Desde el año 718 con la creación del hotel Hoshi Ryokan en Japón,
con 1.300 años de antigüedad, regentado por 46 generaciones de la misma
familia, pasando por el Hotel Central & Café de Copnehague, en Dinamarca,
con tan sólo una habitación, una suite de 12 metros cuadrados, o hasta llegar a
la Torre dei Prendiparte, una de las torres gentilicias que queda en pie en la
ciudad italiana de Bolonia, con 61 metros de altura, donde se puede disfrutar
de la suite que hay en lo alto del edificio, lo que se cuece en los hoteles es
curioso, ¿ no creen ?
Todas
esas personas que están de paso, que viven, que duermen, que aman, follan, ríen
, lloran , nacen, mueren….en esas camas sin nombre, en esos cuadros sin dueño,
en esas mesillas de noche, cómplices de las conspiraciones , acuerdos y
desacuerdos que pueden surgir entre esas cuatro paredes, a veces chismosas , a
veces discretas. Curiosa es la historia que nos ofrece Mariano Rochman con esta
obra, donde cuatro personajes intentan rehacer sus vidas tras las cosas de la
vida , las parejas, los amores, con sus idas y venidas, con sus saltos en el
tiempo, donde todo puede ocurrir y donde todos justifican sus actos buscando
esa felicidad que no sabe de inocentes ni culpables. Esta tragicomedia que nos
ofrecen estos domingos fresquitos el teatro Luchana nos lleva a reflexionar
sobre la vida, sobre sus puntos de vista, sobre lo relativo y lo importante,
sobre como afronta cada personaje la misma realidad ,pero con miradas
distintas.
También
aparecen madres, viejos complejos, pasiones varias, colores , finales felices o
no, sueños sin contar, sueños contados, soledades y extraños compañeros de
viaje… y todo desde su butaca, con la única compañía de una habitación de
hotel. José Bustos, Sauce Ena, Xoel Fernández y Elena Rey nos ofrecen varias
miradas, varios enfoques sobre las relaciones humanas, sobre los logros y los
fracasos, sobre las emociones y sus miedos, sobre el amor y sus escondites,
sobre la vida en sí.
En un escenario con la cama como protagonista, con distintas iluminaciones que nos trasladan distintos estados de ánimo y de actitud, el elenco nos lleva a esas situaciones en las que alguna vez nos hemos visto reflejados, o quizá nos las han contado, y nos hacen investigar en nuestro interior sobre lo que fue o no fue, o lo que pudo haber sido , o lo que tal vez será. Cuatro personajes, cuatro personalidades, cuatro caras de la misma moneda, tan dispares y a la vez tan parecidos, cuatro almas perdidas en busca de una felicidad difícil de encontrar, con la soledad por bandera, y con la incertidumbre de lo que fue antes o después, la gallina o el huevo, el engaño o la traición.
La
confianza o los celos. Cuatro formas de enfocar la vida, de pasar por ella
ofreciéndonos sus miserias y grandeza, traspasando l a cuarta pared , a la que
nos invitan a esa habitación desde un inicio.
Bajo una dirección sobria, de la mano de Mariano Rochman, un vestuario colorido, monocromático, sobrio también, y una escenografía sencilla, necesaria y elegante para permitir esos cambios de escena sin salir de allí, Noches de hotel nos ofrece lo que la realidad nos puede servir, en cualquier situación, momento o circunstancia de la vida. Una elección. Y de ahí surge todo.
Así
que ,distinguidos lectores y lectoras, si quieren pasar una noche en Madrid, en
un céntrico hotel, en el Chamberí de ese Madrid castizo, acérquense al Luchana.
Pasen y vean , y pongan el cartel de no molestar, no se la vayan a perder.
Noches de Hotel
Teatro: Teatro Luchana
Dirección: Calle de Luchana, 38
Fechas: Domingos a las 19:30. Hasta el 5 de enero de 2020
Entradas: Desde 12€ en teatrosluchana, atrapalo.
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