A partir del encuentro, fortuito, de un autorretrato de juventud de su madre, Édouard Louis, rememora la figura de una mujer apartada de todo, sojuzgada e incluso humillada por la violencia masculina, que a los cuarenta y cinco años se rebela, huye y, poco a poco, construye su libertad. La metamorfosis de una mujer destruida por la sociedad patriarcal, la familia e incluso su hijo, antes de celebrar su reencuentro y devolver este, públicamente, la dignidad a su madre.
En 2014, Édouard Louis (Hallencourt, 29 años) emergió como un
fenómeno editorial al irrumpir en la escena literaria francesa con una fuerza
arrolladora. Su impactante y controvertido relato autobiográfico, Para
acabar con Eddy Bellegueule (Salamandra). Con solo 22 años, Louis expuso de
manera intensa y apasionada el ambiente de homofobia, machismo, pobreza y
maltrato que marcó su infancia en un pueblo del norte de Francia. Escapó de
este infierno familiar gracias a una beca que le permitió refugiarse en París,
y dejó atrás su pasado al adoptar el apellido Louis. Siguiendo esta estela, su
cuarta novela 'Lucha y metamorfosis de una mujer', ha sido llevada a escena
en la Sala Margarita Xirgu del Teatro Español de Madrid bajo la dirección de
Fernando Bernués, con traducción de José Antonio Soriano y adaptación de
Harkaitz Cano.
En el centro de la sala, sobre una tarima de aproximadamente 10 x
2 metros, se encuentran un pequeño sillón, una silla en el extremo opuesto, y
una botella de whisky. Los espectadores están ubicados a ambos lados de la
tarima, creando una proximidad íntima, y dos grandes pantallas detrás de ellos
proyectan primeros planos de la madre, interpretada por la extraordinaria Eva
Trancón, quien infunde su papel con una fuerza y sensibilidad inigualables.
Aunque dice pocas palabras, una cámara en vivo captura sus emociones más
profundas (dolor, amargura, aceptación, sumisión, abusos de sus maridos y sus
hijos) como reacción a las palabras de su hijo, Édouard Louis, quien desentraña
sus recuerdos a partir del hallazgo fortuito de una foto de su madre, un
autorretrato tomado en una época sin teléfonos móviles.
La delicada y melancólica melodía de "Clair de lune" de
Claude Debussy, establece el tono para la confesión cruda y sincera de
Édouard Louis (brillantemente interpretado por Eneko Sagardoy): “Todo empezó
con una foto… Se la hizo ella misma el día que cumplió 20 años. Supongo que
sostuvo la cámara al revés para enfocar su propio rostro… En la imagen sonríe
ligeramente, con la cabeza inclinada hacia un lado, con sus ojos verdes y su
pelo recién peinado caído sobre la frente...”. Este es el inicio de la
rememoración de Édouard frente a su madre, con quien mantiene un diálogo
silencioso, donde la madre reacciona más con gestos, lágrimas, sonrisas tristes
y muecas sardónicas, y solo ocasionalmente con palabras.
La interpretación de Eneko Sagardoy como Édouard Louis es
magistral. Sagardoy no solo encarna al autor con una sensibilidad y
autenticidad notables, sino que también establece una conexión palpable con el
público, invitándonos a ser testigos privilegiados de este íntimo relato y reflexionar
sobre las relaciones familiares y el impacto del pasado en la identidad
personal. Su actuación es poderosa y conmovedora, guiándonos a través de los
recuerdos y las confesiones personales. Ya se le vio en el papel de Louise en “Tan
sólo el fin del mundo” donde es inevitable comparar a los dos escritores
franceses, homosexuales, con orígenes parecidos y enfrentados a esas familias
disfuncionales, pobres y machistas.
Por otro lado, Eva Trancón en el papel de la madre aporta una presencia constante y magnética. Aunque su intervención verbal es mínima, su impacto es mayúsculo. La proyección de un primer plano de su rostro, transitando por los recovecos emocionales del texto, refuerza su silenciosa pero poderosa presencia. Trancón logra transmitir el dolor, la resignación y finalmente, la fuerza y determinación de una mujer que lucha por reconstruir su libertad y dignidad. La escena del restaurante te da una idea de su metamorfosis.
Los sueños, la felicidad y la libertad triunfan sobre la
adversidad, la tristeza y un destino aparentemente marcado por pertenecer a las
clases más oprimidas, una situación que se agrava significativamente para las
mujeres. Pero para ello tienen que pasar años y la salvación viene por mudarse
con otro hombre a Paris, esta vez “mejor” elegido.
El montaje está lleno de contradicciones en la perspectiva de
Édouard, de culpa, machismo, crueldad, pobreza y la vergüenza de un hijo gay que
cambia de posición social y mira con desprecio a su propia madre. Una obra que
refleja la cruda realidad de muchas personas que reniegan de sus orígenes.
Fernando Bernués demuestra su maestría en la dirección de actores
y su habilidad en el lenguaje audiovisual, ofreciendo al espectador la
oportunidad de ser testigo directo de esta confesión del hijo a la madre, que
finalmente encuentra una vía reparadora.
El equipo artístico incluye a David Bernués en la iluminación,
Fernando Bernués en el diseño del espacio escénico y Ana Turrillas en el diseño
de vestuario.
El diseño del espacio escénico, ideado por el propio Bernués, es
ingenioso y efectivo. La tarima elevada de 2m x 10m, ubicada en un espacio
íntimo con los espectadores a dos bandas, crea una atmósfera de proximidad y
conexión emocional. Esta disposición no solo permite una mayor inmersión del
público en la narrativa, sino que también subraya la cercanía y la
confrontación directa entre los personajes y sus historias.
En resumen, "La Metamorfosis de una Mujer" es una obra que no solo destaca por sus excelentes actuaciones, sino también por su capacidad de tocar fibras conocidas y provocar una reflexión sobre la liberación personal. Es un homenaje conmovedor y necesario a todas las mujeres que, como la madre de Édouard Louis, han encontrado la fuerza para rebelarse y reclamar su libertad.
De Édouard Louis
Dirección Fernando Bernués
Traducción José Antonio Soriano
Adaptación Harkaitz Cano
Con Eneko Sagardoy, Eva Trancón
Diseño de espacio escénico Fernando Bernués
Diseño de vestuario Ana Turrillas
Diseño de iluminación David Bernués
Técnica Acrónica Producciones
Música Claire de lune (C Debussy)
Piano Maria José de Bustos
Fotografía Mikel Martínez
Producción Paola Eguibar
Producción ejecutiva Ane Antoñanzas
Administración Maite Gorrotxategi
Una producción de Tanttaka Teatroa
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