¿Recuerdan
los inicios de su relación de pareja? cuando todo es fogosidad, delirio,
hormigueo, mariposas en el estómago. Con el paso del tiempo el apasionamiento
pasa a acaloramiento, y del acaloramiento al cariño y después de cuatro años y
cinco de convivencia pasa a ser afecto, ni mariposas, ni hormigas, un témpano
de hielo es el que se ha instalado en la alcoba.
Total, que llegas a los nueve años de relación con mucho afecto y muy poco sexo, ninguno en concreto, como les sucede a Jimmy y Cecilia una pareja que desde hace catorce meses no tienen ningún tipo de relación sexual entre ellos, ambos se replantean los códigos en la pareja, su vida sexual, que en este momento inexistente.
Se lo contamos:
¿Dónde están las líneas rojas de la nueva seducción?
¿Como sustituir los viejos códigos caducos sin convertirse en unos
«mojigatos»? ¿Cómo hacer el amor con plenitud en una relación equilibrada y libre? ¿Sabremos afrontar esa necesaria renegociación de género?
Una mujer y un hombre, con 9 años de buena relación y 14 meses de sequía sexual, intentan encontrar una salida a su problema con la colaboración del
público. Mucho humor, y a veces también dolor, para una pareja «en busca del sexo perdido».
Un gran actor, Gabino Diego, y una gran actriz, Cecilia Solaguren, con todas
sus artes para emocionar y para hacer pensar.
Un juego escénico divertido y polémico para espectadores de cualquier sexo.
Anthony Neilson, con la versión de Magüi Mira presenta un texto en el que vemos reflejadas situaciones completamente actuales, y que tienen su esencia en debates estructurales. Los roles en la pareja y en general en la sociedad han cambiado. Códigos y valores que antes se planteaban como recurrentes, hoy no sirven, hoy en día hombre y mujer no se identifican con valores que les eran propios. Así, ambos géneros vamos aprendiendo, reinventando estructuras, redefiniendo el lenguaje y por supuesto dibujando nuestra propia identidad en la sociedad, como actores sociales.
Magüi Mira en el trabajo de dirección consigue acercarnos esta cuestión de una manera ágil y divertida, ciertamente descarada acompañándose de un elenco que compone un efectivo tándem. Gabino Diego en el papel de Jimmy nos presenta a un tipo de esos que catalogarías como el típico “buen tío” no tiene maldad, no hay un subtexto que le defina egocéntrico o machista para con su pareja, se mueve vital junto a Cecilia interpretada por Cecilia Solaguren, ella más sarcástica, más ácida, tiene un humor costumbrista que llega muy hábilmente al espectador.
Ambos deciden después de tanta abstinencia, realizar una terapia de la que el público será testigo de excepción, así llegarán al foco de la situación, que ya empieza a ser un problema. Están dispuestos a abrirse en canal para solucionar sus conflictos de pareja. Entre soliloquios y conversaciones, saldrá alguna que otra verdad que incomode al patio de butacas, ya que desde el desparpajo más absoluto, nos permite plantearnos que si el respeto y las relaciones de igualdad existen en la pareja de modo interiorizado y real, no deberían frenarnos a la hora de mantener relaciones pudiendo ser pasionales e impulsivos. Que una cosa no quita la otra y que hay espacio para todo si es compartido y consentido.
A menudo, un atisbo de pasión, o desenfreno parece una suerte de faltar a la norma no escrita de la igualdad en la pareja y en esta redefinición de roles ya no sabe uno que hacer ni que decir, más atento a lo políticamente correcto que al placer en pareja.
La negociación de género en la pareja es indispensable en estos días, ambos con mucho que aprender y compartir en este sentido, porque para todas y todos es nuevo. Sin duda vemos y esta puesta en escena nos enseña que una de las cosas más importantes para que se den relaciones sanas y libres, es la comunicación. Hablar antes de que se enquiste como en el caso Jimmy y Cecilia, expresarnos como forma funcamental, antes de convertirnos en unos “mojigatos”.
No lo duden. Vayan al teatro, la cultura es segura.
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