Teatro: La isla del aire. Teatro Español.

Estamos ante uno de los eventos de la temporada, y eso se nota en el ambiente. Más allá de la obra en si, asistimos a la despedida de las tablas de una de las más grandes actrices que ha dado este país. La poderosa y genial Nuria Espert anunció, cuando se estrenó esta pieza en Barcelona, que sería su despedida definitiva de los escenarios. Solo por ello, todos los amantes del teatro deberíamos acercarnos estos días al Teatro Español a agradecerle su inmensa labor y despedirla como se merece, con un atronador e interminable aplauso. El pasado sábado todo el teatro acabó en pie. Todos los aplausos se quedan cortos ante esta gran artista.


Tras el clamoroso éxito en el mes de Marzo en el Teatro Romea, la obra ha recorrido una treintena de teatros de distintas ciudades a lo largo de todo el país hasta llegar ahora a la sala principal del Teatro Español. Una deliciosa historia familiar, feminista y que pone en valor la protección de las mujeres dentro del engranaje invisible de la familia. Un impecable montaje que engrandece este arte, ya que todo en el destila majestuosidad, grandeza, elegancia, la firmeza de lo clásico, la pulcritud en la que todo encaja con precisión y con una sencillez apabullante




La obra es una producción de Grup Focus, con la colaboración de ICEC, que nos propone un catártico viaje de una familia de mujeres, con muchas y pesadas mochilas a sus espaldas. A lo largo de este regreso al núcleo mismo de lo que es el hogar y la fraternidad, nuestras protagonistas harán frente a muchos conflictos, tendrán que ser capaces de sincerarse para poder lamer las heridas causadas por la vida común, tendrán que dar un paso al frente para hablar de sus secretos, para hacer saltar por los aires todos sus prejuicios y sus tensiones, para poder de una vez caminar todas unidas, apoyándose las unas en las otras, aunando fuerzas en la dura lucha que es la vida.




El texto de Alejandro Palomas es la adaptación escénica de la novela homónima, primera parte de la trilogía "El tiempo que nos une". Una obra nostálgica y poética, desgarradora y enternecedora, cruda y con una profundidad que nos atraviesa. El autor nos habla de conflictos universales desde las vidas de estas cinco mujeres, que vagan sin un rumbo claro y con el miedo de quien se mueve por arenas movedizas. Ellas podriamos ser cualquiera de nosotros, ya que sus miedos y problemas son el reflejo de cualquier familia que se erosiona por el paso del tiempo. Un texto que nos muestra el dolor arrastrado por la pérdida de una de ellas, las cicatrices que deja la vida, las cuentas pendientes que todas ellas deben resolver.



Al frente de este viaje por las calas de Menorca tenemos al maestro Mario Gas, en un trabajo impecable de dirección, tanto con las actrices como a la hora de medir los tiempos y los ritmos de la función. Con más de una treintena de montajes a sus espaldas, sus últimos trabajos han ido desde aquel fabuloso "Incendios" en el Teatro de La Abadía, al brillante "Pedro Páramo" la pasada temporada en las Naves del Español, pasando por "Calígula" y "El concierto de San Ovidio" ambos en el Teatro María Guerrero. En esta ocasión mantiene esa propuesta escénica íntima, oscura, lúgubre, que contrasta en momentos puntuales con alguna proyección o con un momento de mayor iluminación buscando la atención del público. El director ha definido la obra como un pequeño poema sinfónico teatral lleno de dolor y esperanza.


"Asistimos a las peripecias de cinco mujeres, cinco mujeres incomunicadas centradas en sus propios dolores, movidas por un sueño y por la manipulación de la matriarca Mencía (Nuria Espert), a veces en el mundo real, a veces en el irreal. Una matriarca que consigue llevarlas todas hasta una isla con un faro, un lugar desde donde conseguir que todo se convierta en un punto de esperanza para poder seguir avanzando juntas, revirtiendo la realidad para conseguir una nueva libertad que nace de las entrañas. Es la belleza de esta obra, que es oscura y luminosa a la vez. Una contradicción, sí, pero así es" explica el propio Mario Gas.



Centrándonos en la historia, viajaremos a la isla de Menorca, donde conoceremos a una familia formada por cinco mujeres que se adentran en un viaje en barca a la Isla del Aire. La "expedición" viene comandada por la matriarca de la familia, Mencía (descomunal Nuria Espert), que presume de su vitalidad a los noventa años. Este viaje resulta una batalla en la que todas sacarán a relucir sus miedos y sus reproches. Con la desaparición de Helena (la nieta mayor de Mencía que presumiblemente se ahogó un año antes) presente en todo momento, las rencillas no tardan en aflorar y el dolor parece una enfermedad de la que no podrán curarse. Lo que parecía una reunión para unirse ante el dolor común por la desaparecida, acaba convirtiéndose en un juicio en el que la matriarca irá sonsacando a sus hijas y a sus nietas todos sus secretos, obligándolas a enfrentarse a la verdad y a unir fuerzas ante los duros golpes que han sufrido, o ante los cambios radicales que van a sufrir sus vidas.



