesta.

Mario Gas se encarga de la dirección de esta obra. Conocido por su capacidad para manejar temas complejos y emocionales ya nos deleitó con su dirección de "Incendios" hace unos años. Su enfoque profundo añade una capa de intensidad y autenticidad a la obra. Se le puede acusar de usar más el aspecto discursivo en muchos pasajes que al teatral pero quizás es una manera de interpelarnos a lo absurdo de toda la situación.  La traducción a cargo de Coto Adánez asegura que la esencia original del texto se mantenga.

El  enfoque que se pretende es contar historias a través de un lenguaje poderoso y directo, con toques de metáfora, que envuelven a los personajes y las situaciones en una atmósfera poética. Al mismo tiempo, Mouawad aborda de manera visceral y sin concesiones los conflictos que él mismo ha vivido como niño libanés en tiempos de guerra. Su visión del mundo refleja una metáfora desgarradora del profundo desconcierto y la incomprensión entre los seres humanos.


 

Y somos testigos de su manera de contar cuando podemos oír la fábula del pez anfibio. En ella, un pájaro que vuela sobre el mar, al ver los peces en el agua, siente la curiosidad de entrar en su mundo tan diferente al suyo. Pero recibe la advertencia de que jamás debe acercarse a esas criaturas, ya que, si lo hace, morirá, tal como lo harían los peces si decidieran cruzar al mundo del pájaro. El mensaje es claro: dos mundos radicalmente distintos no están destinados a encontrarse. A pesar de la advertencia, el pájaro decide intentarlo años más tarde y, al sumergirse, experimenta una transformación: le crecen branquias que le permiten respirar bajo el agua. Vive la libertad y la belleza del otro y se siente uno más de ellos. Mouawad reflexiona sobre esta historia de mutación y la interpreta como una metáfora de nuestra época, de la relación con el otro, con el enemigo, y con todo aquello que nos parece ajeno.

Como subraya Mario Gas, la obra se adentra en los errores y contradicciones que genera la identidad; así Leah nos dice “¿Quién es Eitan? Un desconocido

La paradoja de lo que nos separa, y el azar que define las relaciones humanas se muestran  en forma de pájaros. La verdadera esencia humana es, al final, la aceptación de que, a pesar de nuestras diferencias, todos somos más iguales de lo que creemos. El otro, el extranjero, el extraño, son, en última instancia, parte de nosotros.



En el reparto, Manuel de Blas, que vuelve a las tablas después de llevar ocho años retirado, Pere Ponce, Candela Serrat, Aleix Peña, Pietro Olivera, Lucía Barrado, Nuria García, Juan Calot, Anabel Moreno y Vicky Peña, que sustituye a Núria Espert después de que abandonara el proyecto por problemas de salud.

Todos en un trabajo de tres horas impresionante, pero si hay que destacar alguno, me decanto por el de Vicky Peña que esta espectacular, por una Candela Serrat llena de matices y con un sobresaliente Pere Ponce que es un Edipo moderno y que sufrirá la cerrazón de su mente. Pero todos están sublimes en escena.

La escenografía diseñada por Sebastià Brosa es minimalista. Con atrezzo que se va cambiando según la escena y la ayuda de elementos visuales y sonoros transporta al público a diferentes tiempos y lugares. No esperen grandes pretensiones, hacen su función y sirven para darnos un respiro. La iluminación, a cargo de Juan Gómez Cornejo, juega un papel crucial en la creación de atmósferas, destacando momentos de tensión y emocionalidad.



El vestuario diseñado por Antonio Belart refleja la diversidad cultural de los personajes y su entorno. Los trajes son una mezcla de estilos tradicionales  en las escenas donde se dan los ritos y contemporáneos, subrayando el conflicto entre la herencia cultural y la modernidad. Los detalles en el vestuario ayudan a definir los personajes y sus contextos, proporcionando una capa adicional de profundidad a la obra.

No se pierdan esta obra conmovedora que nos reconcilia, en parte, con lo que es capaz de hacer el ser humano. De lo mejor y de lo peor.



RESEÑA ESCRITA POR GEMA COLADO
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Teatro: Teatros del Canal. Sala Verde
Dirección: Calle Cea Bermúdez 1.
Fechas: Del 5 al 29 de Diciembre. De Martes a Sábado a las 18:00. Domingos a las 19:00. 24 y 25 no hay función.
Duración: 3 horas 10 minutos.
Entradas: Desde 9€ en TeatrosCanal


Texto: Wajdi Mouawad
Traducción: Coto Adánez
Dirección: Mario Gas

Reparto
Eitan – Aleix Peña Miralles
Wahida – Candela Serrat
Leah – Vicky Peña
Etgar – Manuel de Blas
David – Pere Ponce
Norah – Anabel Moreno
Eden – Lucía Barrado
Wazzan/Rabino – Juan Calot
Enfermera – Núria García
Médico/Camarero – Pietro Olivera

Escenografía: Sebastià Brosa
Ayudante de escenografía: Igone Teso
Vestuario: Antonio Belart                                        
Ayudante de vestuario: Eva Mendoza
Iluminación: Carla Belvis
Música original y audioescena: Orestes Gas
Videoescena: Álvaro Luna
Colaboradora videoescena: Elvira Ruiz
Ayudante de dirección: Montse Tixé

Producción ejecutiva: Pilar de Yzaguirre – Ysarca
Subdirectora de Ysarca: Pilar García de Yzaguirre
Dirección de producción: Elisa Ibarrola 
Producción delegada: Elena Martínez, Álvaro de Blas
Asistencia producción: José Andrés López
Diseño de cartel: Corazón Brabo
Coordinación técnica: Unocontres Producciones, S.L.
Fotografía: Sergio Parra
Maquillaje: Chema Noci
Vídeo y gráfica: La Dalia Negra

Agradecimientos: 
Pablo Derqui
Alberto Iglesias
Iñigo Benítez


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