Teatro: Villa y Marte. Teatros del Canal.

El estreno de cada nuevo montaje de Ron Lalá siempre es un acontecimiento, un soplo de aire fresco que nos reconforta. En esta ocasión viajaremos con ellos hasta Marte, para hacer en el planeta rojo un alegato a la esencia de la ciudad de Madrid. Con los mimbres que les han convertido en referencia nos harán reír y bailar al ritmo de sus personales versiones de las canciones más típicas de idiosincrasia madrileña. Un viaje distópico que tiene mucho de ácida crítica social al mundo en el que vivimos, que se autodestruye sin importarle las consecuencias.  



Un viaje interespacial, una sociedad muy diferente y a la vez muy parecida, una serie de giros inesperados, una historia que mezcla lo fantástico y lo clásico. Todo en esta historia es irreverente, excesivo, caricaturesco, pero todo encaja en una vorágine que nos mete de lleno en esta realidad distópica en el que los españoles abanderamos un viaje para conquistar el planeta Marte. Una maravillosa locura que se ejecuta a la perfección por un elenco en estado de gracia.


Esta ingeniosa propuesta ha sido una creación colectiva de los afamados Ron Lalá, que llevan desde el año 1996 divirtiéndonos con sus personalísimos montajes. Creadores de piezas aclamadas por la crítica y el público, como su trilogía clásica ("Cervantina", "Siglo de Oro, siglo de ahora" y "En un lugar del Quijote") o las recientes "Crimen y telón" o "Andanzas y entremeses de Juan Rana" (que se pudo disfrutar hace escasas fechas en el Teatro de la Abadía). Ellos mismos se definen como una compañía de "teatro y humor con música en directo", un cóctel en el que son unos virtuosos. Sus obras "proponen un trabajo colectivo en el que sus componentes combinan música y textos originales sobre diversos temas, desde la actualidad a obras clásicas de la literatura, con un lenguaje escénico propio a menudo basado en el humor crítico y satírico". 

En esta ocasión rinden homenaje al "género chico, al género ínfimo, al teatro por horas, a toda esa corriente festiva, carnavalesca, crítica, zumbona, iconocalsta y semicallejera que convirtió a los teatros madrileños en una fiesta del teatro y la música popular durante los últimos años del siglo XIX y principios del XX". Este sainete musical en tres actos es una deliciosa pieza en el que se mezcla el humor absurdo con la tradición más madrileña, los viajes espaciales con las fiestas de San Isidro, las fatalidades de nuestra sociedad cargándose el planeta y el ambiente más festivo de las verbenas.



El texto de Álvaro Tato nos acerca "al espíritu popular del maestro Chueca y del sainete costumbrista de Arniches, pero también del entremés barroco, del sainete dieciochesco, de la comedia de disparates y de la chirigota gaditana". Si a esta maravillosa mezcla de estilos le unimos la mordaz pluma de Tato, tenemos una comedia musical brillante, en clave de ciencia ficción que nos transporta a un Marte de lo más castizo y ronlalero. El texto bebe de los clásicos del género, "con referentes como Crónicas marcianas de Ray Bradbury, Guía del autoestopista galáctico de Adams o Marte rojo de Robinson" y a la vez recupera los temas icónicos del género chico, como "La Gran Vía, Agua, azucarillos y aguardiente y El año pasado por agua de Chueca y Valverde, La Verbena de la Paloma de Bretón o La Revoltosa de Chapí". En definitiva, Ron Lalá nos presenta "un cruce de caminos, de siglos, de corrientes, que pretende apostar por el humor, la música en directo y la carcajada para reflexionar sobre nuestro pasado reciente y nuestro futuro probable".


La obra se mueve entre la comedia más absurda y los estilos que marcan la tradición musical de la verbena española (chotis, pasodobles,...) consiguiendo un alocado resultado lleno de ritmo y diversión, que transporta al patio de butacas a lugares y situaciones inconcebibles, a los que el espectador se suma en todo momento, participando de "la fiesta" siempre que es requerido. La dirección musical corre a cargo de Miguel Magdalena, que también se ha encargado de la composición musical y los arreglos junto a Yayo Cáceres, Juan Cañas y Daniel Rovaller. Pero como todos los montajes de la compañía, detrás del tono cómico hay una profunda reflexión sobre temas de actualidad. En este caso es la crisis climática, que sobrevuela toda la pieza como la razón del viaje que lleva a los protagonistas a buscar desesperadamente vida en Marte.


Como es habitual, la dirección corre a cargo de Yayo Cáceres, que se mantiene fiel al estilo de la compañía. Una historia en la que una nave espacial española viaja a Marte a colonizar el planeta y en busca de un lugar al que escapar de un planeta Tierra herido de muerte. La nave sufre un problema y el capitán y su androide deciden ir a buscar en Marte la solución. Al llegar, descubren que el planeta ya está habitado, por unos peculiares marcianos con habitan la sugerente ciudad de Martid. Los vecinos mutantes preparan en esos momentos una verbena popular, muy castiza, ante el asombro de los recién llegados. La obra se desarrolla entre la búsqueda de una batería para la nave y el descubrimiento de esta sociedad, tan parecida a la nuestra. Y como no podía ser de otro modo, el amor une a ambas especies...


