Todo en Lorca es pura poesía, y esta es una de sus piezas teatrales más alejadas de la realidad y más cercana a las imágenes icónicas, a las metáforas, a los sentimientos. El inexorable paso del tiempo es lo que marca el devenir de la vida, y esta pesada losa es la que nos aleja de lo que el autor granadino llamaba "el sueño de la vida". El tiempo es esa espada de Damocles que nos empuja bruscamente hacia la muerte, que nos aleja con cada paso de la vida, que nos separa de nuestros sueños y nos acerca a nuestros miedos.
Estamos ante uno de los textos más singulares del autor granadino, aquel en el que se acercan y se entrelazan de una manera más clara sus dos facetas más reconocidas, la de poeta y la de dramaturgo. Una obra en la que sólo hay que dejarse llevar por la belleza que lo impregna todo, sin ser demasiado analítico con lo que se ve, solo sentir lo que nos transmite un texto cargado de metáforas, de los sueños y los miedos ocultos del poeta. Intentar hacer de cada imagen algo propio, porque Lorca es tan universal que sigue vigente, porque los sentimientos y la poesía debe ser interpretable por cada uno a su manera. Una pieza que nos habla de amor y de muerte, de sueños y de realidad, de las frustraciones con las que golpea el tiempo.
La impulsora de la obra Annie Chevreux habla así de este singular montaje: "Así que pasen cinco años" tiene poco que ver con las obras más conocidas de Federico ("Bodas de sangre", "Yerma"...). No es teatro realista, sino el reflejo de la búsqueda del autor a través del surrealismo y de su propia madurez personal. En Nueva York, lejos del ambiente cálido en el que se movía, padeció la deshumanización de la metrópoli, a la vez que se abría a nuevos horizontes poéticos ("Poeta en Nueva York"). Aunque en Federico todo es poesía, el texto de la obra lo es por antonomasia. No hay nada que entender, sólo dejarse llevar y embelesar por la fuerza de las imágenes que a su vez despiertan en el espectador nuevas imágenes, metáforas poéticas de la propia existencia".
Teatro en Movimiento han sido los encargados de poner en pie esta ambiciosa y onírica propuesta, de las más arriesgadas y personales de Lorca. "Así que pasen cinco años. La leyenda del tiempo" ha sido versionada y dirigida por Oscar Velado, al que hemos podido ver en montajes como "Cuestión de poder" o "Compartiendo a Benedetti". En esta ocasión, asume las riendas de la pieza, para mostrarnos la intensidad de unos personajes ficticios gracias a los movimientos que nos golpean los sentimientos. Consigue echar todo el contenido poético del texto sobre los personajes hasta desnudarlos y mostrarlos de forma directa, descarnada, y que así puedan fluir todos los sentimientos de cada uno de ellos, sobre todo del Joven, personaje sobre el que gira la historia.
Marcado por el ambiente fantástico y onírico, la obra nos cuenta una particular historia de amor, con el tiempo como elemento clave a la hora de la toma de decisiones y en el desenlace de las mismas. El Joven mantiene una relación con La Novia, pero no quiere hacerla real hasta que pase un tiempo prudencial pongamos de... cinco años. Pasado ese tiempo, El Joven acude al encuentro de su amada, pero La Novia ha cambiado sus sentimientos, ya no le ama y se fuga con El Jugador de Rugby.
Desolado y abatido por la huida de su amada, El Joven siente que el tiempo se le escapa. En este momento recuerda a La Mecanógrafa, una mujer que le amaba hace cinco años. Agarrándose a ese recuerdo y como única salida a su soledad, acude en su búsqueda, pero en este tiempo todo ha cambiado y lo que se siente ella por él también debe esperar... otros cinco años.
