El circuito de salas independientes siempre nos trae obras que merecen la pena disfrutar. En este caso la Sala La Usina nos vuelve a dar la oportunidad de disfrutar de Ancestras.
¿Quiso tu
madre ser madre? ¿Qué le dirías a tu abuela si pudieras volver a encontrártela?
¿Sabes por quién suspiraba a escondidas tu bisabuela? Ancestras es una
búsqueda; preguntas que a veces no pueden o no quieren tener respuesta. Una
invocación a los secretos, los silencios, la locura, la ternura... Un deseo de
rescatar la historia de una genealogía latente, de nombrar y visibilizar a las
que estuvieron y siguen estando en las sombras. Una oportunidad para el
reencuentro.
Obra escrita,
dirigida y producida por Mireia Salazar. La obra se centra en la vida de
tres generaciones de mujeres de una misma familia: una madre, una hija y una abuela.
A través de monólogos y diálogos, las protagonistas exploran sus historias,
secretos y emociones, tratando de entender y conectar con sus antepasadas. En
un árbol genealógico unido por hilos rosjos se oye un salmo "Yo soy Mireia, tía de Sonia, tía de Julia, bisnieta de
Ana, nieta de Carmen, hija de Carmen, bisnieta de Carmen… Yo soy Mireia".
Una delicia
que nos hace reflexionar sobre la identidad, el pasado y la conexión familiar,
abordando temas como el cuidado, la salud mental y los abusos. La obra combina
humor y emoción, invitando al espectador a reflexionar sobre su propia historia
familiar y sobre todo de la línea maternal. "Hola,
mamá, ¿cómo estás? Sí, aquí también hace mucho calor. ¿Te pillo bien? ¿Tienes
un poco de tiempo? Vale. Es que estoy haciendo un taller de esos que hago yo.
Necesito que me respondas a unas pocas preguntas. La primera es si yo fui una
hija deseada. ¿No?, ¿Y el Rafa, la Silvia, el David.?".
Se trabaja
desde las voces la hija llama a la madre a través del teléfono y le quiere
preguntar cosas. Pero es la abuela la que a través del Juego “Yo nunca” se
descubren los abusos de un marido maltratador y entra en escena la culpa de los
cuidados hacia esa hija que sufrió esa violencia.
La obra se
desarrolla en una cocina de formica, con un teléfono antiguo y canciones de toda
la vida; “La Bien Pagá” o “A la Lima y al Limón” que nos recuerda a la música
de nuestras abuelas, creando un ambiente familiar y nostálgico. Las tres
actrices, Fátima Cué, Eli Zapata y Esperanza García-Maroto, interpretan
a las diferentes generaciones con gran sensibilidad y profundidad. Y de una
manera tan cercana que te preguntas la gran cantidad de talento que se da en el
teatro y que no llega al gran público.
La obra
explora temas universales como la identidad, el arraigo, la pertenencia. Cada generación de mujeres tiene sus propias
luchas y triunfos, pero también comparten la carga de expectativas, el legado
familiar, el amor y el sacrificio. A través de sus historias, la obra destaca
la importancia de comprender y valorar las experiencias de nuestras
antepasadas. Entender quien fueron para saber quiénes somos. Una vuelta más al
tema de la identidad tan presente en la cartelera teatral actual.
Utilizando una
combinación de monólogos y diálogos se profundiza en las vidas de nuestras
mujeres. La obra se presenta de manera no lineal, con saltos temporales que
ayudan a revelar las conexiones entre las diferentes generaciones. Este enfoque
permite al público ver cómo los eventos pasados influyen en el presente y cómo
las decisiones de una generación afectan a las siguientes.
