Teatro: Me gusta como eres. Teatro Lara

La vida actual nos tiene enganchados a la tecnología, sobre todo a los móviles. Un arma de doble filo que a veces puede gastarnos malas pasadas. Por un lado nos mantiene conectados con el mundo, nos permite tener la información al alcance de la mano, pero por otra parte nos va separando cada vez más de la realidad, de las relaciones físicas, de los momentos que antes disfrutábamos en compañía y ahora fotografiamos para colgar en las redes. En la era de la comunicación, paradójicamente las personas tienen más difícil el tejer relaciones reales, más allá de las propias herramientas tecnológicas.



El móvil, ese aparato del demonio que nos ha convertido a todos en dependientes (tu también si, digas lo que digas), puede meternos en muchos líos. Un wasup mal mandado, un audio indebido de madrugada, un pago del que te arrepientes al momento, una aplicación a la que estás enganchado, juegos que no te dejan estar pendiente de la realidad... Una herramienta que puede ser tan útil como traicionera, si no sabemos dosificarla y acabamos filtrando toda nuestra vida a través de la pantalla.


El Reló Producciones nos presenta esta divertida comedia (basada en la obra "J´aime beaucoup ce que vous faites" de la dramaturga Carol Greepsobre las relaciones de amistad, las falsas apariencias y el mundo tan superficial en el que vivimos, en el que no estar conectado a todo te convierte en un bicho raro. La productora, creada por Gabriel Olivares hace más de una década, se ha convertido en todo un referente, con montajes tan destacados como "Our Town", "Una semana nada más", "En el baño" o "Pareja abierta, el musical". Para esta ocasión, Olivares vuelve a contar con Jordi Galcerán para la adaptación, tras el éxito cosechado por ambos con "Burundanga". Galcerán nos presenta un texto ágil y con mucho ritmo, en el que cuatro personajes muy bien definidos y estereotipados, nos harán pasar un buen rato a costa de una amistad que se derrumba por momentos debido al mal uso del móvil, o yendo un poco más allá a la doble moral que tienen sus personajes con los que se consideran sus amigos.


Gabriel Olivares es, a estas alturas, uno de los pilares básicos de la industria teatral de nuestro país. Desde su irrupción a finales de la pasada década con títulos como "Mi primera vez", "Avenue Q" o "Venecia bajo la nieve", ya se veía venir que estábamos ante un autor con un ojo especial para la comedia. Convertido en referente con títulos como "El nombre", "Al final de la carretera", "Una boda feliz" o "La madre que me parió" (actualmente en su cuarta temporada en el Pequeño Teatro Gran Vía), sabe manejar los tiempos de la comedia como nadie, como nos vuelve a demostrar en esta divertida parodia de la sociedad en la que vinimos, con una hilarante historia que no para de crecer, hacia la hecatombe final. Una historia marcada por sus cuatro personajes, perfectamente perfilados, que el director sabe dirigir a su antojo, para llevarlos a las situaciones más extremas y conseguir momentos de gran comedia.


El planteamiento de la obra nace, como en cualquier comedia de enredo que se precie, de un desliz, una equivocación que convierte la trama en una montaña rusa llena de disparatadas situaciones. Adaptada a nuestros tiempos, esta equivocación viene propiciada, como no podía ser de otro modo, por el móvil. Una pareja que se dirige a ver a unos amigos a su casa en el campo se dejan una llamada sin colgar en el momento más inoportuno. Este descuido traerá graves consecuencias, ya que los anfitriones de la casa escucharán la conversación, en la que no quedan en muy buen lugar. Este punto de partida nos lanza a una comedia desenfrenada, desbocada desde el mismo momento en el que las parejas se encuentran y todos se muestran incómodos, los invitados porque odian el campo (y a sus supuestos amigos), y los anfitriones por todo lo que acaban de escuchar que sus, a estas alturas ya ex amigos, han dicho sobre ellos.


Los invitados intentan fingir que están encantados de estar en el campo, mientras que los anfitriones (con la información que acaban de conocer) les ponen en aprietos para desenmascarar esta farsa en la que se ha convertido la visita. Un divertido tira y afloja en el que cada uno juega sus cartas, unos al ataque, para intentar que sus amigos se delaten ellos mismos, y los otros a la defensiva, fingiendo desde el primer momento que están encantados en un lugar que les resulta ajeno muy incómodo. Dos parejas antagónicas nos regalan una lucha por defender sus ideas sobre la vida, la sociedad y la amistad. Un juicio en el que se pone en la balanza la vida en el campo frente a la de la ciudad, el ritmo desenfrenado de nuestros días contra la tranquilidad (casi olvidada) de vivir ajeno a la realidad y centrados en el entorno más cercano.





El elenco es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la obra. Miren Ibarguren y Oscar de la Fuente dan vida a la pareja urbanita y aparentemente triunfadora que viene de visita, mientras Pepa Rus y Juanan Lumbreras dan vida a la pareja que ha decidido apagar el móvil, irse a vivir al campo y llevar una vida tranquila. Dos parejas que chocan por su forma de entender la vida desde el primer momento, pero cuatro actores que se entienden a la perfección y saben hasta donde tienen que llegar en cada momento para poner al límite a sus compañeros, consiguiendo una química que potencia la historia. Un elenco que se apoya y se complementa a la perfección, para que podamos ver en cada uno de ellos a personas que conocemos, ya que consiguen crear personajes muy familiares.


