Teatro: Amor médico en Corral de Cervantes


Vuelve uno de los títulos habituales del Corral de Cervantes, para hacer las delicias de todo el que se acerque en estas tardes de calor infernal, a refrescarse con este peculiar musical basado en una obra nunca representada, de Tirso de Molina. Una obra transgresora por su temática y muy adelantada a su tiempo. Una comedia de enredo que va mucho más allá, tratando de manera directa las diferencias de género. Este montaje va más allá y se ayuda de los momentos musicales para enfatizar el valor de la protagonista, y de tantas mujeres anónimas que tuvieron que luchar para poder alcanzar sus sueños, cuando estos no eran lo que la sociedad consideraba "aceptables para su género".




El mismo día que nos enteramos que la programación del Corral continuará hasta el 17 de Octubre, con una cartelera que llenarán de algunos de los montajes que más han gustado en años precedentes, podemos asegurar que la nueva etapa de este ya emblemático espacio del verano madrileño, ha sido todo un éxito, mucho más si nos atenemos a las circunstancias actuales. Los títulos que se podrán ver en esta prórroga serán "El lazarillo de Tormes" (del 22 de Septiembre al 3 de Octubre), "Gangarilla. El día del acabose" (del 27 de Septiembre al 4 de Octubre), "Casa con dos puertas" y "El Quijote somos todos" (ambas del 6 al 10 de Octubre, a las 19:00 y 21:00 respectivamente) . Para terminar este verano de clásicos, "Un musical barroco" y "El Buscón" estarán la semana del 13 al 17 de Octubre, a las 19:00 y las 21:00 respectivamente.



Pero pasemos a lo que nos ocupa en esta ocasión, que no es poca cosa. Porque esta obra nos habla de las mujeres pioneras, aquellas que se atrevieron a luchar, a levantar la voz, a cambiar el orden establecido de una sociedad machista y patriarcal. Son las médicas, investigadoras, abogadas, escritoras, pensadoras, filósofas... tantas y tantas mujeres que lucharon contra la adversidad de una sociedad que tenía absolutamente delimitado lo que podían hacer. La compañía Ensamble Bufo nos lo muestra a ritmo de música en directo (con reivindicaciones contundentes en muchos de los temas musicales), en lo que se convierte en un homenaje a la valentía y la fortaleza de la protagonista, y por añadidura a todas esas pioneras que se levantaron contra su destino.




La adaptación dramatúrgica de Alberto Gálvez indaga en esa feminidad rebelde y empoderada, que hace lo posible por perseguir lo que desea, aunque para ello deba hacer muchas de las cosas que no se le "presuponen" a una mujer. El ritmo que añade Gálvez con los momentos musicales es muy acertado (los números en sí los hay de mayor y menor brillantez) ya que nos transporta a la actualidad, nos hace viajar a Cuba, nos mete de lleno en la historia y nos hace partícipes de ella, al sacarnos por unos momentos del "encorsetado" mundo en el que se desenvuelve la obra. La obra se convierte en un alegato en el que la mujer (en tiempos de Tirso de Molina) logra éxitos académicos sin olvidar sus deseos más íntimos, pasando por encima de todas las convenciones de la época para conseguir sus objetivos, una reivindicación feminista en toda regla que siempre viene bien para que tomemos conciencia.



Este ritmo tan parecido por momentos a un videoclip musical, es una brillante aportación de la dirección de Hugo Nieto, que sabe hacer entrar y salir a los personajes de la escena con maestría, así como los cambios de registro entre el actor, el personaje y el músico (todos los actores participan de los números musicales).


Centrémonos en este punto, en el argumento de la obra. Jerónima, expresa que está locamente enamorada de Gaspar, quien tras vivir un mes en la misma casa, no ha mostrado el más mínimo interés en ella, ni siquiera se ha presentado. En este momento y en una mezcla explosiva de rencor y amor, urde un plan para conseguir el amor del "despistado" pretendiente, y será a partir del uso de la medicina como logrará, no sin varios engaños previos, el amor incondicional de Gaspar. Pero siendo esta la sinopsis, no es lo más importante. Mucho más interesante es la defensa que Jerónima hace a capa y espada de sí misma y de su oficio de médica, algo que en aquellos tiempos les era vetado a las mujeres.

La obra transita entre continuos enredos, por las calles de Toledo, Sevilla, Lisboa o Coimbra, lugares por los que Jerónima va en busca de su amado y a estudiar medicina. Líos de faldas, personajes de lo más variopinto se van cruzando en el camino de esta luchadora, que tiene que adaptarse a las circunstancias en cada momento para conseguir sus objetivos. Entre dialectos y juegos de palabras transcurre una historia adaptada a la forma actual de entender el teatro para que se haga más dinámica y consiga enganchar más al público, con continuos guiños a la actualidad o expresiones poco apropiadas para el Siglo de Oro.