En esta función Lorca nos habla de los miedos, del amor, de los sentimientos, de la frustración, pero sobre todo del tiempo, de como cambia la vida de las personas dependiendo del momento en el que se encuentren. El tiempo como el elemento que se opone a lo que él llamaba "el sueño de la vida". Un texto que da pie a muchas interpretaciones, a infinitas lecturas, por lo que lo mejor es dejarse llevar, que el espectador lo mire desde su propio prisma, desde sus propias experiencias, para sacar sus conclusiones, para ir construyendo su propio viaje. La historia parece que se desarrolla en un lugar ambiguo, en un sueño, dentro de la cabeza del protagonista, que se va enfrentando a sus propios miedos e indecisiones. Todo parecen piezas sacadas de su mente, pequeños fragmentos de su vida que han quedado inconclusos, espacios que sólo pueden transitarse desde el idílico mundo de los sueños.
La obra, que transcurre en tres actos, fue terminada por Federico García Lorca el 19 de Agosto de 1931, dándose la trágica circunstancia de que justamente cinco años después sería asesinado en su Granada natal por los fascistas. El texto forma parte, junto a "El público" y "La comedia sin título", del llamado "Teatro imposible" de Lorca, en el que prima el lenguaje y la metáfora, alejándose del naturalismo de sus otras piezas teatrales, influencia clara del surrealismo. Cuando el autor terminó la escritura no podía imaginar que las descripciones de los sentimientos que aparecen en ella se convertirían en realidad para él y para todo su país.
La leyenda del tiempo, como la subtitulara Lorca, tiene una profunda influencia del surrealismo, así como de la experiencia neoyorquina vivida por el autor, que tanto influyó en su obra, desde sus poemas hasta en obras como "El público". Un giro que marcó su obra de forma casi omnipresente desde ese momento, y que forma un elemento clave dentro del universo lorquiano.
Ante la frialdad de la recepción de ambas por parte de sus más allegados, solía decir que eran obras de un teatro imposible para su tiempo, que se reconocería su valor cuando pasaran cinco décadas. No fue necesario que pasase tanto tiempo, pero la profunda marca que dejó en el autor su viaje a Nueva York y su acercamiento al surrealismo dejó una huella imborrable en su obra, que no fue del todo bien acogida por la crítica de la época.
El elenco hace un trabajo coral encomiable, dando pleno poder al texto, haciendo de meros transmisores de las palabras del autor. El único personaje real, El Joven, nos sirve de guía y es el único que nos conecta con la realidad en una obra onírica en la que prima la ficción y la metáfora por encima de la realidad. Durante la historia se va cruzando con sus miedos y sus pasiones, incluso con la muerte en diferentes versiones. El joven es acompañado por todo un catálogo de personajes que son los símbolos de su propia vida.
Casimiro Aguza, María Bigeriego, Nay Díaz, Marina Gutiérrez, Nicolás Gutiérrez, Emilia Lazo, Mario Rebollo, Raúl de la Torre, Leticia Torres y Mario Velasco son un grupo compacto de actores que hacen verosímil, o no, todo aquello que Lorca quiso transmitir en esta obra que transita entre la realidad y la ficción, y en la que se muestra la parte más íntima del autor, marcada por la poesía desde una visión surrealista y fantástica.
En una obra tan onírica como esta es fundamental el diseño de iluminación de Olga García, que nos hace deslizarnos entre la realidad y la ficción, en un ambiente siempre ambiguo, por momentos apacible y en otros agresivo. El otro elemento que hace de este montaje algo singular es el espacio sonoro creado por Mario Rebollo, que nos traslada a lugares inhóspitos, cargados de singularidad, creando lugares que nos evocan nuestros sentimientos más profundos. Todo apoya a una sencilla escenografía que nos sumerge en un universo de lugares remotos, lleno de ambigüedad, en el que todo puede ocurrir, pero que deja un amplio abanico de posibilidades para que sea el espectador el que tome la mayoría de las decisiones sobre la naturaleza del lugar que habitan los personajes.
Poesía pura, estamos ante un montaje que se debe sentir, abordar con todos los sentidos, abiertos a cualquier giro, metáfora o imagen que pueda llegarnos. Estamos, sin lugar a dudas, ante una de las obras más particulares de Lorca, con lo que eso conlleva, y por ello debemos dejarnos atrapar por la belleza y la poesía que destila cada frase, cada secuencia, cada personaje.
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Teatro: Teatro Nave 73
Dirección: Calle Palos de la Frontera 5
Fechas: Viernes y Sábado a las 20:00.
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