Y toda esta maravillosa locura la representa el elenco habitual de la compañía, desatados e impecables, tanto en la interpretación como en el canto. Ellos son Juan Cañas, Fran García, Miguel Magdalena, Diego Morales y Daniel Rovalher. La compenetración entre todos ellos hace que la historia fluya con facilidad, que todo encaje a la perfección, que incluso las situaciones más esperpénticas parezcan de una sencillez abrumadora. Un equipo perfectamente engrasado, que parecer tener coreografiado cada movimiento en escena, cada gesto. No vamos a descubrir a estas alturas a estos actores, pero siempre sorprende la facilidad que demuestran en el trabajo coral, priorizándolo por encima de lo individual.


Daniel Rovalher y Juan Cañas interpretan al capitán de la nave espacial y a su androide A.S.T.R.O. respectivamente. No puedo dejar pasar la impresionante interpretación de Cañas en la creación del androide, con un dominio absoluto de la expresión corporal que nos asombra desde la primera escena. Los papeles de los mutantes los interpretan Diego Morales,  Fran García y Miguel Magdalena, que dan vida a Marta Martínez, Martín Colorado y al gendarme que intenta poner orden en Martid. La corpulencia de Diego Morales hace aún más cómico su personaje de la mutante con ocho ojos que quiere viajar a la Tierra y que se enamora del capitán de la nave. Fran García da vida a un chulapo con seis brazos, enamorado de Marta Martínez y que le declara la guerra desde el primer momento a los recién llegados. Por último, Miguel Magdalena da vida a la autoridad, un divertido personaje de dos cabezas, que nos sorprende con sus particulares "cambios de humor".


Como es habitual en los montajes de Ron Lalá, la escenografía es uno de los elementos más significativos, por su singularidad, por su originalidad, por meternos de lleno en esos peculiares mundos que quieren mostrarnos. Diseñada por Tatiana de Sarabia y los propios Ron Lalá, el decorado plasma todo lo que intuimos de Marte. Un lugar árido, todo en tonos rojos, en el que van apareciendo distintos elementos festivos para la verbena. Para conseguir ese tono rojizo que impregna la historia ha sido fundamental la cuidada iluminación de Miguel A. Camacho, que nos mete de lleno en ese ambiente colorido y festivo que destila la obra. También hay que destacar, como ocurre en todo espectáculo musical, la eficacia del sonido de Ismael Aguilar, con la dificultad añadida de la música en directo. Pero si algo es singular en esta pieza es el ingenioso y naif vestuario que diseña Tatiana de Sarabia (con Elena Arias como ayudante) que hace una obra de arte de cada personaje.


En definitiva, estamos ante una obra total, con humor, con crítica social, con música en directo, con toques de ciencia ficción y otros que nos llevan a la más pura tradición madrileña. Una nueva maravilla de los chicos de Ron Lalá, que nunca dejan de sorprendernos con su estilo, tan singular, en el que aúnan la interpretación con la música, con resultado excelente. No se pierdan esta fiesta, que les hará reír, bailar, pero también meditar sobre el planeta que tenemos que cuidar. Vayan y disfruten, el teatro como una fiesta total.

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Teatro: Teatros del Canal
Dirección: Calle Cea Bermúdez 1
Fechas: Del 14 de Abril al 1 de Mayo. De Martes a Sábado a las 20:30. Domingos a las 19:30.
Entradas: Desde 9€ en teatroscanalPrograma de mano. Encuentro con el público 19 de Abril.

Elenco: Juan Cañas, Fran García, Miguel Magdalena, Diego Morales, Daniel Rovalher

Creación colectiva: Ron Lalá
Texto: Álvaro Tato
Composición y arreglos: Yayo Cáceres, Juan Cañas, Miguel Magdalena, Daniel Rovalher
Dirección musical: Miguel Magdalena
Dirección: Yayo Cáceres 

Diseño de iluminación: Miguel Á. Camacho
Ayudante de iluminación: Paloma Cavilla
Diseño de sonido: Eduardo Gandulfo 

Diseño de vestuario: Tatiana de Sarabia
Ayudante de vestuario: Elena Arias
Talleres de confección: Maribel RH, Alejandro Jaén
Pintura de vestuario: Laura Cosar 

Diseño de escenografía: Tatiana de Sarabia y Ron Lalá
Colaboración técnica: Ismael Garcia Vinuesa
Taller de realización: Scnik
Acabados: Elena C. Galindo, Eduardo Gandulfo 

Técnicos de sonido: Ismael Aguilar
Técnicos de luces: Francisco Galán, Pablo Sánchez Garnacho
Maquinaria: Elena C. Galindo, Lea Béguin
Ayudante de producción: Alma Vidal

Actor en alternancia: Mario Quiñones
Fotografía y audiovisuales: David Ruiz
Redes: Ron Lalá
Prensa: María Díaz
Administración: Juan Cañas
Producción ejecutiva: Martín Vaamonde
Diseño de producción: Ron Lalá / Emilia Yagüe

Ron Lalá son Yayo Cáceres, Juan Cañas, Íñigo Echevarría, Miguel Magdalena, Daniel Rovalher

Una coproducción de Teatros del Canal y Ron Lalá



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