Una
mañana de marzo, las chicas judías mayores de 16 años fueron convocadas para
trabajar como voluntarias en una fábrica de botas para soldados. Con la ilusión
de poder ayudar a sus familias, comenzaron lo que creían sería una aventura
única. Sin embargo, estas niñas de Humenné, Eslovaquia, fueron parte del primer
convoy que llegó a Auschwitz en 1942.
Fueron
las primeras en llegar y las últimas en salir.
Nave 73
nos presenta “Las niñas de Humenné”, una obra que nos sumerge en un relato
histórico profundamente conmovedor y desgarrador. Ambientada en marzo de 1942,
sigue a un grupo de cuatro chicas judías que, con la esperanza de ayudar a sus
familias, se ofrecen como voluntarias para trabajar en una fábrica de botas,
junto a Lo que comienza como una misión noble se convierte en una pesadilla
cuando son enviadas a Auschwitz. Basada en hechos reales, la obra rinde
homenaje a estas niñas y su lucha por la supervivencia en uno de los periodos
más oscuros de la historia.
«Una
mañana, nos levantamos y fuera vimos carteles pegados a las paredes de las
casas que anunciaban que todas las chicas judías, chicas solteras de más de 16
años debían ir al colegio el 20 de marzo de 1942 para trabajar»
Dos de las cinco chicas de esta fotografía —sacada en Humenné,
Eslovaquia, en torno a 1936— fueron enviadas a Auschwitz, Polonia, el 25 de
marzo de 1942 en el primer traslado oficial de judíos al campo de exterminio.
Ni Anna Herskovic (segunda por la izquierda) ni Lea Friedman (cuarta por la
izquierda) sobrevivieron. Fotografía de The Grosman and Gross families
La
narrativa es una montaña rusa emocional, llevando al público desde la inocencia
y esperanza iniciales hasta la cruda realidad del horror. A través de diálogos
intensos y escenas cuidadosamente construidas, la obra explora temas de
amistad, resistencia y la capacidad humana para sobrevivir. No solo se centra
en el sufrimiento, sino también en la fuerza y solidaridad que emergen en los
momentos más difíciles. Las amigas se convierten en hermanas y se cuidan las
unas a las otras. Una pieza fundamental para la Memoria con la intención de no
olvidar y sobre todo que el foco esta vez se centra en los campos de
concentración contado por las mujeres. Acostumbrados al relato de los hombres
tanto en películas como en libros, esta pieza es muy necesaria.
Todas
las historias relacionadas con los campos de concentración nazis y las
atrocidades que allí se produjeron resultan estremecedoras. Volvemos a
asomarnos al horror, al genocidio, a la locura, a la muerte, a la degradación
más humillante sufrida por millones de personas en el periodo más oscuro de la
Historia. Toca adentrarse en Auschwitz acompañando a estas niñas, para vivir de
primera mano su desgarradora historia. Un montaje que removerá conciencias, que
encoje el alma, que te golpea con fuerza, que te conciencia sobre lo que es
capaz de hacer el ser humano y el poco respeto a la vida.
Edith
reconoció a la mayoría de las casi 200 mujeres que se presentaron a trabajar,
muchas de ellas adolescentes, que estaban haciendo cola. «Humenné era una gran
familia, todo el mundo se conocía», cuentan. Las autoridades locales y el
personal militar dirigían el registro, pero entre ellos había un hombre con el
uniforme de las SS, la Schutzstaffel (Escuadras de Protección). Después de
darles sus nombres, un médico ordenó a las chicas que se desnudaran para un
chequeo. Desvestirse frente a hombres desconocidos era algo inaudito, pero
¿Quiénes eran ellas para cuestionar a la autoridad? «No rechazaron a nadie».
En un espacio vacío, con apenas unas maletas y dos cajas, estas cuatro actrices son capaces de transportarnos desde el optimismo inicial a la barbarie nazi con un final que no nos dejará indiferentes. Las actrices logran que el público se sienta profundamente conectado con sus personajes, creando una experiencia teatral inmersiva y emotiva. La interpretación de cada una es un reflejo de su talento y su capacidad para abordar roles complejos y desafiantes.
El
elenco de “Las niñas de Humenné” está compuesto por Miriam Escabias, Julia
Balserini, Gloria Díaz y María Ordás, quienes ofrecen interpretaciones que no
dejarán indiferentes a nadie. Miriam Escabias destaca por su habilidad para
transmitir la evolución de su personaje, desde la ingenuidad inicial donde
quiere ser médica y su hermana abogada, hasta la fortaleza final. Julia
Balserini aporta una energía vibrante y una sensibilidad profunda, mientras que
Gloria Díaz y María Ordás completan el reparto con actuaciones igualmente
impresionantes. La química entre las actrices añade una capa adicional de
autenticidad y emoción a la obra.
