Teatro: Primera sangre. Teatro Valle Inclán. Sala Francisco Nieva.

La sala Francisco Nieva del Teatro Valle Inclán nos regala una pequeña joya  Primera sangre una historia tan real y auténtica como dura y descarnada. Acompañamos a la dramaturga y directora María Velasco en este viaje por lo más oscuro de la historia reciente y no tan reciente de nuestra historia.
 

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La obra comienza con un video de los tres cerditos, un cuento la mar de inocente. Pero ese cuento se va transformando en una película donde un ser humano disfrazado de cerdo baila con una mujer, para acabar con la escena de la matanza de un cerdo. La metáfora y el mensaje es claro desde el principio.

El punto de partida de Primera sangre es un caso real. Hace más de treinta años, a principios de los 90 del siglo pasado desaparecía en Burgos Laura una niña de apenas 6 años mientras jugaba en un parque. Unos días después aparecía su cadáver.

Fue una década especialmente dura y violenta para muchas niñas y jóvenes que fueron víctimas de una violencia y crueldad descomunal. Poco después ocurrió la desaparición y asesinato de las niñas de Alcásser.

María Velasco es natural de Burgos como Laura y cuando sucedió el terrible asesinato contaba con una edad similar a ella.


"Los poetas nos han engañado: las niñas se parecen más a los cerdos que a las flores  Quizá sería mejor admitir que las niñas, como el cerdo, son animales impuros, para evitar que se las coman"


Primera sangre nos ofrece una doble historia en paralelo o las dos caras de un lamentable suceso. Somos testigos de los momentos que estas niñas pasaban juntas en el parque. Un parque ahora abandonado donde hace tiempo que no juegan los niños.

Junto a ese columpio abandonado hay un espacio lleno de tierra que asemeja a una cochiquera, un espacio que nos muestra la fragilidad de la infancia y la adolescencia para tantas y tantas niñas, para tantas y tantas jóvenes y por añadidura para tantas y tantas mujeres.

La fragilidad de una inocencia que en seguida se viene abajo cuando una de ellas desaparece, es violada o asesinada.

"En el teatro juegan los muertos con los vivos"

Las niñas se parecen más a los cerdos que a las flores. Con este postulado inicial Primera sangre nos va enfrentando a todas aquellas cuestiones que ante casos así no podemos dejar de plantearnos, sobre los motivos que llevan a alguien a un crimen tan atroz, sobre el papel de los medios de comunicación, sobre la justicia o la ausencia de ella.

Otro de los puntos sobre los que se centra la obra es el aspecto judicial de un caso que se cerró sin resolver.

El papel del policía encargado de la investigación queda en entredicho, pues nos presenta a una persona orgullosa y socarrona, con problemas con la bebida y una actitud arrogante y agresiva, que nos lleva irremediablemente a preguntarnos si se hace lo suficiente y lo adecuado para esclarecer este tipo de crímenes.

"Hay que tener más miedo a los vivos que a los muertos"


Tres niñas: Laura, María y Zaira se van deslizando por un espacio que aún siendo exclusivo para ellas no pueden ocuparlo y disfrutarlo por el miedo en el que se ven obligadas a vivir.

El espíritu de la pequeña Laura es el eje sobre el que gira esta Primera Sangre. El fantasma de Laura aparece alrededor de sus amigas de la infancia. Unas amigas que han adoptado distintos posicionamientos en su vida para intentar superar lo que le pasó a su amiga.

Por un lado, está María una joven introvertida y muy unida al espíritu de Laura y por otro su antítesis Zaira un chica alegre y vital a quien todo lo ocurrido no le ha borrado la sonrisa de su boca ni las ganas de vivir.

A lo largo de la representación acompañamos a María y Zaira en el duelo por la pérdida de su amiga, una pérdida que indefectiblemente irá con ellas el resto de su vida y que condicionará su futuro y su formación y madurez como mujeres.
Junto a ellas dos adultos; una monja profesora de las niñas y el policía encargado de la investigación, a su vez padre de Zaira.

"El miedo no evita la muerte, evita la vida"


María Velasco es la autora y directora de la obra, además de encargarse del vestuario. Ganadora del XXXI Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela. Doctora en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. Estudió dramaturgia en la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual.

Obtuvo el Premio Max a la mejor autoría teatral en 2022 por Talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra.

Respecto a Primera sangre señala “Es una historia de mi propia infancia: yo tenía la misma edad que Laura Domingo cuando desapareció. Este fue uno de los muchos casos de violencia sexual que hubo en los años 90; el crimen de Alcácer fue el más mediático, pero hubo una especie de pandemia que aún no ha cesado”.

A partir de ese hecho explica “el relato con el que crecimos las que formamos parte de esa generación. Siempre se responsabilizaba a las víctimas -dice- por haber estado en el lugar menos adecuado a la hora menos apropiada: por jugar en la calle, por salir de noche, por hacer autostop… Es ahora cuando podemos entender lo difícil que fue ser dueñas de nuestra libertad sexual en ese contexto de amenazas veladas sobre el terror que acechaba en la calle; y es ahora cuando podemos dejar de ser sujetos pasivos y denunciar todas esas violencia”.


" No hay nada tan peligroso y tan terrible como la gente normal"


Blanca Añón es la responsable de una muy original escenografía, a la que acompaña Marc Gonzalo en la iluminación, Miguel Angel Altet en los audiovisuales y Peter Memmer en el espacio sonoro.

Destacar la cuidada coreografía de Joaquín Abella que viene a ser un personaje más en la obra y que dota a la misma de un aire sombrío y fantasmal.

En cuanto al elenco lo forman María Cerezuela, Javiera Paz, Vidda Priego, Francisco Reyes y Valèria Sorolla. Impecables todos en sus respectivos papeles, quiero destacar a Francisco Reyes, actor por el que siento una especial predilección y Javiera Paz impecable su expresión corporal en las coreografías que interpreta, pura magia.

Una obra muy muy recomendable a pesar de la dureza e intensidad que desprende.

  


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Teatro: Teatros Valle Inclán (Sala Francisco Nieva)

Dirección: Pza Ana Diosdado, s/n.

Horarios: 26 abril al 2 de junio.

       De martes a domingo a las 18:00.

  

Ficha artística:

Texto y dirección: María Velasco

Reparto: María Cerezuela, Javiera Paz, Vidda Priego, Francisco Reyes y Valèria Sorolla.

Escenografía: Blanca Añón.

Iluminación: Marc Gonzalo.

Vestuario: María Velasco.

Escultura: Enrique Marty.

Audiovisuales: Miguel Ángel Altet.

Espacio sonoro: Peter Memmer.

Coreografía: Joaquín Abella.

Asesoría artística: Judith Pujol.

Ayudante de dirección: Ruth Rubio.

Ayudante de escenografía y vestuario: Pablo Chaves.

Coproducción: Centro Dramático Nacional, Teatro Nacional de Catalunya, Ana Carrera y María Velasco (Pecado de Hybris).



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