La nueva propuesta de la escuela Teatro Lagrada se llama Limones. Obra basada en un texto de Sam Steiner que tuvo un éxito espectacular en dos ediciones del festival Fringe de Edimburgo y que nos trae la compañía Jacaranda.
En un mapa temporal que enreda la obra, Bernadette y Oliver son dos jóvenes que acaban de conocerse. Irremediablemente, comienzan a enamorarse y en el transcurso en el que sus universos colisionan, el mundo es azotado por la inminencia de la Ley del silencio. Esta ordenanza limita a 140 el número de palabras que una persona puede decir al día. Esta pareja, dos polos contrarios que se atraen, buscan la manera de prepararse para este escenario y salvar su relación de todos los problemas de la incomunicación, sin perderse a ellos mismos por el camino.
Lagrada siempre tiene una selección de obras de lo más variada y acertada. Y esta no lo es menos. Con la premisa de esas 140 palabras que sólo se pueden decir al día se plantean los dilemas de esa escasez ¿Cómo podemos comunicarnos entre nosotros? ¿Cómo conocerse? ¿Cómo cantar canciones? ¿Cómo hacer entrevistas de trabajo? ¿Cómo explicar a los demás nuestra forma de ser, de pensar, de sentir?
La palabra se convierte en un bien escaso. Elegirlas sin malgastarlas un reto importante. Somos artesanos del lenguaje. Retorcemos las palabras a nuestra conveniencia para arroparnos con ellas y a veces las arrojamos como balas sin pensar en las consecuencias. En el mundo actual donde la tecnología se impone, donde el chat de Inteligencia Artificial nos parece una gran herramienta, donde hasta hace poco Twitter nos ha impuesto la dictadura de esos 140 caracteres, esta obra distópica nos enfrenta a que hablar más, a veces no significa decir más.
La trama ya sería motivo para acercarnos a ver esta obra, pero si la dirección cae en manos de Laura Ferrer ya es un aliciente más. Ganadora del concurso Almagroff como dirección y papel protagonista, en “Caer para levantar”, dirige de manera brillante esta pieza.
.jpg)
En una habitación de una casa con todos
los detalles se desarrolla esta historia vital y llena de movimiento. Porque
aquí el movimiento y la música juegan un papel importante. Son generadores de
los cambios de escena, de los tiempos en la historia con constantes flashback.
Toda la pieza es un juego teatral medido al milímetro con unos resultados solventes y amenos que ayudan al desarrollo de la misma.
Un texto divertido e inteligente que se ve que tiene un trabajo actoral detrás inmenso; el cambio de registro de los actores al segundo, el conteo de las palabras, la medida de los silencios, el movimiento de los actores que dan vitalidad a las escenas.
Se nota también una
complicidad maravillosa entre Paula Flanch y Daniel Teresa, los actores, e Iván
López-Ortega a cargo de la música, con un papel fundamental en los tiempos y
que nos deleita con un par de canciones. Los tres formados en la RESAD y que se
ganaron al público que llenaba la sala.
Obra inteligente, dinámica, con un trabajo actoral notable y llena de energía Nos creemos que leyes absurdas que limitan derechos se aprueben, pero nunca se sabe en estos tiempos de incertidumbre. Hay que ir a ver esta obra para estar preparados y para ver a esos actores en la danza de la vida.
----------------------------------------------------------------------------------------
FICHA ARTÍSTICA
Dirección: Laura Ferrer
Reparto: Paula Flanch y Daniel Teresa
Dirección musical: Iván López-Ortega
Traducción y ayudante de dirección: Sergio Iglesias
Compañía: Jacaranda
No hay comentarios:
Publicar un comentario