La
iluminación, diseñada por Trini León, es crucial en la creación de la atmósfera
de la obra. Utilizando una paleta de luces frías y cálidas, León refleja los estados
emocionales de los personajes y las transiciones entre escenas. Los momentos de
mayor tensión están marcados por luces duras y sombras pronunciadas, mientras
que los recuerdos y momentos de esperanza se iluminan con tonos más suaves y
cálidos. La iluminación actúa como un personaje más, guiando al público a
través de los altibajos emocionales de la historia.
La
escenografía de “Las niñas de Humenné” es sencilla y es capaz, junto con el
trabajo actoral, de evocar tanto la fábrica de botas como los oscuros
barracones de Auschwitz. Con elementos mínimos pero simbólicos, como cajas de
madera y maletas, se representan diferentes espacios y situaciones. Esta
simplicidad permite que el enfoque permanezca en las actuaciones y en la
historia, mientras que los cambios rápidos de escena mantienen el ritmo de la
obra.
El
estremecedor texto de Pedro Martín Cedillo nos muestra la inocencia de estas
cuatro niñas, con una deliciosa ternura que se ve truncada para tornarse en un
compañerismo y una hermandad hermosas, por la imperiosa necesidad de hacer lo
posible para sobrevivir. La narración comienza casi a modo de comedia, con un
tono festivo por el orgullo de las chicas por su viaje en busca de un supuesto
trabajo, pero pronto el relato cambiará de tono. El viaje en el tren, la
llegada al campo y los primeros problemas hacen cambiar el sino de la historia
y la actitud de las chicas, que van madurando al mismo tiempo que crece su
miedo y su desesperación. Todo el relato gira en torno a la amistad entre las
cuatro chicas, para mostrarnos las atrocidades de los campos de concentración y
hacernos vivir esa angustia y ese miedo.
La
dirección corre a cargo de Ricardo Goñi, quien hace un trabajo impecable y que en
cada momento sabe dar el tono y el ritmo adecuado para que no perdamos interés.
El comienzo festivo con un ritmo alocado, la crudeza del trayecto en tren y esa
vida miserable que gana en intensidad, hasta ese final donde se ha perdido toda
la inocencia y su deber es sobrevivir para que nadie olvide, es un trabajo muy
fino. Con escenas de gran belleza estética como la de la muerte de una de las
chicas que son pura magia.
La
compañía El Dado Teatro es la responsable de este conmovedor montaje, que nos
lleva a uno de los lugares más abominables que haya creado el ser humano. Esta
joven compañía se define como “un dado sin una de las caras ya no es un dado.
Por eso, y reforzando el trabajo en equipo, nace El Dado Teatro, quienes desde
la dramaturgia, pasando por la interpretación y llegando al diseño de luces, se
han unido para contar historias”. Y este trabajo coral les está reportando
grandes alegrías. El montaje ha sido premiado con el Premio Nacional de Teatro
Joven Buero Vallejo 2021, Premio Autonómico Madrid Buero 2021 (con mención
especial a la interpretación de sus jóvenes actrices) y el Premio en el
festival Ana Frank de Buenos Aires.
La obra
no se la pueden perder; el trabajo de las actrices, el espacio, la dirección,
la dramaturgia, todo es un baile perfecto.
Hay que destacar, otra vez, el trabajo de las
actrices: Miriam Escabias, con una sólida formación en artes escénicas, ha
participado en diversas producciones teatrales y televisivas. Su capacidad para
interpretar personajes complejos y su presencia escénica la han convertido en
una actriz destacada, donde su talento ha sido ampliamente reconocido. Julia
Balserini es conocida por su versatilidad y su habilidad para adaptarse a
diferentes géneros y estilos. Ha trabajado en teatro, cine y televisión, y su
talento ha sido reconocido con varios premios a lo largo de su carrera. Gloria
Díaz ha desarrollado una carrera prolífica en el teatro, destacándose por su
interpretación en obras dramáticas y contemporáneas. Su dedicación y pasión por
el arte escénico se reflejan en cada uno de sus papeles. María Ordás es una actriz
emergente que ha captado la atención del público y la crítica por su talento y
su entrega en el escenario. Ha participado en varias producciones
independientes y continúa creciendo como artista.
Si tienen oportunidad no se la pierdan porque nuestro deber ahora es no olvidar
-------------------------------------------------------------------------------------
ficha artística
DRAMATURGIA
Pedro Martín Cedillo
DIRECCIÓN DE ESCENA
Ricardo Goñi
ELENCO
Miriam Escabias, Julia Balserini, Gloria Díaz y María Ordás.
PRODUCCIÓN
Ricardo Goñi
ILUMINACIÓN
Trini León
AYUDANTE DIRECCIÓN
Claudia Massanet y Ander Etxebarria.
DIBUJO CARTEL
Nacho Ordás
Una obra de la compañía El dado teatro.
Candidato mejor espectáculo Revelación XXV PREMIOS MAX, Premio Autonómico de Madrid Buero de teatro joven 2021, Premio Nacional Buero de teatro joven 2021 y Premio Festival Ana Frank 2021, Buenos Aires, Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.