La Historia nos ha mostrado a Nerón como un tirano, un emperador narcisista que estaba obsesionado por las bellas artes, incluso por encima de sus ocupaciones como máximo mandatario del Imperio Romano. Obsesionado por tocar su lira, pasa las horas dando recitales de canto y poesía a sus más cercanos. En su egocentrismo, además de creerse un gran artista lírico, caben todos los vicios conocidos, manteniendo relaciones con esclavas, súbditos e incluso con personas de su propia familia. En esta corte de lujuria y desenfreno nos encontramos con Petronio (su fiel consejero), Popea (su amante que siempre está de acuerdo con el tirano), Marco Vinicio (un artista al que el emperador intenta seducir) y Tigelino (aparentemente hombre de confianza del emperador, que conspira contra él en la sombra), una olla a presión que en tardará en saltar por los aires.
Por cuarto año consecutivo aterriza en Madrid una muestra de la pasada edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida. Desde el 27 de Marzo y hasta el 2 de Junio, cinco montajes se representarán en el Teatro Bellas Artes y en el Teatro La Latina, de los programados en el Festival emeritense en las dos últimas ediciones. El ciclo comienza en el Teatro Bellas Artes con "Nerón" (del 27 al 31 de Marzo) y en el Teatro de La Latina con "La loca, loca historia de Ben Hur" (que estará hasta el 2 de Junio). Ya en Abril podremos ver "La Bella Helena" (Del 3 al 7 de Abril), "Hipólito" (Del 10 al 14 de Abril) y "Viriato" (Del 17 al 21 de Abril), todas ellas en el Teatro Bellas Artes. Hay que recordar que ya a principio de temporada pudimos disfrutar en el Teatro La Latina de "Fedra", estrenada el pasado verano en Mérida.
Esta producción del Festival de Mérida y Secuencia 3 ("Tristana", "Un marido ideal"), es un montaje Eduardo Galán (con la colaboración de Sandra García) inspirado en la novela "Quo Vadis?" de Henryk Sienkiewicz, aunque también en textos del novelista Petronio y del historiador Suetonio, a los que debemos en gran medida la imagen que tenemos del emperador, como un loco capaz de quemar una ciudad para reconstruirla a su gusto, asesinar a su madre y a su esposa, o castrar a uno de sus esclavos para convertirlo en su esposa. Galán engrandece la leyenda para crear un personaje maquiavélico, para hacernos reflexionar sobre el poder del pueblo a la hora de actuar en contra del tirano (el cual tiene todos los vicios posibles y sólo mira por su propio interés).
"Nuestro Nerón es un drama histórico, lleno de fuerza y pasión, desarrollado mediante una estructura moderna (varios flash-back y escenas simultáneas con espacios variados: desde el palacio o el teatro romano de Nápoles a las catacumbas)" relata Eduardo Galán, que explica que "el espectador podrá recordar la famosa película protagonizada por Robert Taylor, Peter Ustinov y Deborah Kerr. Por la obra desfilan personajes históricos y ficticios como Petronio, Marco Vinicio, Agripina, San Pablo, Ligia, Tigelino o Esporo", para acabar sentenciando que "poder y arte, política y ambición, locura y poder, todo ello se funde en Nerón".
La dirección corre a cargo de Alberto Castrillo-Ferrer (con Silvia de Pé como ayudante y Álvaro Siddharta como asistente), que describe al protagonista como "un personaje atractivo, sensual, con mucha fuerza, con mucha fuerza, con mucha garra". El director se ha acostumbrado a montajes de esta índole, en los que todo gira sobre la figura de un personaje muy "singular", que lo acapara todo. Montajes como "Cyrano de Bergerac", "Si la cosa funciona" o "Tristana" marcan esta línea argumental. Director experto en la comedia, en los últimos tiempos ha realizado éxitos como "El test", "Feelgood", "La comedia de los enredos" o "Perdona si te mato, amor". Aquí nos muestra pinceladas de esta vis cómica (sobretodo en el personaje de Nerón), aunque el tono general de la obra es bastante duro.
