Es buen momento este de cenas de empresa y cogorzas de compromiso para enfrentarse a esta comedia sobre la vida intrínseca de nuestros jefes y trabajos. También es de celebrar que aparezca por fin alguna versión teatral sobre el director de cine Lars von Trier, con esa acidez característica con la que cubre todo lo que toca y del que soy confeso admirador. Se agradece.
El capitalismo en esta "comedia" exhibe muchas de sus contradicciones que se van desgranando ante una idea genial: un jefe (Críspulo Cabezas) que diluye su cargo escondido tras el sistema, para manejar mejor los hilos de todo. La vida misma. Que nadie sepa que el jefe es él. Muy original. Cuando quiera vender la empresa un actor (Fernando Gil) le reemplazará por una tentadora oferta monetaria que acabará no siendo suficiente. Metateatro. Hoy los verdaderos jefes ocultan su rostro y no se les exige que den la cara como a los políticos o los tiranos de antaño y de ahora mismo. Dejarse ver ya no es necesario...puede ser, incluso, preferible. Así se las gasta el poder...de lo económico.
La obra ya sólo por esto merece la pena. Y, por descontado, el directivo/interprete experimentará su seducción y le cogerá gusto. Es, además, un guiño a situaciones absurdas, cómicas, con aroma a Harold Pinter, que recuerdan al mejor teatro, ese en el que te llevan a un lugar donde las cosas se ven de otro modo. Y te pones a pensar...
Bien interpretada y adaptada al
castellano en la versión del mismo Fernando Gil junto con Ricardo Hormos que la
dirige, puede pasar como una comedia sin más pero no es así, ni sé si le
hubiera gustado al bueno de Lars pero no importa, no vamos a ir a preguntarle;
su cine no tiene ninguna gracia, ni falta que le hace. Cuando vemos algo suyo
nos ponemos a tiro de su mirada felina, pocos directores han sido tan incómodos
con el espectador como lo es él. Sin embargo, esta versión española conserva
algo de ese veneno inoculado por el director danés en todas sus obras. Siempre
es un desafío.
Es posible, que haya quien se quede simplemente en el burladero con la risa fácil como único pretexto, esa vieja pandemia del teatro, pero hay mucho más, algo más oscuro que tiene que ver con la deshumanización del trabajo y del mismo sistema donde nos movemos y existimos. Entre risas y cheques se ha liberado a la máquina y al hombre de su conciencia, quizás porque la máquina nunca la tuvo ni pudo tenerla. Quizás porque, en definitiva, ya somos todos cada vez más maquinas...tal y como estaba previsto.
¿O es que no se trataba de eso?
Vean, vean cómo avanza la inteligencia artificial.
El resto es echarse a andar y jugar con las palabras y las situaciones en el contexto de la oficina de una gran empresa, por ejemplo, donde todo parece reflejarse. Busquen paralelismos, el mundo es más pequeño de lo que parece.
Una puesta en escena escueta y eficaz, inspirada en la que diseñó el director británico Jack McNamara acompaña a unos actores muy en su papel, cuasi coreográfico, rítmico incluso y con fuerza suficiente para hacernos aplaudir con ganas al final. Pregúntense a sí mismos cuando vayan, de que se ríen o por qué...pero antes disfrútenla, por favor.
Y todo esto con el permiso de Lars von Trier, por supuesto.
Teatro: Teatro Pavón. Sala Principal
Dirección: Calle Embajadores 9.
Fechas: Del 21 Nov 2024 al 26 Ene 2025. Miércoles a sábados a las 19h00. Domingos a las 18:00h
Duración: 90 min. aprox.
Entradas: Desde 12€ en elpavonteatro.
Ficha artística
Autor: Lars Von Trier
Dramaturgia teatral: Jack McNamara
Versión en castellano: Ricardo Hornos y Fernando Gil
Dirección: Ricardo Hornos
Reparto: Fernando Gil, Críspulo Cabezas, Carol Rovira, Laura Laprida, Viti Suárez y Aure Sánchez
Escenografía y proyecciones: Maxi Vecco
Vestuario: Pablo Battaglia
Diseño de iluminación: Carlos Torrijos
Producción: MP Producciones
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