Teatro: Mori(r) de amor. Teatro Lara

Nos cobijamos del calor del mes de Julio en el oasis de la sala Lola Membrives del Teatro Lara. Accedemos por las escaleras tantas veces recorridas, para adentrarnos de lleno en el Karaoke de los sentimientos, al que nos da la bienvenida su dueña, que nos ameniza la espera con divertidos comentarios con el público, espirando que llegue el momento de ponernos en situación sobre que significa el lugar al que acabamos de acceder. Un introspectivo y diferente viaje, en el que debemos dejar los móviles encendidos (o nos echarán de la sala) para poder dar comienzo el espectáculo.


Quiero comenzar esta crónica mostrando mi apoyo a todas las personas que han levantado este proyecto y que en la tarde de ayer tuvieron que ver como eran "maltratados" por personas del público. Podemos estar de acuerdo con la obra, puede gustarnos más o menos, pero el respeto al trabajo y el esfuerzo de los que lo han hecho debe estar por encima de todo. Se puede criticar, pero nunca faltar al respeto. Nunca he entendido que alguien abandone una sala de teatro antes de finalizar la obra, pero hacerlo increpando a los actores sobre lo que no deja de ser la opinión de una persona, me parece muy lamentable. Por eso desde esta pequeña ventana en la que escribo quiero apoyar el trabajo y el esfuerzo de los actores, de la técnico de sonido y luces, del autor, de todos los que han querido contarnos una historia para hacernos disfrutar. La reacción de los actores ante la actitud de los maleducados, tengo que decir que fue impecable (y un acicate para ponerle aún más ganas al resto de la función).


Tras esta puntualización, entramos en lo que es el montaje por el que nos acercamos ayer al Teatro Lara. Tras varios meses de éxito en el Umbral de Primavera de Lavapiés, llega a la sala Membrives esta original pieza que bajo la apariencia de una comedia ligera nos habla de temas profundamente dolorosos e intensos. Basado en el texto "Rosaura" del argentino Pablo do Reis, el director Jesús Díaz Morcillo ha hecho su propia interpretación para crear una obra que baila entre la realidad y la ficción, una propuesta que se asienta precisamente en ese "juego" para mantener la atención (y la curiosidad) del público en el primer tramo de la función. El texto original de Pablo do Reis fue seleccionado para el ciclo de micromonólogos "Indénticos" en el año 2017.



Jesús Díaz Morcillo se ha asentado cómodamente en el verano madrileño con dos obras en cartel. Además de "Mori(r) de amor", estos días podemos disfrutar de "Donde las montañas llegan al mar" en los Teatros Luchana. A esto hay que sumar que hace unos días presentó en el Teatro Galileo su obra "Hoy es el día", dentro del ciclo Sala Joven. Este proyecto nace a raíz del Master de Creación teatral que dirige Juan Mayorga en UC3M, donde Jesús y Georgina Rey se conocen como alumnos y se comienzan este viaje de creación juntos, un espectáculo que se centra en el duelo por la pérdida temprana de la madre de Jesús. Él mismo asume la dirección (con Pablo Quijano como ayudante de dirección) y la dramaturgia para crear este mágico reencuentro con los seres queridos que ya no están a nuestro lado, ese espacio atemporal que es el Karaoke de los sentimientos en el que conoceremos a Rosaura y a Jesús.


La obra involucra al público desde el primer momento, rompiendo la cuarta pared incluso antes del comienzo de la función propiamente dicha. Es la propia Rosaura la que nos dará la bienvenida a este peculiar karaoke. Un lugar en el que se refugia la gente, donde se mezclan los sentimientos, se escuchan y se cuentan testimonios, un refugio para almas solitarias en busca de respuestas. Rosaura nos hace partícipes del espectáculo invitándonos a no apagar los móviles, para transmitir que todo lo que vamos a ver son historias que podrían ser las nuestras. Este lugar es un antiguo garaje que Rosaura (en esos tiempos Daniel) transformó en lo que ahora es "El karaoke de los sentimientos" y en estos momentos lo regenta y nos hace de perfecta anfitriona.

La gente acude a este particular establecimiento a curar sus heridas, a celebrar, a compartir, a contar sus vivencias más íntimas. Una velada en la que saldrán a la luz recuerdos íntimos, verdades inconfesables, traumas almacenados en la memoria, experiencias nunca antes contadas y que sentimos la necesidad de que vean la luz. En este karaoke vamos a desnudarnos, a exponer nuestros miedos, a ser nosotros mismos, sin caretas ni florituras de ningún tipo. Esta noche es el turno de Jesús, que quiere hablarnos sobre un dolor que le destroza por dentro. Su madre falleció de cáncer recientemente y él no ha conseguido recuperarse, necesita contárnoslo para conseguir avanzar en su duelo.