La abuela
(Esperanza García-Maroto) una mujer fuerte y resiliente, como esas mujeres
de la España gris que ha vivido muchas dificultades a lo largo de su vida. Ha
visto cómo la familia ha cambiado con el tiempo y lleva consigo los recuerdos
de tiempos pasados. Es una figura maternal y sabia, que proporciona consejos y
consuelo a su hija y nieta. A través de sus monólogos, descubrimos sus sacrificios
y luchas personales, como la pérdida de seres queridos y el esfuerzo por
mantener a la familia unida. Su carácter está marcado por la nostalgia y la
fortaleza.
La Madre (Eli Zapata) está en la etapa
intermedia, lidiando con las responsabilidades de criar a su propia hija
mientras se preocupa por su madre anciana. Es en la que recaen los cuidados por
partida doble y los lleva con abnegación porque aún tiene esa carga cultural.
Su arco narrativo muestra sus esfuerzos por mantener la herencia familiar
mientras se adapta a los cambios sociales y personales. A través de sus
interacciones, se revela su lucha interna con las expectativas familiares y su
propio deseo de independencia.
La Hija (Fátima
Cué) representa la generación actual. Es curiosa, ambiciosa y busca su
propio camino en la vida, a menudo en conflicto con las tradiciones familiares
y las expectativas de su madre y abuela. Su personaje explora temas de
identidad y auto-descubrimiento. A través de su viaje, vemos cómo se reconcilia
con su herencia y encuentra su propio lugar dentro de la historia familiar. El
juego del “Yo nunca…”.
La
escenografía es sencilla pero evocadora, con una cocina de formica como
escenario principal. Este espacio íntimo y familiar actúa como un símbolo de
hogar y refugio, pero también de confinamiento y rutina. Sirve como lugar de
reunión donde se comparten historias y se enfrentan a sus realidades. Un
teléfono antiguo como símbolo de conexión entre lo pasado y lo actual, como
medio de comunicación intergeneracional. Algo tan cotidiano y de tanta
importancia para las familias. El poder hablar con sus seres queridos.
El vestuario está cuidadosamente seleccionado para reflejar las épocas y personalidades de cada personaje, ayudando a transportar al público a través del tiempo.
Gracias a la
Compañía Calatea y al gran elenco de actrices por regalarnos esta obra y espero
que la adaptación de Carcoma llegue pronto a las salas y coseche tanto
éxito como Ancestras.
Mireia Salazar
Campoy es una
creadora, educadora y artista escénica nacida en Barcelona en 1981. Se formó en
Teatro e Intervención Social y Teatro del Oprimido en la Escuela Forn de Teatre
Pa'tothom, y ha recibido formación en Teatro Comunitario con Adhemar Bianchi y
Mónica Lacoste del Grupo Catalinas Sur de Buenos Aires. Dirige un grupo de
Teatro en Vallecas “Las Teatrekas”.
Fátima Cué es una actriz y artista que reside
en Madrid. Ha participado en varias exposiciones y espectáculos teatrales,
destacándose por su versatilidad y talento interpretativo. Su carrera incluye
una variedad de roles en diferentes producciones teatrales y artísticas. Eli
Zapata es una actriz conocida por su participación en series de televisión
como "Hospital Central" y "Legionario". Esperanza
García-Maroto es una actriz conocida por su participación en series como "Mil
Sonrisas", "Desaparecidos" y "El don de Alba.
"Ancestras" es emoción, es un viaje familiar emotivo, son actuaciones
brillantes y potentes. La obra ha recorrido varios escenarios de Madrid y
alrededores cosechando una gran acogida desde el 2021. Una experiencia
conmovedora y reflexiva que invita a los espectadores a reconsiderar sus propios
ancestros y que lamentablemente dura sólo 55 minutos. El 17 de enero vuelva
La Usina. Aprovechen.
Autor
Mireia Salazar Campoy
Director
Mireia Salazar Campoy
Ayudante de dirección: Paula Cueto Noguerol
Compañia
Calatea
Elenco
Fátima Cué
Eli Zapata
Esperanza García-Maroto
Técnico: Sergio Vacas
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