Entre estos peculiares personajes que pueblan la obra aparece Estefanía, uno de los amores pasajeros de Gaspar y con quien va a contraer matrimonio. Pero el enredo comienza en el mismo instante en que la doncella se enamorada perdidamente del Doctor Barbosa, que no es otra que Jerónima disfrazada de hombre (en su continua lucha por acercarse a su amado). El lío está montado, Don Rodrigo se enamorará de Estefanía y Gaspar de la hermana del Doctor (si, lo han adivinado, en Jerónima ocultando su verdadera identidad). Un torbellino de emociones y líos de faldas en el que varios personajes son interpretados por los cinco actores que forman el elenco. Esta duplicidad de personajes hace que el enredo sea mayor, en un trabajo impecable de cada uno de los actores a la hora de matizar cada uno de sus personajes.


Este fabuloso elenco (que actúa, canta y toca diversos instrumentos, todo ello de una forma eficaz y por momentos brillante) está encabezado por la maravillosa Sara Moraleda, que nos deleita con una interpretación portentosa. A la dificultad de tener que llevar el peso de la obra, Moraleda suma que da vida a Jerónima, al Doctor Barbosa (en el que debe moverse y hablar como un hombre) y a Doña Marta (por lo que tiene que hablar en portugués), tres personajes de lo más dispares que la actriz solventa con maestría. La actriz, que se mueve ágil en escena, sabe cambiar de registro en cada personaje, aportando a cada uno unas características muy marcadas. Frente a ella tenemos a Carlos Jiménez-Alfaro en el papel de su amado Gaspar, un personaje clave de la obra, al que por sus hechos el público llega a odiar. El actor dota al personaje de la vis cómica necesaria para que las triquiñuelas del personaje no declinen la balanza desde el primer momento a favor de Jerónima

Hay que destacar los acompañantes de estos dos personajes principales, que pese a los continuos cambios a los que son sometidos mantienen siempre un alto nivel. Este es el caso de Daniel Llull que se mete en la piel de Tello y Don Íñigo hace las veces de narrador y lleva la voz cantante en los números musicales. Todo un despliegue de facultades que no le hacen bajar el tono en ningún momento, sino todo lo contrario. La mayoría de los momentos cómicos más brillantes cuentan con su participación. Del otro lado de la balanza (ya que los personajes de Llull siempre están próximos a Gaspar) tenemos a Natalia Erice dando vida a Quiteria y Doña Estefanía, siempre próximas a Jerónima. Erice lleva al extremo a sus personajes, sacando la parte más caricaturesca de cada uno de ellos, lo que le hace conquistar al público desde el principio. Completa el elenco Alberto Cavero, que da vida a Don Rodrigo y Don Gonzalo, que acompaña con generosidad en pequeños papeles, más destacado en su labor de músico.



En todos los montajes del Corral de Comedias hay que hacer especial hincapié en la dificultad para crear el espacio escénico, debido a las premisas con las que cuenta el espacio. La fachada del Corral, que hace las veces de decorado, condiciona enormemente la creación del espacio escénico. En este caso, Hugo Nieto coloca unos biombos de hospital para marcar la zona de entrada y salida de los personajes, ya que a ambos lados de la escena se encuentran los instrumentos musicales, y el espacio queda reducido al proscenio y la parte central, lo que obliga a los actores a ser parte de la composición escénica, un recurso muy bien marcado por el director.

Es destacable el vestuario, elegante y extravagante a la vez, diseñado por Lorenzo Caprile y Anäis Zebrowski, que da mucha versatilidad a cada una de las piezas para poder crear los diversos personajes que transitan la obra. Una sencilla elegancia que no deslumbra, pero que sitúa a cada personaje en su justo lugar. No podemos acabar esta revisión de la parte técnica sin hablar de la música creada por Miguel Magdalena y Daniel Llull, que se acaba convirtiendo en un personaje más de la obra, tanto por su peso específico en la historia, como por la frescura y belleza que transmite cada uno de los momentos musicales. Como pero, más al espacio que a la obra en sí, que la iluminación diseñada por Felipe Ramos y Antonio Serrano no se aprecia por la luz natural que invade el Corral.


No lo dudéis y echarle un ojo a esta delirante cartelera del Corral de Cervantes, en la que podréis ver todo tipo de clásicos, tratados de las maneras más dispares. Una experiencia única que ha calado en el público madrileño, que ya no concibe un verano sin este Teatro efímero. Desde aquí sólo nos queda desearles toda la suerte del mundo en lo que queda de programación de este año (recordar que acaban de confirmar que se prorroga hasta el 17 de Octubre) y animaros a todos a acudir a ver estos clásicos modernizados, de los que siempre podemos aprender muchas cosas. Y recordar... LA CULTURA ES SEGURA, VOLVAMOS A LOS TEATROS.

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Teatro: Corral de Cervantes
Dirección: Paseo de la Chopera s/n, frente al Palacio de Cristal.
Fechas: Del 25 al 28 de Agosto. De Martes a Viernes 19:00.
Entradas: Desde 12€ en corralcervantesatrapalo.

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