"Podemos considerar a Nerón como el emperador artista, amante de la cultura y de todas las artes. Esto no significa que no fuera a la vez un tirano cruel y déspota". Estas palabras de Galán nos muestran el interés de la obra por plasmar esa doble personalidad (tan distinta la una de la otra) del protagonista. Sobre esa dualidad gira toda la obra, un personaje amante del arte y la cultura, al que no le interesa el cargo que tiene que ocupar, pero que utiliza su poder de manera despótica, sádica e, incluso por momentos, salvaje. Una persona que huye de su destino pero que ejerce su poder de manera desmesurada, destrozando todo a su paso, prescindiendo de todo el que no opina como él o simplemente le resulta molesto.
La obra nos habla del desmesurado poder que puede llegar a aglutinar un solo hombre, como la política hace misteriosos compañeros de viaje, gente que se acerca a quien ostenta el poder por el mero hecho de poder alcanzar mayores cotas en el escalafón social, o por el oscuro interés de adquirir su confianza para luego traicionarle. Un relato que nos habla de ambición, de poder, de política, pero también de amor, de arte, de amistad, de compañerismo. La figura de un hombre trastornado al que la gente sigue por el simple hecho de ser quien es, sin poner en duda nada de lo que dice ni mucho menos plantarle cara. Un fiel reflejo de como los pueblos se han dejado oprimir por el poder, por el tirano de turno, sin ser conscientes del verdadero poder que se tiene como colectivo.
El relato se basa en la vida de Nerón, como figura sobre la que gira toda la trama. Daniel Muriel ("Cabaret", "Las heridas del tiempo") es el encargado de dar vida al enloquecido emperador, obsesionado con sus poemas, sus canciones y la relación incestuosa que tuvo con su madre y que le marcará para siempre. El actor se mueve entre la comedia y el drama con gran naturalidad, creando un personaje con atisbos de locura pero sobretodo de un gran egocentrismo, siendo su única ambición su bien común. Muriel nos muestra un Nerón cruel, al que no le importa lo que tenga que hacer para conseguir sus propósitos, un emperador que se centra en su pasión por tocar la lira mientras unos senadores se conjuran para derrocarle.
Junto al emperador están siempre su amante Popea, a la que da vida Diana Palazón ("La cocina", "Los miércoles no existen"), y su fiel Tigelino, interpretado por Javier Lago ("Los diablillos rojos", "Bansia"). Siempre muy presente también en la vida de Nerón está su madre Agripina, interpretada por Chiqui Fernández ("El florido pensil niñas", "Maribel y la extraña familia"). Menos afines al emperador, pero igual de cerca están en senador Petronio, al que da vida Francisco Vidal ("Zoo de cristal", "Es solo una enfermedad")y el héroe de guerra Marco Vinicio, al que interpreta José Manuel Seda ("El prisionero", "Faraday"). Por último Carlota García ("Centro médico", "Cuéntame como pasó") interpreta a Ligia, mientras que Daniel Migueláñez ("La juventud de Cervantes", "El círculo de hierro") dobla papel, interpretando a Esporo y a San Pablo.
La escenografía en este tipo de montajes suele ser menos impactante que la desplegada en Mérida, por razones lógicas de espacio. En este caso la escenografía diseñada por Arturo Martín Burgos se centra en una serie de piezas icónicas que estructuran el espacio sin definirlo demasiado, para poder "albergar" distintos lugares. Toda la escena aparece cubierta de mantos rojos, símbolo de los lugares ostentosos por los que transcurre la historia. La iluminación, a cargo de Nicolás Fischtel, ayuda a cambiar de situación, así como para dar distintas "texturas" al ambiente. El vestuario ha sido diseñado y realizado por Marie-Laurie Bénard, con todas las dificultades que conllevan estos atuendos.
Teatro: Teatro Bellas Artes
Dirección:Calle Marqués de Casa Riera 2
Fechas: Miércoles a Viernes a las 20:30. Sábados y Domingos a las 19:00
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