Todo ello lo veremos con una imperial Nuria Espert al frente de este catártico viaje, pero también llevando en todo momento las riendas de la función. Un fabuloso elenco en el que la veterana actriz da una nueva lección de interpretación, con un personaje cargado de matices al que la Espert mima y dota de a esa matriarca de la dulzura de una abuela, de la complicidad de una amiga, de la severidad de una madre, de la ternura de una mujer que protege a su familia. La actriz se desenvuelve con soltura por la escena, llevando el ritmo de la función y manteniendo la energía en todo momento. 

Solo por disfrutar de su presencia en escena durante todo el montaje, merece la pena ir a ver la obra. Tras más de medio siglo subida a las tablas, pocas cosas le quedan por hacer a esta gran dama de la escena de nuestro país. Entre sus innumerables papeles destaca su "Yerma" de la década de los setenta, con la que alcanzó las 2000 funciones por todo el mundo. En los últimos años hemos podido disfrutar de ella en monólogos como "La violación de Lucrecia" o "Romancero gitano", alternando montajes más complejos como la inolvidable "Incendios" que dirigió el propio Mario Gas en el Teatro de La Abadía, o "Rey Lear".



El resto del elenco lo forman Vicky Peña, Teresa Vallicrosa (dando vida a las hijas), Candela Serrat y Claudia Benito (interpretando a las nietas), construyendo esa familia que vive apesadumbrada por la muerte de Helena y con muchos problemas de los que darán cuenta en este viaje, convertido en proceso de sanación para todas ellas. Fantástico resulta el duelo interpretativo de Vicky Peña y Nuria Espert, las dos con prsonajes antagónicos. La primera no soporta el dolor de la muerte de su hija y vive en permanente lucha con su madre, ahora que se tiene que hacer cargo de ella. Por su parte, Mencía la expime al máximo, y en su afán porque deje atrás su dolor le hace sufrir más.

En el otro extremo destacaremos la relación de la abuela con una de sus nietas, el papel que interpreta Claudia Benito, lleno de ternura y complicidad. Mencía se convierte en la confidente de su nieta, que se encuentra en un momento vital complicado. Con su otra hija, a la que da vida Teresa Vallicrosa, la matriarca tiene una relación muy enquistada por la convivencia de toda la vida. Con la otra nieta, Candela Serrat, actúa con mano de hierro, para que tome decisiones que cambiaran su vida.




Sin lugar a dudas, otro de los elementos más interesantes de la propuesta es el fabuloso trabajo de la parte técnica, que eleva un par de peldaños el nivel de la obra. Fantástica idea de Sebastiá Brossa a la hora de crear el espacio escénico, con la presencia de unas grandes rocas sobre un fondo indeterminado, que nos recuerda a cualquier cala de Menorca. Muy acertada también la elección de la iluminación por parte de Paco Ariza, inundándolo todo de tonalidades azules que nos evocan el cielo y el mar. Para completar el viaje por la isla, la música original y el espacio sonoro creado por Orestes Gas nos ponen en contacto con la brisa marina y los sonidos propios de la isla. También es de reseñar la videoescena creada por Álvaro Luna con la colaboración de Elvira Ruiz. Por último, Antonio Belart se ha encargado del vestuario y Nuria Llunell de la caracterización.


En definitiva, estamos ante una pieza cargada de ternura, de emociones a flor de piel, de situaciones vitales que cambian el rumbo de toda una familia. Pero por encima de todo, estamos ante un montaje de una belleza formal impecable y con unas interpretaciones portentosas. Una historia que nos relata el doloroso viaje emprendido por estas mujeres para poder dejar atrás todas las mochilas que les impiden avanzar. Una obra para disfrutar de la genial Nuria Espert, que sigue demostrando porque es considerada una las personalidades más relevantes del teatro de nuestro país. Vayan a verla y disfruten.

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Teatro: Teatro Español. Sala Principal.
Dirección: Plaza de Santa Ana. Calle Príncipe 25.
Fechas: Del 7 de Diciembre al 14 de Enero. De Martes a Domingos a las 19:00. 
Duración: 1 hora 30 min.
Entradas: Desde 6€ en Teatro EspañolPrograma de mano.



 FICHA ARTÍSTICA

De Alejandro Palomas

Dirección Mario Gas

Con Nuria Espert, Vicky Peña, Teresa Vallicrosa, Candela Serrat y Claudia Benito

Diseño de espacio escénico Sebastià Brosa

Diseño de vestuario Antonio Belart

Diseño de iluminación Paco Ariza

Música original y espacio sonoro Orestes Gas

Videoescena Álvaro Luna con la colaboración de Elvira Ruiz

Caracterización Núria Llunell

Voz Anabel Moreno

Una producción de Teatre Romea con el apoyo de ICEC







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