Teatro: Tantos esclavos, tantos enemigos. Sala Cuarta Pared

Los distintos prismas de la misma realidad pueden hacernos ver las cosas de maneras muy distintas. y esta es una de las principales cualidades de esta obra, que nos disecciona como sociedad, nos ridiculiza como especie, nos ataca como individuos egoístas y egocéntricos, nos desnuda para que veamos nuestras propias entrañas. Pero es tal la genialidad de esta pieza, que sólo podemos claudicar y aplaudir, reconocer lo ridículos que somos, reflexionar sobre nosotros mismos. Y como todo entra mejor desde la risa, esta pieza nos increpa desde la más desternillante de las comedias, para que sea menos incómodo asumir nuestra parte de culpa, para que encajemos mejor el golpe y aplaudamos fervientemente sin dudarlo. Pasen y disfruten de las peripecias de los invisibles.



Llega una de las obras más esperadas de la temporada, "Tantos esclavos, tantos enemigos", la esperada tercera entrega de la Trilogía Negra a la sala Cuarta Paredun thriller con vocación de teatro documento, con toques de autoficción y altas dosis de humor negro sobre la venganza de "los invisibles". Tras las portentosas "Nada que perder" e "Instrucciones para caminar sobre el alambre" la Compañía Cuarta Pared cierra este tríptico caracterizado por "emplear el thriller como género desde el que hacer denuncia social, en el que cada propuesta remite a la investigación de un crimen. Pero, en este caso, se produce un cambio de registro hacia el humor impuesto por una realidad que nunca deja de sorprendernos". 


Descomunal producción de la Compañía Cuarta Pared (premio Nacional de Teatro en 2020) en la que vuelven a emocionarnos y a sacar los colores a una realidad que nos golpea con fuerza. Para este cierre de la trilogía mantienen los mimbres que les hicieron cosechar grandes éxitos con sus predecesoras. Con estas tres piezas, la compañía "remite a la investigación de un crimen en cada propuesta, en las que utiliza el género thriller para desentrañar las vicisitudes de un mal sistémico que debe erradicarse". En todas sus producciones buscan "la vigencia que parte del deseo de averiguar qué hay de permanente en la mutabilidad de los sucesos que nos rodean. De ahí que sus obras suelan estar estructuradas en trilogías, siendo capaces así de trascender la inmediatez y dejar huella y bucear en las profundidades de la condición humana". 


Escrita de nuevo por Javier G. Yagüe (que ejerce también de director), QY Bazo y Juanma Romero Gárriz, el texto mete el dedo en la yaga de muchos de los temas que más nos preocupan hoy en día, con un ácido humor negro que bascula entre el esperpento y la comedia más gestual, dejando momentos memorables en los que intentas no reír ante la salvaje crítica que vemos a nuestra sociedad. La minuciosidad en la labor de escritura e investigación ha llevado a los autores a tardar más de un lustro en escribir esta trilogía. Ha merecido la pena la espera porque estamos ante tres obras memorables, cada una por separado y las tres como un demoledor reflejo del mundo que nos ha tocado vivir. Como ya ocurría con sus predecesoras, existe una "cohesión temática, la lucha por la supervivencia en una sociedad en crisis (política, económica, moral, medioambiental...)". Un cierre de trilogía que nos emociona y nos divierte, con un tono desenfadado pero que nos deja grandes lecciones y reflexiones. El fin último de estos trabajos, según podemos leer en la web, es "la pulsión de cambio que late en una población exhausta".



El montaje es trepidante, vertiginoso, alocado por momentos, pero siempre con el ritmo preciso para que seamos conscientes de la gravedad de todo lo que nos quieren contar. La dirección de Javier G. Yagüe es impecable. juega con el ritmo y los tiempos de las escenas con maestría, para dar a historia su matiz diferencial, su propia textura y una singular estructura que encaja perfectamente en el conjunto. La obra se va configurando a modo de pequeños relatos (tratados casi como sketches) que van mostrándonos la vida desde el prisma de su peculiar protagonista, a la vez que realiza una inteligente radiografía de lo que somos como sociedad. Yagüe mezcla con maestría la parodia más alocada con la crítica social más demoledora, el humor con la tragedia, la realidad con la ficción más loca. Por momentos parece una pieza de teatro documento, pero pronto pasamos a escenas de lo más surrealista, de la congoja a la carcajada, de la reflexión al desparrame. A lo largo de las dos horas que dura la obra (que se hace corta) veremos todo tipo de situaciones, en un ingenioso juego escénico en el que todo cabe.





Es esta una obra inclasificable, ya que tiene un poco de todo. Como podemos leer en la web del teatro "es un thriller con vocación de teatro documento, con toques de autoficción y altas dosis de humor. Una loca historia, amoral y cáustica, sobre la venganza de los invisibles" pero es todo esto y mucho más. Un elenco prodigioso, un texto impecable, una historia irreverente con tintes surrealistas, un ritmo vertiginoso, todo ello desde un tono gamberro y burlón, pero lleno de crítica social y duras reflexiones sobre el mundo en el que vivimos. Una mezcla de realidad y ficción para que seamos conscientes de lo cerca que pueden llegar a estar, porque la realidad supera muchas veces a la ficción, pero todo lo que vemos en esta pieza (o casi todo) podría sorprendernos un día como apertura de cualquier telediario en estos tiempos distópicos

"Esta irrupción constante de lo insólito en el plano de lo real supone una tremenda amenaza para la inventiva: ¿Cómo vencer una realidad que constantemente supera a la ficción?" Esta reflexión es la que parece haber llevado a los creadores de esta obra al más difícil todavía, a buscar una ficción casi real, a jugar con nosotros para que veamos como lo más esperpéntico se puede llegar a asemejar mucho a la realidad cotidiana. Es esta una historia imposible que se acerca mucho a la realidad y dentro de su desparrame resulta muy creíble. Estamos ante una "obra tan absurda como la vida misma".