La historia nos muestra a dos personajes que se reinventan para sobrellevar una pérdida. Los dos crean una nueva identidad a través de la ausencia y el vacío que esta ha dejado en sus vidas. Daniel (interpretado por Georgina Rey) se tatuó el cuerpo de Rosaura para dejar de echarla de menos. Jesús (a quien da vida Jesús Díaz Morcillo) es un cliente del local que ha perdido a su madre y no sabe como continuar con su vida sin exponer lo que siente y contarnos como vivió toda su enfermedad. Daniel ahora es Rosaura, dejó su vida anterior y ahora se dedica a acoger en su karaoke a personas necesitadas de contar su historia, de encauzarla de nueva, de soltar todo lo que les atenaza para poder continuar viviendo. "Un lugar donde la gente se reúne para contar y escuchar los dramas ajenos, reír y bailar en soledad". Nadie podría imaginar la sorpresa que Jesús encontraría en ese lugar tan singular, un reencuentro que le hará cambiar para siempre.



Como ya hemos dicho, la gerente del local y maestra de ceremonias de esta velada es Rosaura, una Georgina Rey ("El coloquio de las perras", "La soledad es eso", "El abrigo. Mi abuela quiere conocerte") dispuesta a todo por hacer de esta noche una velada inolvidable. Ataviada con un colorido kimono y con una larga melena, se desliza por la escena con la delicadeza de un felino, como un prestidigitador que con cada movimiento quiere hipnotizarnos para que nos movamos al ritmo que nos marca. Una interpretación que comienza con mucha fuerza, para ir dejando paso a los "clientes" que nos cuentan sus historias

Uno de esos clientes, que sale de entre el público, es Jesús Díaz Morcillo ("Donde las montañas llegan al mar", "Variante de 1940", "El abrigo. Mi abuela quiere conocerte") que nos presenta a un Jesús perdido y desencajado, que viene al karaoke en busca de respuestas. El actor nos regala una interpretación cargada de sentimiento (con mucho más mérito en la tarde que fui yo debido al percance que contamos al principio), que va creciendo en intensidad conforme avanza la obra, para acabar en una explosión de verdad en la que vemos como se desgarra al contarnos la historia de la muerte de su madre. Junto a ellos, participan en cada función dos artistas invitados. En nuestro caso salió la cantante Sandra Cervera (supuestamente uno de los clientes del karaoke) a contarnos la deliciosa historia de sus abuelos y cantarnos a la guitarra una canción. Para interpretar a la madre de Jesús, también "eligen" a una persona del público, que pone el broche final a la obra (en este caso desconozco el nombre de la que salió el pasado Domingo). 


La folclórica y colorista escenografía ha sido diseñada por Ana Corella Santillana, que nos mete de lleno en ese ambiente turbio de garito trasnochado, al que van las almas perdidas a reencontrarse consigo mismas. En este montaje tiene especial importancia el espacio sonoro, creado por Carla Silván Domínguez (que ejerce también de operadora de sonido). Por último, queremos reseñar que la música original corre a cargo de AIRE, que crea una deliciosa banda sonora a esta accidentada noche llena de sobresaltos, confesiones y reencuentros.



En resumen, podemos decir que estamos ante una obra de un formato muy original, en el que nos vemos inmersos en una historia que nos interpela casi de forma directa. Reconozco que la función a la que asistí fue más accidentada de lo deseado, lo que nos dejó en general un sabor agridulce. La obra tiene momentos de gran intensidad con otros en los que el ritmo cae alarmantemente, pero es ese continuo vaivén de sentimientos y sensaciones uno de los puntos fuertes del montaje. Hay dos momentos que nos dejan helado. La canción del Cervera nos enterneció el alma, y la desgarradora confesión de Jesús nos pone frente a frente con nuestros propios miedos. Para terminar quiero dejar una frase que he leído sobre la obra y que creo que la define perfectamente: "en estos momentos en el que definirse y opinar sobre todo está en boga, Mori(r) de amor quiere ser un canto al tránsito, a lo líquido, a la idea de ser dos cosas a la vez, de no definirse, de ser y no ser". VOLVAMOS A LOS TEATROS. LA CULTURA ES SEGURA.

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Teatro: Teatro Lara
Dirección: Corredera baja de San Pablo 15.
Fechas: Del 4 de Julio al 1 de Agosto. Domingo a las 20:00
Entradas: Desde 12,80€ en Teatrolara.

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