Torpes, desmañados, desaseadas, desaliñados, andrajosas, harapientas, sucios,
descuidadas pero ante todo cargados de pasado en fusión con el presente
personajes espejo de una realidad cercana que queremos obviar, donde ya no hay
público, no hay bohemia, sino mas bien turismo y divertimento superfluo.
Y es de esto último de lo que sin duda
huyen las creaciones de La Zaranda- Teatro Inestable de Ninguna Parte,
desbrozando las creaciones hasta no dejar sobre sí atisbo alguno de elementos que entorpezcan la esencia de lo que quieren
contar, alejando lo superficial e
incorporando las cuestiones mas universales a sus montajes.
Eusebio Calonge nos presenta un texto
sin ambages, ni limites como de aquel
que duele de la mezquindad, la abulia y la pasividad ante la ética y la estética,
del que sabe que el fin de la poética estuvo por llegar y llega ya. Un texto que supone una forma de entender el
arte, la creación y el teatro, tan verdad que llegará al espectador de una
manera directa y certera.
La Zaranda en su conjunto parecen habernos
sentado frente a ellos, para mirarnos a los ojos y decirnos “esta es la
realidad que no quieres ver, ¿te gusta? “y es así con esta premisa, como
entendemos que Paco de la Zaranda dirige con maestría esta puesta en escena
donde personajes de todo pelaje pasaran ante nuestros distraídos ojos , hasta
que no les perdamos la pista ni un solo segundo.
La brillante utilización de los
silencios se vuelven necios y tercos a partes iguales, acostumbrado todo un público
de butacas, a la rapidez, el ruido y las conversaciones incesantes e
inconexas. La desidia que exhala cada gesto y cada palabra supone aquí un grito
al miedo y la rutina, al ruido y a no saber callar cuando no se tiene nada que
decir. Una bofetada de realidad que paso a paso de la función nos hace mas cómplices
de esta realidad, mas verdugos.
Paco de La Zaranda se acompaña de un
elenco que construye un universo de ideas, desde lo mas particular consiguen
tocar temas tan universales, que nos hacen sentir pequeños y vulnerables.
Asistimos a la degradación del arte y nosotros... nosotros nada, convidados de
piedra en una esfera que parece no pudiéramos cambiar, donde el impulso a la
cultura fuere cada vez mas un imposible.
Gabino Diego, Inma Barrionuevo,
Francisco Sánchez, Gaspar Campuzano, Enrique Bustos y Mª Ángeles Pérez-Muñoz
componen un elenco brillante, actores y actrices que ponen toda su intensidad y
emociones en escena a la altura de un texto de tal magnitud.
Gabino Diego está increible en el
papel de Melvin Kentuki un personaje atolondrado y americanizado con ansias de
fama y espectáculo, un hortera que hará las veces de un maestro de ceremonias poco
próspero, a su lado Enrique Bustos, Pepe
el director de todo este entramado que mucha energía no despliega, ustedes
entenderán el motivo cuando vayan a disfrutarla.
Uno de los personajes mas llamativos
sin duda será el de La Rajá encarnado por Francisco Sánchez una diva venida a menos sórdida y desgarbada a la que
Culipicao interpretado por Gaspar Campuzano, no la deja venirse arriba.. “no la
deja trabajar” y así ella no puede llegar a su máximo esplendor. Inma
Barrionuevo y Mª Angeles Pérez- Muñoz compondrán un todo entre las dos,
intentando animar este cabaret entre notas al piano de desarraigo y voces de
hastío.
Completan una formidable función la maravillosa escenografía que nos traslada a la esencia mas lúgubre de una sala de varietés acompañada con el vestuario trabajo de Encarnación Sancho junto al trabajo de iluminación de Peggy Bruzual mecida entre luces y sombras que generan un equilibrio necesario en la negritud global.
El desguace de las musas
Teatro: Teatro Español
Dirección: Calle del Príncipe, 25.
Fechas: Del 22 de mayo al 9 de junio.
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