El salón de una casa, de cualquiera, con su sofá, su mesa, los cuadros familiares. Una tarde que parece ser como todas las demás. En el patio de butacas no parece que vaya a ocurrir nada del otro mundo, todo parece estar en orden en escena. Ni un cuadro ladeado.
Pero señores, nada mas lejos de la realidad, esta tarde no va a ser como todas las demás para Paco y su familia. Veremos que la realidad más trágica se puede transformar en comedia, que los políticos además de parecer honrados también han de serlo. Una tarde con tintes de crítica social, de una positividad desternillante, entendiendo que la risa puede ser el mayor acto de rebeldía y no hay que estar cabreado para ser conscientes de la realidad que nos rodea y que las situaciones pueden ser contadas de muchas formas diferentes, con aristas diversas y un amplio arco de colores.
Fran Nortes nos presenta un texto fresco, hilarante y del todo sugerente que hará disfrutar a todo un público atento a una trama interesante y de trasfondo social sin perder la positividad ante una realidad que no siempre lo es tanto. Un alegato a luchar en tiempos grises, a que solo no puedes pero acompañado sí, a la camaradería, a la honradez. Y a que las cosas siempre acaban bien para los buenos, aunque solo sea en el teatro. Algún chiste que quizá no proceda, pero con el que nos seguimos riendo, tendría que reflexionarlo mejor antes de continuar con esta línea, ya me dirán que opinan ustedes.
Fran Nortes en la dirección dota a la propuesta de
agilidad, dinamismo en las entradas y salidas, ni un momento de espacio vacío.
A veces cercano a la sitcom, otras cercano a la estructura del cómic. Divertida,
muy entretenida, inteligente.
Se lo contamos, sin contarles demasiado para que se sorprendan. Resulta que van a cerrar el mercado donde trabaja Paco interpretado por Carlos Chamarro, él y sus compañeros se quedan en la calle y Paco ha tomado una decisión unilateral y sin paños calientes, secuestrar al hijo del ministro que tiene el voto decisivo para el cierre. Se armó la trapatiesta, tu imagínate un carnicero convertido en secuestrador, este plan tiene toda la pinta de que no puede salir bien. El actor se mueve técnicamente bien en escena, conoce bien los patrones de la comedia y los ejecuta a la perfección, cada paso llega al espectador, nada sobra.
Como decimos el plan no está muy claro, hasta que llega su cuñada (Diana Lazaro) en la piel de Montse y el plan empieza a tomar forma. Ahora sí, ahora sí puede salir bien, Montse está depilando las piernas al secuestrado y está empezando a cantar. La actriz de tono, movimiento y gesto tan cercana a la caricatura que no podremos parar de reír. Sobre sí, la preocupación por su familia, la ternura y devenir en la líder del plan, harán que la actriz tenga cambios de registro inmejorables.
En esta familia no van a tolerar que por el beneficio del bolsillo de cuatro políticos corruptos un montón de familias se queden sin futuro y con un porvenir lleno de incertidumbre. Menos aun va a permitir Manolo el marido de Montse quedarse sin compañero de mus porque Paco se tenga que ir a Zaragoza porque le quitan la casa y se tiene que ir donde los suegros. Que no, que no lo van a permitir y van a hacer lo que sea.
Manolo, imprescindible en este plan en el que no deposita ninguna confianza pero aporta lo que puede, y vete tu a saber que no sea la llave para que todo salga bien. No lo se, no tiene el arte del disimule, ni la discreción pero está poniendo todo de su parte.
Si se ríen con Leo Rivera la mitad que lo hizo mi acompañante ya merece la pena ir a ver esta pieza. El actor se ganó al público desde el primer minuto con su traje para ir a engañar a los corruptos, su bondad pululando en escena, dotando al personaje de una ingenuidad adulta, aquella de la buena gente. Un actor que destila pura comedia.
Oscar Lasarte, el secuestrado, vimos miedo en sus ojos en el momento de la depilación. Después no creáis que vimos mucha preocupación, un segundo plano al que el papel obligaba bien ejecutado y con una creación de personaje muy imaginativa en tanto la tranquilidad se convirtió en un punto mas de hilaridad.
Carlos Heredia en el papel del padre, el político corrupto, por encima del bien y del mal, se mueve por y para el dinero en un línea perfecta que no genera rechazo ni corta la línea desternillante de la propuesta. No aprueba nada, tampoco lo desaprueba, quiere a su hijo pero sin pasarse. A él que le hablen de maletines y de millones.
Mario Pinilla en el trabajo de vestuario, situando a gente corriente, que tiene para cada ocasión su traje y su vestido, que te vale lo mismo para una boda, para una cena romántico, como para ir con micrófonos al Palace, ese vestido rojo que vale para todo. Asier Sancho en el trabajo de escenografía nos sitúa en el salón de una casa moderna, de trabajadores, la típica casa que todavía es mas del banco que propia. Cia de la Luz da color, ilumina, luz en escena, ventanal que se abre y cierra, un trabajo de iluminación que últimamente echamos de menos y que es de agradecer.
El secuestrado, quien se queda con los millones, si el mercado se termina cerrando o no y sobre todo si Manolo se queda sin compañero de mus, les animamos que vayan a descubrirlo. Si se quieren reír, muchísimo, pasar un rato de verdad del todo entretenido. ¡No se la pierdan!
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El Secuestro
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EQUIPO ARTÍSTICO
Carlos Chamarro
Leo Rivera
Diana Lázaro
Carlos Heredia
Oscar Lasarte.
EQUIPO TÉCNICO
Director: Fran Nortes
Producción: Antonio Fuentes (Teatro Lara)
Coproducción: Tio Caracoles
Producción ejecutiva: Clara Ortega Bosch
As dirección: Jesus Redondo
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Iluminación: Cia de la Luz
Escenografía: Asier Sancho
Construcción escenografía: Scenik
Diseño gráfico: Hawork
Vestuario: Mario Pinilla.
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Marketing, ventas y as. vestuario: Clara Ortega Bosch
Prensa: Clara Ortega Bosch y Angy Abalo
Campaña online: Angy Abalo
Administración: Laura Rodríguez
Regiduría: Maria Delgado
Música: Carlos Dalton
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