La
compañía La Dramática Errante nos trae una de las obras más representadas de
uno de los principales autores españoles del siglo pasado. Se trata de Yerma inspirada en la inmortal obra de Federico García Lorca, con gran éxito de crítica y
público que logró hace un año el Premio Max a la mejor adaptación.
Unos minutos antes de comenzar la representación, entra en escena una joven que empieza a ir echando unos líquidos de distinto color en un recipiente que se proyecta en una gran pantalla al fondo del escenario.
Se trata de Bea, una artista
plástica de reconocido prestigio en el Bilbao actual. Su pareja es Jon un
hombre de negocios con bastante éxito. Ambos forman una pareja en una cómoda
situación tanto social como económica. Son una pareja ideal, contemporánea,
urbanita, a priori lo tienen todo para ser felices, pero algo sobrevuela sobre
su relación.
Por esas inercias de la vida la mayoría de las
amigas de la pareja van teniendo hijos y nuestra protagonista también es
partícipe de ese deseo; por su parte Jon no parece tan ilusionado con la idea,
parece más bien que es partidario porque ella lo quiere pero su actitud, su
predisposición y el poco tiempo que pasa en casa debido a sus continuos viajes
por motivos laborales parecen decir lo contrario.
Junto a ellos María, su hermana que por esas
ironías que tiene la vida vive una maternidad no deseada y disfrutada. La madre
de ambas, una persona que nunca destacó por dar muestras de cariño a sus hijas y
Víctor, un antiguo novio con el que la posibilidad de ser madre fue muy real;
pero por esas decisiones que se toman en determinados momentos de la vida – ya
sea por que eran demasiado jóvenes o porque no era el momento- quedó en eso.
La
dramaturgia apenas tiene texto de la obra de Lorca, excepto el título y el tema
que subyace de la maternidad frustrada.
Se
cambia el pueblo por una ciudad cosmopolita como Bilbao en la actualidad, no se
trata de una joven encerrada en casa y cuyo único fin en la vida es ser mujer y
madre, sino de una artista de vanguardia, que va a conciertos, tiene un buen
trabajo, tiene amigas, en definitiva tiene una vida más allá de la de su
pareja.
Aunque no
sea el eje central sobre el que gira la historia, en esta Yerma actual también
se pone el foco sobre las clínicas de reproducción, sobre como no hay el menor
escrúpulo en hacer negocio a cualquier precio con los deseos e ilusiones de
muchas parejas de ser padres.
Como no,
también se refleja la enorme desigualdad que sigue existiendo en los roles de
hombres y mujeres en la maternidad. Bea tiene que realizarse como mujer, como
madre, como trabajadora, como artista, unas exigencias que no se le piden igual
a Jon, su pareja.
La igualdad,
el empoderamiento, la conciliación siguen siendo apenas eso, meros conceptos e
ideas que muchos luchan por dejar sin contenido.
"Conozco a grandes artistas con hijos, todos son hombres"
Todo lo
conseguido por las mujeres no es un regalo o una concesión, es un derecho que
durante siglos se ha visto negado y las ha condenado a la oscuridad, el
ostracismo y el silencio.
Como
pasa siempre que se hace una versión más contemporánea y rompedora, esto es menos
fiel al texto original, habrá puristas que renieguen y critiquen el resultado
final.
Es
probable que Yerma esté entre las tres obras que más veces he visto en distintas
versiones y representaciones, personalmente me parece no sólo necesario sino
imprescindible la elaboración de nuevas versiones de la misma, así no caerán en
el olvido y se conservarán en nuestra memoria.
Esto no
hace sino engrandecer la imagen de Lorca, un autor muy adelantado a su época, que
hace casi cien años ya denunciaba el papel que la sociedad reservaba a las mujeres.
La dramaturgia
y dirección de la obra corresponde a María Goiricelaya, una de las
creadoras de la Compañía La dramática errante. Hay que ser muy valiente para
enfrentarse a la idea de hacer una versión tan libre de un texto tan conocido
como Yerma. Doble enhorabuena tanto por la idea como por el resultado obtenido.
"No es capturar la muerte, es capturar el amor"
Como
decía aunque no hay mención al texto de Lorca, su Yerma está más que presente a
lo largo de toda la representación. Y es ahí donde radica el enorme talento de
la compañía.
