No se me ocurre mejor manera de terminar el año -teatralmente hablando- que con la posibilidad de disfrutar en el Teatro de la Comedia del clásico entre los clásicos. Probablemente una de las obras más representadas, La vida es sueño.
La capacidad de sorpresa de un clásico cuando se representa con astucia, con una nueva mirada.
Un fogonazo, comienza la representación y me siento confusa, ¿es sueño, es realidad?, ¿me he equivocado de sala?, ¿estoy ante lo que entendemos por teatro clásico? Qué maravilla.
La vida es sueño fue estrenada en 1635 y se representa en Madrid en los últimos coletazos de 2022. ¿Qué tiene que ofrecer una obra que se ha representado tanto? Absolutamente todo. Es clara muestra de que la capacidad creativa es prácticamente inagotable, que un buen equipo puede llevar las cosas más allá. Como diría Fernando Birri, citado por Galeano "¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar". Este equipo lleva el clásico del Siglo de Oro más allá del horizonte, para que siga avanzando.
Ernesto Arias, el rey Basilio, es testigo privilegiado de todos los acontecimientos que transcurren en el escenario, templanza pura.
Goizalde Núñez es Clarín, el narrador que querría para cualquier acontecimiento, con un sentido de la comedia exquisito, que derrocha una gestualidad apabullante.
El mayor descubrimiento es Alfredo Noval, en la piel de Segismundo, el hombre-fiera, la criatura-fiera recluida, castigada. En el hombre vemos al cachorro de humano, abandonado a su suerte, asustado y desprovisto de libertad y cualquier clase de cariño. "¿Acaso mi delito es haber nacido?".
Le da al personaje una profundidad que solo consigue que nos interesemos por él, como si su destino no estuviera marcado por Calderón.
El rey, padre y hombre de estado, se ve atormentado, ¿acaso él, como sabio, se equivocó en su lectura de los astros?, ¿es posible escapar del destino que marcan las estrellas?, ¿puede imponerse el libre albedrío?, ¿será su hijo un tirano?
Cuando un actor le pone el cuerpo a un personaje, en ocasiones le añade matices que no encontrábamos en la lectura. Es lo que me ocurrió con Clotaldo, la ternura que muestra hacia Rosaura, el debate en su fidelidad al rey y a Segismundo, el príncipe de la torre, de las montañas y las fieras.
Lo único que puedo decir, hayan leído la obra o no, es: vayan a verla. Asumo esa responsabilidad, so pena de encierro en una torre.
RESEÑA ESCRITA POR MARIANELLA CATTÁNEO
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Teatro de la Comedia: Sala Principal. C/ Principe, 14.
Del 15 de diciembre de 2022 al 26 de febrero de 2023.
De martes a domingo, a las 20:00
Los días 24, 25 y 31 de diciembre 2022 y 1 de enero de 2023 no habrá función.
Encuentro con el público. Miércoles 18 de enero de 2023.
Equipo artístico
Dirección: Declan Donnellan.
Adaptación de la dramaturgia: Declan Donnellan y Nick Ormerod.
Diseño de escenografía y vestuario: Nick Ormerod.
Diseño de iluminación: Ganecha Gil.
Movimiento: Amaya Galeote.
Diseño de sonido y composición musical: Fernando Epelde.
Asesor de dramaturgia: Pedro Víllora.
Ayudante de dirección: Josete Corral.
Ayudante de escenografía: Alessio Meloni.
Ayudante de vestuario: Elena Colmenar.
Ayudante de iluminación: Javier Hernández.
Ayudante de sonido: Gaston Horischnik.
Reparto
Ernesto Arias: Basilio.
Prince Ezeanyim: Elenco.
David Luque: Clotaldo.
Rebeca Matellán: Rosaura.
Manuel Moya: Astolfo.
Alfredo Noval: Segismundo.
Goizalde Núñez: Clarín.
Antonio Prieto: Elenco.
Irene Serrano: Estrella.
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