Pasado y futuro se entrelazan en escena mediante un presente con carácter, con memoria y con la voz inconfundible de los que llevan toda la vida, habitando otras vidas y transitando la propia. Pensaba, sentada en mi butaca, que ya no hay actores y actrices con voces eternas, de esas que quedan en la memoria imperturbables al paso del tiempo.
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Desde el 29 de septiembre en la Sala Fernando Arrabal de Naves del Español en Matadero podremos disfrutar de Celebración. Álvaro Lizarrondo en la dramaturgia de un espectáculo de teatro documento acompañado por Luís Luque en la dirección. Es este el primer proyecto escénico del ciclo La Sénior, en colaboración con RTVE, Archivo ABC y Centro de Documentación de las Artes Escénicas y de la Música.
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"Elaborar la dramaturgia de una pieza de teatro documento sobre la vida y la obra de seis intérpretes senior supone en primer lugar buscar, recibir y analizar toda la información sobre sus carreras. En un cómputo global son más de trescientos años de experiencia conjunta, si sumamos los más de cincuenta años de profesión de cada uno de nuestros protagonistas. Hemos necesitado muchas horas de encuentros y grabaciones para descubrirles profundamente y terminar admirando a personas que aman profundamente su oficio. Es gente valiente que arriesgó mucho en su época y debemos reconocérselo. En Celebración hemos pretendido hacerles un homenaje, regalarles una fiesta escénica en la que ellos sean los protagonistas de sus propias vivencias y opiniones. Ahora ya tienen un espacio, luces y público para nos sigan deleitando con su arte".
Álvaro Lizarrondo
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En escena seis actores con la energía de aquellos que con más de 70 años y toda una vida de experiencia continúan aprendiendo, se siguen equivocando y no llegan al número 20 en las dinámicas de cualquier clase de teatro. (Creo que esa dinámica pasen los años que pasen nadie la conseguirá del todo.)
Seis actores con los que iremos de la mano a una España no tan lejana y que a su vez ha cambiado tanto. Duras condiciones de trabajo, semanas sin días descanso, compaginar la vida privada con la vida pública o desatender la vida privada para poder cumplir un sueño. De su mano llegaremos a los años setenta, al destape, al papel de la mujer y su imagen pública impuesta por un sistema vertical frente al que decidieron plantarse. La huelga de actores de 1975 en la que toda una profesión consiguió ir abriendo el camino a los derechos de los que hoy disfrutamos. Les debemos una forma de hacer, de resistir. El aprendizaje continuo, las lecturas, como esponjas aprendiendo de los veteranos, aceptando, en ocasiones callando, a sabiendas de todo lo que les quedaba por aprender.
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Hoy quizá, sean los jóvenes los que quieran imponer en una suerte de sabelotodo, perdiendo en ese proceso toda una fuente de conocimiento vivo, ávido por compartir.
Se lo debemos a tantos actores y actrices de teatro, cine y televisión que acompañaron a nuestros padres y después nos acompañaron a nosotros. En este caso Ana Marzoa, Guillermo Montesinos, Amparo Pamplona, Paco Racionero, Juan Ribó y María Luisa San José serán hilo transmisor de una generación.
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A ellos como actores y sin duda a los personajes con los que tanto hemos disfrutado. Bien lo expresaba Guillermo Montesinos, “no existen actores secundarios, sino personajes secundarios", personajes secundarios con carisma, con voz propia. Escenas donde en cada arista sucedían cosas interesantes y destacables. No se si esta cambiando la forma de hacer, para bien o para mal. Estudio 1, Primera Función, Amanece que no es poco, El cerco de Numancia. Entre todos serían innumerables los personajes interpretados, los premios recibidos.
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Mónica Boromello en el trabajo de espacio escénico dando espacio a la palabra, espacio vacío desde el que se construyen los personajes, sillas como aquellos que se encuentran en una charla, en una tertulia, los alumnos en un clase de teatro dispuestos a empaparse de todo lo nuevo que está por venir. Trabajo de video escena de la mano de Bruno Praena nos lleva a otra época a un tiempo reciente que nos parece tan lejano, los ritmos cambian se pausan, acompañándose en este sentido del trabajo de iluminación por parte de Pilar Valdelvira que nos llevará hasta lo mas íntimo de los actores y su sentir.
Una clase magistral.
Ficha artística
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