Una historia "rigurosamente falsa" con todos los indicios de ser real. Un relato con muchas semejanzas con nuestra actualidad pero tratado desde la más loca de las perspectivas posibles. Una historia en la que nos cruzaremos con usurpadores de identidad, subasteros, corruptos, disidentes, pastores evangelistas, agentes del CNI, jóvenes adineradas con alma de performance, investigadores chinos, o delincuentes con las más extrañas intenciones. Este collage de personajes extravagantes nos llevarán a un torbellino de situaciones peculiares con micrófonos ocultos, documentos falsificados, Whatsapps robados y un sin fin de divertidos momentos impagables. Una pieza que se desarrolla a modo de investigación, casi con un rigor policial, en el que iremos reconstruyendo los pasos de una larga venganza contra el poder


El elenco vuelve a estar formado por Javi Pérez AcebrónMarina Herranz GonzálezSalvador BoschRosa Manteiga y Guillermo Sanjuán, que demuestran su compenetración, su compromiso, su trabajo impecable como coro, su disfrute en cada escena. Todos se mueven con soltura, moviendo los elementos escénicos, participando de ellos, cambiando asombrosamente de personaje hasta mostrarnos auténticas diabluras. Un equipo fabuloso, en el que la complicidad da un plus para que todo salga a la perfección y el público se contagie de la buena sintonía que hay en escena. Al elenco habitual de la compañía se une en esta ocasión Salvador Bosch, que no desentona dentro de la complicidad que transmiten sus compañeros.

El peso de la obra lo asumen en mayor medida Marina Herranz González y Javi Pérez Acebrón, la primera como narradora y sobrina del personaje que interpreta el segundo, auténtico protagonista del relato. Dos animales escénicos que nos llevan de la mano por esta imposible historia que nos resulta tan cercana a la realidad. Maravillosas sus interpretaciones, su mutación en los distintos personajes, como miden el tono necesario de cada escena, como entran y salen del personaje con la soltura de los grandes.


Y todo esta sucesión de situaciones y lugares inverosímiles se van sucediendo en un espacio aparentemente vacío, en el que se esconden todos los mundos posibles. Con el ingenioso despliegue de atrezzo y piezas de escenografía de lo más singular (desde percheros a paraguas, maletas o cables), Monika Rühle y La Casa Colorada van configurando las distintas escenas desde una apabullante sencillez, con los actores como elementos fundamentes para construir cada una de las situaciones. Al fondo tenemos una pared construida con camisas, que hará de pantalla sobre la que se proyectarán los prodigiosos audiovisuales creados por Marcos Castro, que se convierten en pieza fundamental de la obra. También hay que destacar la impecable iluminación de Virginia Rodríguez Laguna, en un arduo trabajo para conseguir de cada escena una tonalidad diferente.



En definitiva, estamos ante una de esas obra que perdurarán en nuestra memoria por mucho tiempo. Porque la aparente sencillez con la que todo ocurre en esta obra es increíble, la facilidad para transitar tan surrealistas situaciones, la imaginación para analizar nuestra sociedad desde otro punto de vista, en el que podemos reflexionar y reír, la necesidad de construir el discurso de los invisibles con el poderío de los grandes. Una obra que cierra una trilogía maravillosa, el colofón perfecto a estos años de trabajo, del que podrán estar orgullosos visto la respuesta unánime del público. Es muy complejo el intentar tratar tantos temas de actualidad y que el montaje final no parezca un extraño amalgama de cosas sin sentido. Hacerlo de este modo, con esta sencillez y proporcionando al público tanta diversión, eso está al alcance de muy pocos. Acérquense a conocer el universo de los invisibles, saldrán con ganas de mucho más y con muchas cosas de las que hablar en el camino a casa o con la cerveza de rigor. Solo nos queda despedirnos con el amargo sabor de que este es el final. Estaremos atentos a los próximos proyectos de la Compañía Cuarta Pared.
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Teatro: Sala Cuarta Pared
Dirección: Calle Ercilla 17.
Fechas: Del 16 de Febrero al 29 de Abril. De Jueves a Sábado a las 20:30. 110 min. aprox.
Entradas: Desde 14€ en Cuarta Pared


Dramaturgia: QY Bazo, Juanma Romero y Javier G. Yagüe
Intérpretes: Salvador Bosch, Marina Herranz, Rosa Manteiga, Javier Pérez-Acebrón, Guillermo Sanjuan
Escenografía, vestuario y atrezzo: Monika Rühle /La Casa Colorada
Iluminación: Virginia Rodríguez Laguna
Audiovisuales: Marcos Castro
Colaboradores: Jose Luis Torrecillas, Susana Hidalgo, David Fraile, Marcos Castro, Richard Vázquez, Pablo Ramiro, Marta Pons
Voces e imágenes grabadas: Pedro Ángel Roca, Aitor Satrustegui, Aldo Benito, Ana Astorga, Jose Antonio Angorilla, David Rubio, Asu Rivero
Realización escenografía: Cuarta Pared, Monika Rühle /La Casa Colorada
Fotografía: Pablo Ramiro y Monika Rühle
Comunicación: Cuarta Pared
Producción y distribución: Cuarta Pared
Ayudante de dirección: Elvira Sorolla
Dirección: Javier G. Yagüe


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