El CDN nos trae
esta obra de la aclamada compañía T de Teatre, escrita y dirigida por Mariano
Tenconi Blanco. “Una comedia delirante y excesiva, drama personal y profundo,
la obra va de lo íntimo a lo político. Gira en torno a cuatro maestras a
finales de los años 70. Llevan una vida intensa y melancólica, signada por el
cuidado de sus padres y de sus hijos, por los desengaños amorosos y por los
desafíos que les provocan sus alumnas. En una cotidianidad aplastante, lo
extraordinario irrumpe: una mujer fantasma. La aparición del fantasma es la
puerta de entrada a otro mundo: el del pasado, el de la memoria. La ficción
para contar lo imposible. El teatro como sesión de espiritismo. El teatro como
artefacto de memoria. De fantasmas, de espectros, de muertos que hablan; de
todo eso está hecha la historia, y de todo eso está hecho el teatro. ¿Qué es un
fantasma? Solo el teatro puede darnos la respuesta”.
Y con esta
interesante propuesta nos sentamos en la butaca y lo que vemos son unas
escaleras de colegio y cuatro maestras, a cada cual con una historia más
delirante que la anterior y más melancólica. Pero la magia de esta obra viene
dada porque ese drama se convierte en comedia y no hay nada más difícil que
hacer comedia.
Las cuatro maestras bajan por esas escaleras, dialogan entre ellas, comparten el espacio educativo en ese colegio de niñas y van plasmando las narrativas y las historias de las cuatro. El formato es muy interesante porque se miran entre ellas con cierto cuidado y sororidad aunque en algún momento se tiren pullas crueles, como en las mejores familias.
Situada en el
contexto de la postdictadura, se abordan las vidas de estas cuatro mujeres
donde sus vidas se entrelazan con temas de represión y libertad, evocando la
historia de la transición en España y Argentina de una manera que es tanto
conmovedora como reveladora. Aunque hablan de vivencias que son comunes en
espacio y tiempo a la actualidad.
La obra destaca
por su capacidad para mezclar la comedia con el drama, presentando situaciones
hilarantes junto con momentos de profunda reflexión. Los diálogos están llenos
de ingenio y sarcasmo, lo que añade una capa de entretenimiento mientras se
exploran temas serios y complejos. La trama se desarrolla con un ritmo ágil, manteniendo
al público comprometido y expectante.
Carme Pla en el
papel de Amparo, una maestra de escuela cuya vida ha estado marcada por
desengaños amorosos y problemas familiares. Pla aporta a su personaje una
combinación de vulnerabilidad y fuerza, mostrando una mujer que ha enfrentado
múltiples desafíos pero sigue adelante con determinación. Su capacidad para
transmitir emociones complejas a través de pequeños gestos y cambios de tono es
impresionante, haciendo que Amparo sea un personaje profundamente humano y
relatable. Carme Pla logra crear una conexión emocional con el público, haciendo que
sus triunfos y fracasos se sientan personales. La historia con la alumna Ana
Font es delirante y que es una alumna que las une a las cuatro.
Mamen Duch da vida a Elvira, otra de las maestras, quien se enfrenta a la enfermedad y el envejecimiento de su madre mientras conoce al doctor que atiene a su madre. Duch destaca por su energía en el escenario y su habilidad para infundir humor en situaciones serias. Duch maneja esta dualidad con gran destreza. Su interpretación es tanto divertida como conmovedora, logrando equilibrar la comedia y el drama de manera efectiva. Duch aporta una vivacidad contagiosa al personaje, haciendo que Elvira sea tanto una fuente de risa como de reflexión. Maravillosa.
Marta Pérez
interpreta a Carmen, una mujer marcada por la represión y la pérdida de
oportunidades. Pérez se destaca en los momentos más dramáticos de la obra,
mostrando una gran sensibilidad y profundidad emocional. Carmen es un personaje
complejo, que lucha con su pasado y sus deseos no cumplidos, y Pérez captura
esta lucha interna con una actuación conmovedora y auténtica. Su capacidad para
transmitir dolor, esperanza y deseo simultáneamente hace que Carmen sea un
personaje fascinante y trágico a la vez. Marta Pérez maneja los monólogos con una
intensidad que deja una impresión duradera en el público. Delirante el momento
de las cartas.
