Teatro: La Toffana. Teatro Abadía.

Acudimos al Teatro Abadía a contemplar el juicio a La Toffana, con la emoción que siempre nos embarga cuando entramos en esta sala tan particular. Llega este montaje a Madrid tras su paso por el Festival de Teatro Clásico de Almagro, de la mano de Proyecto Barroco, Flexión Teatro y La Quintana. Y llegan para sorprender a propios y extraños con esta interesante propuesta sobre una historia real, la del juicio ocurrido en la Roma del Siglo XVII contra Giulia Toffana. Entren y disfruten de esta demoledora propuesta.



“Seréis condenadas a la horca y al olvido”.

-¿Cómo se declaran?

-Inocente, inocente, inocente.

Seiscientos nombres, seiscientas muertes, tres acusadas. Siglo XVII, Roma, tres mujeres son juzgadas por mariticidio, herejía, crímenes contra el Estado. Las acusadas, Giovanna de Grandis, Girolama Spara y Giulia Toffana. Dos de ellas, madre e hija.

 

¿Qué ocurre cuando se acude con expectativas al Teatro? Que en ocasiones, se pulverizan. Cuatro intérpretes, seis espejos, al menos ocho personajes: hija, madre, abuela, ayudante, prostituta y musa de pintor, madre abadesa, inquisidor y sacerdote.

 

Victoria Teijeiro interpreta a Giulia Toffana y a la Madre Abadesa de las Siervas de María. Toffana, mujer inteligente y contenida, con aire decidido y firme. La Madre Abadesa, rebelde con su propia Institución.

María Herrero, directora e intérprete, encarna a Giovanna de Grandis, ayudante de Giulia Toffana, y a Teofanía, madre de Giulia. De Grandis se muestra como una persona noble, algo atropellada y excesiva, con una enorme gratitud hacia Giulia Toffana. Teofanía, en cambio, es la definición de la dulzura.

 

Amaranta Munana es Girolama Spara, hija de Toffana, de quien dicen “era una flor distinta” y quien parece encarnar esa bondad despreocupada.

Aitor de Kintana es Carlo, el inquisidor, cuyo nombre conocemos casi en un descuido, y quien tras sucesivas disquisiciones sobre la naturaleza de los herejes, parece mostrar cierta rectitud. Aitor también interpreta al Padre Colonna, cercano a la nobleza, se presenta más  preocupado de lo humano que de lo divino.

Con el aura solemne del Teatro de la Abadía, ingresan, cantando, unas figuras encapuchadas. A lo largo de la obra saben representar la violencia, la tortura, la muerte con una efectividad y una delicadeza apabullante. Nada sobra en la puesta en escena.

El juicio comienza y Giulia Toffana decide asumir la defensa de las tres causas.

-¿Quién le enseñó a hacer los remedios, su fallecida madre?

¿Es la historia de mujeres que ayudaban a mujeres?, ¿envenenadoras?, ¿alquimistas?, ¿crueles?, ¿ambiciosas?



¿Realmente se conocen entre sí? ¿Quién las entregó? ¿fueron victimarias o instrumentos de una maquinaria mucho mayor? ¿se imparte justicia cuando un crimen implica al poder? ¿y si el crimen implica a un poder espiritual? ¿puede un juzgador sufrir las consecuencias de haber llegado demasiado lejos? ¿y mostrar compasión? “Yo también fui un niño que intentó salvar a su madre y no pudo”.


El texto de Vanessa Monfort es oscuro, lúgubre, denso, transmitiendo a la perfección una época teñida por los horrores perpetrados por la Inquisición contra las mujeres. Una historia perfectamente narrada, con flashbacks a modo de apuntes que nos hacen ir teniendo una imagen global de los acontecimientos. Con la sobriedad y la eficacia de quien sabe lo que quiere contar, la autora nos muestra la crueldad de este episodio histórico, para tratar tangencialmente temas tan universales como la libertad, el matrimonio, el condicionante femenino, los límites del amor, la justicia y el sacrificio.



Por su parte, la dirección de María Herrero es impecable. Con unos personajes perfectamente construidos, la directora consigue crear en todo momento unas situaciones de profunda tensión, de fraternidad entre las tres mujeres, de duelo de poder entre la Madre Abadesa y el inquisidor. Todo ello en una puesta en escena sórdida, oscura, y a la vez elegante y fría, intentando transmitir esa dualidad entre la relación que une a las acusadas y su enfrentamiento con el inquisidor. También transita con ingeniosa precisión por las distintas historias paralelas que se van contando para dar empaque al relato central.

La parte técnica es, sin lugar a dudas, uno de los mayores aciertos de este montaje. El vestuario y la escenografía han sido creados por Karmen Abarca, que hace un trabajo excepcional, con unos vestidos de marcadas líneas, unas creaciones de gran elegancia y sobriedad. La escenografía, aparentemente sencilla, esconde un ingenioso juego de espejos que se van deslizando por el fondo de la escena para componer las distintas escenas. La música, a cargo de la propia María Herrero e interpretada en directo por los propios actores, nos mete de lleno en ese mundo sórdido y oscuro que envuelve toda la obra. Y para que todo esto sea eficaz es fundamental el certero diseño de luces de Lola Barroso, que juega a la perfección con las luces, las sombras y las penumbras.


Giulia Toffana habla de forma insistente de la necesidad de protegerse, ¿protegerse de qué? ¿protegerse de quién? ¿se trataba de un acto de piedad de quien había sufrido y quería proteger a otros?, ¿acaso una monstruosidad?

-La Justicia alcanza a todos en Roma.

-Pero no a todas.

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Teatro: Teatro Abadía.
Dirección: Calle Fernández de los Ríos 42.
Fechas: Del 3 al 13 de Noviembre. De Martes a Sábado a las 19:00. Domingos a las 18:30.
Entradas: Desde 14€ en Teatro AbadiaPrograma de mano.

REPARTO

Victoria Teijeiro
Amaranta Munana
Aitor de Kintana
María Herrero

FICHA ARTÍSTICA

Dramaturgia Vanessa Monfort

Dirección María Herrero

Asistente de dirección Víctor Antona

Diseño de vestuario y escenografía Karmen Abarca
Diseño de iluminación Lola Barroso
Diseño de sonido Irma Catalina Álvarez
Composición musical María Herrero
Asesoría de movimiento Olmo Hidalgo
Peluquería y maquillaje Sagra Díaz
Prensa María Díaz
Diseño gráfico Javier Nadal
Dirección de producción Evaristo Sánchez
Distribución Producciones Teatrales Contemporáneas
Asesorías para documentación Juan Carlos González, Kina Jaraices, Simone Trecca, Paolo Broggio, Óscar Gómez, Paula Zapatero y Helena Isla

Una coproducción de Flexión Teatro, Proyecto Barroco, La Quintana Teatro, TIDI: Teatro Inversión Desarrollo e Investigación, Centro Dramático Gallego y Vanessa Montfort.


2 comentarios:

  1. Muy buen análisis, me gusta los interrogantes que se plantean, enhorabuena, iré a verla este fin de semana con mi mujer.

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  2. Gracias por tu análisis fresco y por demás pertinente, de una obra y de un texto que aún nos interpelan. Porque al día de hoy las mujeres siguen siendo asesinadas por sus parejas o ex parejas u otras personas de su entorno. Pareciera ser que el "Agua de Tofana" era más eficaz que el Estado actual.

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