Taconeando,
por la puerta de atrás, aparece el maestro, ante el morado ruedo del Abadía.
“Yo soy Juan Martínez. Hace muchos años,…” así comienza, así da inicio este
periplo de este bailarín flamenco que vivió una aventura tras otra en las
Rusias revolucionarias de principios de siglo pasado. Y en 70 minutos, otro
maestro, Miguel Rellán, nos cuenta
su historia, de manera directa, sin ayuda, sin cuarta pared.Manuel Chávez Nogales escribió una
biografía novelada en la que contaba la historia deeste bailaor, burgalés.
“Yo soy de Burgos, pero entre los musulmanes me siento como en casa”.
Este
buen hombre llegó a San Petersburgo en 1917, con la abdicación de los zares, y
estuvo cinco años penando por aquellas tierras soviéticas, buscándose la vida
como podía, de la mano de su inseparable Sole. Fue croupier, traficante de
joyas, artista de circo, chekista ambibandil, y de cuando en cuando bailando,
que era lo suyo. París y Monmartre quedaron atrás, la vida bohemia también,
Constantinopla, espiando sin espiar, bailando, que era lo suyo, y huyendo, que
también empezó a ser lo suyo. En Rusia fueron testigos de las brutalidades
comunistas de blancos y rojos. “la guerra, la guerra. Viva la guerra".
Guerras
y guerras, como todas, brutales, tontas, sin sentido. De Odessa a España, y de ahí a París, donde se perdió el rastro de este
artista buscavidas, como muchos otros. Esta es la historia de Juan
Martínez, el bailaor flamenco que sobrevivió a la Revolución Rusa. Muy
cinéfila, ¿no creen? Volvamos al Abadía, volvamos al ruedo. Volvamos a Miguel
Rellán, que sin ningún tipo de soporte, tan solo la iluminación de Juan Gómez Cornejo, nos relata la vida y obras
del susodicho burgalés. Con la adaptación del texto de Chaves, a la par que dirigiendo el montaje, Xavier Albertí
refleja el coraje, el humor y el arte de este personaje tan desconocido para el
gran público, que gracias a Chaves no se perdió en el anonimato de esas
figuras que pulularon y pululan por esta nuestra historia. Miguel Rellán solo
en las tablas, solo con el público, con nosotros. Con su traje de bailaor y su
taconeo.
Quizá
música en directo, quizá algún elemento más de escenografía podría haberle
ayudado a mostrarnos más, a transmitir las distintas facetas del bailaor, del
personaje, del anti héroe, del apoyo de su
mujer, Sole, que iba donde quería ir Juan, de sus espionajes, de sus peripecias
circenses, de sus miserias y sus éxitos. Destacar, como no, esos silencios
inquietantes que lograban captar nuestra atención. El oficio, la profesión, las
tablas, las tablas del maestro….El baile
como eje del recorrido, el cante, el texto, las guerras, el sinsentido
porque “Con hambre o con frío, con revolución o rin revolución, los artistas
tenían que comer”. Cualquier arte necesita de ese sacrificio, de ese vaivén, de
esa necesidad para expresar lo que el artista lleva dentro, en cualquier lugar
y en cualquier época.
El Abadía nos transmite
siempre esa búsqueda, esa necesidad de crear y representar por encima de todo. Juan Martínez es buen ejemplo de ello, su recuerdo y su memoria
también. ¿Qué habría pasado en el mundo
en aquellos seis años? ¿Alguien se acordaría de mí?
---------------------------------------------------------------
Teatro: Teatro Abadía. Sala San Juan de la Cruz.
Dirección: Calle Fernández de los Ríos 42.
Fechas: 28 de noviembre de 2024 hasta: 22 de diciembre de 2024
Duración: 70 minutos.
Entradas: Desde 18€ en TeatroAbadia.
Ficha artística
Texto: Manuel Chaves Nogales
Adaptación y dirección: Xavier Albertí
Reparto: Miguel Rellán
Audioescena: Orestes Gas
Iluminación: Juan Gómez Cornejo
Diseño audiovisual: David González
Vestuario: Elda Noriega
Diseño gráfico y fotografías: Javier Naval
Dirección de producción: Nadia Corral
Producción: Octubre Producciones
Distribución: ConTablas Distribución
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.