Àgata Roca
interpreta a Rosario, una maestra con un espíritu libre y una visión más
optimista de la vida. Roca aporta a su personaje una presencia magnética y una
naturalidad que ilumina el escenario. Rosario es el contrapunto a las demás
maestras, ofreciendo una perspectiva más esperanzadora y alegre. La
interpretación de Roca equilibra la comedia y el drama, destacando su habilidad
para conectar con el público a través de su carisma y empatía. Su actuación es
un recordatorio de la resiliencia humana y la importancia de mantener la
esperanza, incluso en tiempos difíciles. Es la que descubre a nuestras actrices
fantasma y la que arrastra a las demás a soñar.
La interacción entre las cuatro actrices es uno de los puntos fuertes de "La mujer fantasma". La química en el escenario es palpable, creando una sensación de autenticidad y cohesión en cada escena. Los diálogos fluyen de manera natural, y las actrices se complementan perfectamente, logrando que las transiciones entre comedia y drama sean suaves y efectivas. La inclusión de dos músicos en vivo añade una dimensión adicional, proporcionando una banda sonora que enriquece la experiencia teatral y resalta la versatilidad de las actrices.
La escenografía de Alejandro Andújar es una obra de arte en sí misma. El diseño minimalista permite que los personajes y la narrativa sean el foco central, creando un ambiente que es a la vez íntimo y expansivo. Los elementos escenográficos se utilizan de manera ingeniosa para representar distintos lugares y estados emocionales, con cambios sutiles en la iluminación y el decorado que transforman el escenario de manera efectiva. Esas escaleras de pasillo de colegio son maravilla, y retrotraen a la sensación del espacio de encuentro que suponían las escaleras del colegio. El vestuario, también de Alejandro Andújar, nos transporta a esa niñez con esas maestras sobrias y correctas en todo momento.
La dirección de Mariano Tenconi Blanco es notable. Su habilidad para fusionar la comedia y el drama crea una atmósfera única que resuena profundamente con el público. Tenconi Blanco maneja con destreza los elementos sobrenaturales de la obra, integrándolos de manera que resultan creíbles y fascinantes. La interacción entre los personajes y el espectro se maneja con delicadeza y humor, lo que añade una dimensión adicional a la experiencia teatral. Rompiendo la cuarta pared y haciendo metateatro con esa obra de Macbeth.
La Compañía T de
Teatre ha sido un pilar en el teatro español desde su fundación en 1991.
Conformada por Carme Pla, Mamen Duch, Marta Pérez y Àgata Roca, la compañía ha
demostrado una impresionante capacidad para reinventarse y evolucionar a lo
largo de los años. Su trayectoria incluye una variedad de producciones que van
desde comedias ligeras hasta dramas profundos, siempre con un enfoque en la
calidad y la innovación.
Después de una
década sin actuar juntas, "La mujer fantasma" marca un retorno a sus
raíces creativas, recordando a sus primeros trabajos como "Petits Contes
Misògins". La evolución de la compañía se manifiesta en su madurez y
sofisticación, mostrando cómo han crecido tanto individualmente como en
conjunto. La obra refleja su habilidad para abordar temas complejos con humor y
humanidad, manteniendo su estilo característico que ha sido amado por el
público durante más de tres décadas.
Es una obra muy recomendable para reencontrarse con esta compañía, para escuchar la narrativa de cuatro mujeres apasionantes, y para pasar un rato delicioso.
RESEÑA ESCRITA POR GEMA COLADO
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EQUIPO
Texto y dirección
Mariano Tenconi Blanco
Reparto
Mamen Duch, Marta Pérez, Carme Pla y Àgata Roca
Músicos
Joan Palet y Rafel Plana
Voz en off
Elisabet Casanovas
Escenografía y vestuario
Alejandro Andújar
Iluminación
Jaume Ventura
Música original y dirección musical
Ian Shifres
Sonido
Damien Bazin
Video
Francesc Isern
Caracterización
Eva Fernández
Dramaturgista
Carolina Castro
Movimiento y coreografías
Vero Cendoya
Ayudante de dirección
Anna Llopart
Dirección técnica
Jordi Thomàs
Fotografía
David Ruano
Producción ejecutiva
Daniel López-Orós
Producción
Centro Dramático Nacional, T de Teatre, Teatre Romea y el Complejo Teatral de Buenos Aires, con el apoyo del ICEC de la Generalitat de Catalunya, la participación de Crea SGR y la colaboración de Compañía Teatro Futuro y Teatre La Sala de Rubí del Ajuntament de Rubí