La obra de desarrolla en la casa, en medio del campo, al que se han ido a vivir Carolina, interpretada por Pepa Rus ("No me olvides (el maestro Juan Martínez que estaba allí)", "Un chico de revista"), y Pedro, a quien da vida Juanan Lumbreras ("La ternura", "Edipo Rey", "Canícula"), en un intento por escapar de una vida llena de tecnología y comunicación mal entendida, de un mundo en el que vivir con el móvil apagado te convierte en un bicho raro. Una pareja sencilla que vive aislada del mundo. Él, un escritor que lucha por vender alguno de sus textos, mientras ella intenta adaptarse a una nueva situación centrada en la decoración de su nuevo hogar.

Pepa Rus vuelve a demostrar su facilidad para la comedia, regalándonos un personaje cargado de fuerza y con una personalidad muy particular. Su desparpajo y su vis cómica marcan sin duda a una mujer que vive en continua contradicción, queriendo agradar mientras no para de meter la pata. Una actuación que marca el ritmo de la obra, con momentos realmente brillantes, como la aparición cuando llegan sus amigos. Junto a ella tenemos a Juanan Lumbreras, un escritor en horas bajas que busca la inspiración lejos del mundanal ruido. La pareja que forma junto a Rus encaja a la perfección desde el primer momento. Lumbreras interpreta a un tipo decaído, pero que poco a poco se viene arriba ante los acontecimientos. Su facilidad para la palabra le convierte en el inquisidor perfecto. Un papel que va creciendo según avanza la historia.  



Por su parte, la pareja que viene de visita odia el campo y viven en la espiral de vorágine y postureo típica de nuestra sociedad. Laura, interpretada por Miren Ibarguren ("Dos más dos", "Juntos"), es una pija con pocas luces que vive de su apariencia y obsesionada con su imagen y las redes sociales. Su marido Carlos, interpretado por Óscar de la Fuente ("Los hermanos Kamarazov", "Los cuentos de la peste"), vive deslumbrado por su éxito, con un trabajo que le quema, al igual que el exceso de rayos uva.

Miren Ibarguren está descomunal en su papel de chica guapa que no se entera de nada, con sus continuos equívocos en cuanto tiene que utilizar palabras que no suele utilizar. Desde que comienza a hablar, en la escena del coche, cada vez que interviene resuena el patio de butacas. El duelo que mantiene con Pepa Rus es memorable y se nota la química que existe entre las dos, ya que sus discusiones fluyen de una forma muy natural. Una gran interpretación de un personaje muy estereotipado, con todos los tics que se le suponen a una chica pija que vive de lo que gana su marido (aunque como dicen en la obra, ahora mismo está trabajando en una tienda). Por su parte Óscar de la Fuente está sobrado en su papel de triunfador al que le interesa mucho más sus partidas de golf que esta visita al campo. Su personaje, cercano por momentos al Julián Muñoz más casposo (con subida de pantalones hasta el ridículo), no deja de sorprender con sus continuos cambios de postura. Sin duda es el personaje más falso de los cuatro, ya que tiene demasiados misterios en la guantera, lo que hace que el personaje sea más complejo, ya que muestra distintas caras a lo largo de la historia.





La escenografía creada por Anna Tusell, con Marta Guedán como ayudante, nos traslada a la casa de campo donde viven Carolina y Pedro. La escena se sitúa entre las distintas partes de la vivienda, dividida esta en tres espacios (salón, comedor y entrada) escénicos que se entremezclan. Un ingenioso movimiento nos convierte parte de la escena en una carretera (gracias al vídeo creado por Bruno Praena)  y el coche que lleva a Laura y Carlos a la casa. Elemento fundamental en el desarrollo de la obra es el espacio sonoro creado por Andrés Belamonte, que nos desvela algunos de los momentos clave de la obra, a la vez que apoya la escena en todo momento. Por su parte, la iluminación que ha diseñado Daniel Navarro ayuda a completar los distintos ambientes de la obra, de la calidez del hogar a la frialdad de la noche. Por último, el vestuario creado por Mario Pinilla dota a cada personaje de una personalidad muy peculiar, sobre todo en el caso de Pepa Rus, que cambia radicalmente de indumentaria según el momento.


 La nueva creación del tandem formado por Gabriel Olivares y Jordi Galcerán no defrauda. Estamos ante una comedia con mayúsculas, de las que nos hacen disfrutar de principio a fin, sin mayor obsesión que la de hacer disfrutar al público (como si eso fuera poco). Una historia que se va liando cada vez más, en la que todos ocultan sus verdaderos sentimientos hacia los otros, lo cual siempre da pie a situaciones de lo más cómicas. Si queréis pasar un buen rato y reíros de la sociedad en la que vivimos, esta es vuestra obra. Además hay cuatro pedazo de actores que encajan a la perfección
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Me gusta como eres
Teatro: Teatro Lara
Dirección: Corredera baja de San Pablo 15.
Fechas: De Martes a Viernes a las 20:00, Sábados 19:00 y 21:00. Domingos a las 18:00
Entradas: Desde 7€ en teatrolara, ticketea, entradas.com, atrapalo. Del 4 de Octubre al 5 de Enero.


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