Teatro: Macho grita. Teatro de la Comedia.

Macho grita, ¿pero por qué grita?, ¿Qué pulsión se le activa?, ¿Qué pretende?


Le cuento a mi compañero Fernando que estuve tomando notas a oscuras, que fui una zurda tomando notas a oscuras en la Sala Tirso de Molina de la planta quinta del Teatro de la Comedia y que vaya a saber qué sale de ahí, que ya sabemos que los zurdos tenemos fama de mala letra. Es más, Javier, que me conoce desde hace años, me dice que tengo una cursiva mortal. ¿Se trata de esto, quizás? Del concepto de "nosotros" frente a los "otros". ¿Quiénes somos?, ¿quiénes son ellos? Después de todo no nos salvamos de ser llamados siniestros, se decía que era antinatural y se nos obligaba a actuar bajo la normalidad, al uso de la mano derecha. Quizás se trate de esto también, de lo socialmente aceptable en cada momento, del sentimiento de pertenencia, de la represión de lo disidente, de la uniformidad, de la necesidad de imponernos.

 



La obra comienza en una posada de Sevilla, en la que dos hombres, Don Luis Mejía y Don Juan Tenorio, compiten. Un competencia indigna en la que se disputan el mayor número de hombres asesinados y de mujeres burladas en el plazo de un año (qué delicado el lenguaje). Don Juan dice, triunfal: "Por donde fui, la razón atropellé" y se jacta de necesitar "Un día para enamorarlas, un día para conseguirlas, dos días para sustituirlas y una hora para olvidarlas". Respecto del clásico, nos cuentan que Ortega y Gasset decía que no es una estatua, sino una cantera.



Al cargo de este relato están Alberto San Juan y su banda. Alberto San Juan, quien posee una voz que yo quisiera oír a diario, como cuando éramos pequeños y nos ponían cassettes con cuentos infantiles. En mi caso sonaba un pajarito que avisaba cuándo se debía pasar página. Y se preguntarán, ¿Qué tiene que ver eso? Quizás nada, pero estos excursos también están en la obra, pequeñas licencias que le dan humanidad y nos acercan a la persona. Alberto pregunta a los músicos, ¿esto iba aquí? Y nos hace partícipes de la confesión: "Yo siempre digo que en teatro hay dos métodos, uno es saberse el texto, el otro, no".

Los músicos, Claudio de Casas (guitarra), Miguel Malla (saxo y piano), Miguel Marijuán (batería) y Pablo Navarro (contrabajo), forman un grupo compacto, que no acompaña a la obra, sino que son la obra misma. No veo a un actor acompañado de músicos, veo a un equipo que se une y disfruta, que se apoya y crece.


Y así nos llevan, por camas y mesas, con gritos, con bailes, con cantos, desde León Felipe, pasando por María Zambrano y Cantinflas: "Antes estábamos bien, pero era mentira. No como ahora, que estamos mal, pero es verdad".

Vamos buceando en la historia, buscando los nexos, como si fuera un reto: ¿Qué tiene que ver la expo de Sevilla de 1992 con la rendición de Granada por parte de Boabdil?, ¿Quiénes eran los judíos que fueron expulsados por los Reyes Católicos?, ¿Qué supuso el primer decreto de expulsión de los gitanos?, ¿y la conversión forzosa de los musulmanes?

 


"El exilio es un desgarrón que no termina de desgarrar". Tanto si vuelve, como si no, nunca dejará de ser un exiliado" y yo, como extranjera, me siento interpelada. Nos hablan de reducir toda la robustez de España.

"Nosotros tuvimos que dejar de ser lo que éramos para ser lo que somos". Para ser un solo cuerpo tuvimos que despedazarnos.

Con la Inquisición se instaura la idea de que la sangre de los nuevos cristianos estaba manchada, la tortura es reglamentada y parecer un cristiano viejo resulta una cuestión de vida o muerte. Así se inscribe el miedo al qué dirán, la represión de lo que se es o cree por sobrevivir.



¿Por qué reducir el infinito a la unidad? Quizá el poder de uno sobre otro.

Rafael Sánchez Ferlosio decía que es una falacia hablar de fusión, que en su lugar debería hablarse de violación de los pueblos conquistados. María Galindo, en el mismo sentido sentido, niega que pueda hablarse de mestizaje, porque el deseo no circuló libremente.

Escapar a la norma muchas veces supone ponerse una diana a la espalda, pasar desapercibido, una protección. Pienso en en todas las tradiciones que perviven a pesar de la represión, de la configuración de la identidad de un pueblo.

¿Qué significa entonces ser un macho? La voluntad de dominio, motor de la vida toda.




Para finalizar, Alberto nos canta e ilustra: MACHO TIENE SIEMPRE LA RAZÓN.

Alberto San Juan explica: "Macho grita es una crónica de mi propia ceguera, sobre la historia de mi país. Un intento balbuceante de aproximación al proceso histórico por el cual se construye la norma que establece qué es ser español. Un intento de entender cómo se construye el sistema de poder jerárquico que nos gobierna, cómo se construye Lo Macho -entendido como voluntad de dominio-, en este territorio llamado España. Una tentativa de identificar quiénes somos nosotros y quiénes los otros, y por qué la guerra entre ambas partes. La expresión, quizá, del anhelo de superar los pronombres personales y desembocar en algo que, sin dolor ni vergüenza, podamos llamar vida".


RESEÑA ESCRITA POR MARIANELLA CATTÁNEO
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Reparto


Alberto San Juan

Músicos

Claudio De Casas

Miguel Malla

Gabriel Marijuán

Pablo Navarro




Ficha artística



Espacio escénico y vestuario

La Compañía

Iluminación

Raúl Baena y y Eduardo Vizuete


Dirección y dramaturgia

Alberto San Juan

Coproducción

Compañía Nacional de Teatro Clásico

EQM Serveis Culturals


Ayudante de dirección

Carlota Gaviño

Ayudante de producción

Lucia Rico

Alumna en Prácticas

Cristina Martínez





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