En relación
con esta Yerma explica que “Contiene las palabras de todas aquellas mujeres
que hoy se enfrentan a la imposibilidad de tener descendencia. Porque son
muchas, aunque nadie hable de ellas. Igual que están silenciadas las mujeres en
procesos de fertilidad. Por todo ello es maravilloso traer a este Lorca al
presente. La maternidad no es un derecho, sino un deseo”.
Notable
la escenografía e iluminación de David Alkorta, que sin ningún cambio nos
traslada por los distintos escenarios en que se desarrolla la obra simplemente
con el cambio de luz.
Muy
cuidado el espacio sonoro de Ibon Aguirre, así como el vestuario de Daniel F.
Carrasco. Sin duda lo que más me gustó y me llamó la atención fueron las figuras
que va realizando Bea a lo largo de la representación y que aparecen proyectadas
al fondo del escenario; simplemente impecables.
La dramática errante
es una compañía vasca fundada por María Goiricelaya y Ane Pikaza. Responsables
de montajes como Lyceum Club, De amor y luz, El Patio de mi casa, Madre Coraje,
Altsasu -que se ha podido ver hace unas semanas en el Teatro de la Abadía- y la
más reciente Festen.
Desde la compañía señalan en relación con la obra “Yerma aborda varios temas
que merecen ser revisados y que ubicados hoy en día multiplican el
espectro de problemáticas que planteaba Lorca en su Yerma original. La
fertilidad de la mujer comienza a descender a los 35 años, y cae en picado a
partir de los 38, incluso mes a mes”. Y continúan “Aparece
así una división entre la conocida como edad reproductiva biológica y la
llamada edad reproductiva social. En una época en la que las clínicas de
fertilidad se multiplican sin duda hay un problema de fondo que nos lleva de
vuelta al Lorca original”.
El elenco
está encabezado por Ane Pikaza, que interpreta a Bea. Consigue desde el
principio que la acompañemos en el viaje que hace en busca de una maternidad en
parte deseada y en parte por la presión que la sociedad en silencio (o no
tanto) impone a las mujeres en la “obligación” de ser madres.
Vivimos
con ella la montaña rusa emocional que sufre no sólo por lo indicado con anterioridad
sino también por sentirse sola en todo ese tránsito por la búsqueda de la
maternidad (su pareja apenas está en casa por trabajo, no la acompaña a ninguna
cita médica….). Sobresaliente.
La
acompaña en el papel de Jon -su pareja- Aitor Borobia, muy solvente en ese
papel de joven con éxito en su carrera y que no está muy por la labor de
sacrificar nada de todo lo conseguido.
Destacar
también a Leire Orbe que interpreta a María – la hermana de Eva y algún
otro personaje más- notable en su papel principal tanto de hermana como de
hija.
Loli
Astoreka es
la madre de ambas, muy bien trabajadas sus pocos momentos en escena; sin duda responsable
de algunos de los momentos más divertidos.
Completa
el reparto Unai Izquierdo, que interpreta a Víctor antigua pareja y
amigo de Bea, breves apariciones pero que sin duda nos dejan con ganas de algo
más de participación (al igual que Astoreka).
En definitiva, una gran oportunidad de ver una cuidada versión del clásico de Federico García Lorca.
-------------------------------------------------------------------------------------------
Teatro: Teatro Fernán-Gómez. Sala Jardiel Poncela.
Dirección: Plaza de Colón 4.
Fechas: Del 2 al 25 de Febrero. De Martes a Sábado a las 20:30. Domingos a las 19:30. Martes y Miércoles, día del espectador.
Duración: 80 minutos.
Entradas: Desde 15€ en Teatro- Fernán-Gómez. Programa de mano.
Ficha artística
Autoría y dirección: María Goiricelaya
Escenografía e iluminación: David Alkorta
Vestuario: Daniel F. Carrasco
Visuales: Gheada
Música: Zabala
Espacio sonoro: Ibon Aguirre
Con: Ane Pikaza, Aitor Borobia, Unai Izquierdo, Loli Astoreka, Leire Orbe
No hay comentarios:
Publicar un comentario