Antes de hablarles de esta magnífica e
hilarante puesta en escena, vamos a adelantarles algo. Para ponerles en
antecedentes y situarles en el contexto.
En el Siglo de Oro español se crea un
subgénero a partir de la comedia de capa y espada que tendrán a bien llamar la comedia de
figurón, es este un estilo en el que los personajes son cómicos y con
características del todo ridículas y bufonescas.
Francisco de Rojas Zorrilla publicaba
en 1645 uno de los clásicos mas reconocidos de este subgénero “Entre bobos anda
el juego” que sería representada ante el mismisimo rey Felipe IV con motivo de
las fiestas de carnaval en el Alcazar de Madrid. Desde esa primera
representación han tenido lugar hasta nuestros días numerosos montajes de la
obra.
Yolanda
Pallín es en este caso la encargada de versionar una obra en la que veremos
como trasladaba Rojas Zorrilla personajes que aman, sufren, seres mundanos, de
carne y hueso pero cercanos a la farsa y el histrionismo. Un juego de
equilibrios y contrapesos. La unión del ritmo frenético, la comicidad y el
absurdo unido al enredo en el que los personajes se enamoran y luchan dialécticamente,
bobamente, a su manera. Pallín dotará con tintes de actualidad este clásico donde
guitarras en escena, gafas de sol y un actor siendo dama tendrán cabida en esta
puesta en escena y completarán la farsa.
Se lo
contamos
Don Lucas del Cigarral es un personaje del todo
estrafalario, adornado con fealdad, avaricia, orgullo, lo tiene todo, todo lo
negativo. Cuenta eso si, con una buena posición social, y es así como pretende
contraer un matrimonio concertado con una humilde y bella Isabel de Peralta. El
padre de Isabel, hará lo posible por convencer a su hija casadera de que Don Lucas
es el mejor de los pretendientes que pudiera tener. Sin embargo, ella está
enamorada de otro, de Don Pedro un apuesto, talentoso y lisonjero Don Pedro,
primo de Don Lucas. El mensajero de Don Lucas, llamado Cabellera no
tiene por mas que no parar de hablar mal del señor al que sirve siendo el
enviado para llevar a Isabel con Don Lucas. En el camino, en un mesón, tate, se encuentran con Don Luis un
antiguo pretendiente de Isabel, lo que hará que las cosas se compliquen mas
aún. Doña Alfonsa, hermana de Don Lucas, es una dama sensiblera, y pucherosa
que en edad casadera parece no encontrar pretendiente.
Eduardo Gasco dirige una puesta en escena de un
modo ágil, dinámico y divertido acompañándose de un elenco de excepción en las
lides del teatro clásico. La creación de personaje por parte de José Ramón
Iglesias es sumamente sensacional, solo verle aparecer en escena hará las
delicias de todo un patio de butacas que reirá con cada gesto del actor. En el
papel de Donde Lucas del Cigarral, el actor trasladará una energía en escena
que no decaerá en ningún momento de la función, será quizá el amor a Isabel de
Peralta interpretada por una exquisita Isabel Rodes, la actriz llenará la escena
de buen hacer con meritorio verso en las conversaciones y relación con Daniel
Albadalejo en el papel de Don Pedro, acompañado de su gran presencia y voz será
el que ponga la templanza en escena en una función tan dinámica, cómplice con
Arturo Querejeta interpretando a Cabellera, la originalidad y el secretismo en
sus diálogos harán que todos permanezcamos expectantes. Un mensajero Cabellera,
con guiños y flirteos a Elena Rayos, una gruñona pero presente criada,
Jose Vicente Ramos convertido en un interesado
padre, que mas que el bien de su hija, quiere el porvenir de su hacienda.
Siempre cercano a Isabel un enamorado y antiguo pretendiente de Isabel, Don Luis
interpretado por Fernando Sendino, con él viaja su sirviente Carranza, Rafael
Ortiz que le sigue fiel ante sus desvaríos.
Antonio de Cos, será uno de los personajes mas histriónicos y con una personalidad mas marcada, plañidera y sensiblera, de Cos se pondrá en la piel de una dama que a todos parece pretender y ninguno la pretende a ella, será el personaje que mas llegue al extremo de la comicidad y la burla, generando risas en el público en cada aparición.
Carolina González será la encargada de una escenografía, que
aunque sencilla nos sitúa en cada uno de los espacios en los que se encuentran,
es Lorenzo Caprile en la elección de vestuario quien ha sabido contextualizar
el Siglo de Oro y un subgénero tan particular, utilizando tintes actuales, que
dan color y rapidez a la función, destacando el vestuario de Jose Vicente Ramos
por su originalidad. Miguel Ángel Camacho en iluminación completa una puesta en
escena redonda.
Una verdadera joya del teatro clásico, que no se deben perder. Figuronamente recomendable.
Teatro: Teatro de la Comedia
Dirección: Calle Príncipe.
Entradas: Desde 6€ en entradasinaem. Hasta el 3 de Marzo.
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