Llega a la sala de la Princesa del Teatro María Guerrero este rugido voraz contra la intolerancia, contra el machismo, contra una sociedad hipócrita que no quiere dinamitar sus cimientos para crecer desde la igualdad. Desde las entrañas del teatro se escucharán las risas en torno a un puñado de historias inspiradas en hechos reales, pero también notaros la incomodidad ante la sensación de ser situaciones vividas, conocidas, cercanas. Un inteligente montaje que nos ayudará a una profunda reflexión sobre lo que somos y lo que queremos llegar a ser como sociedad.
Tengo que reconocer que llegábamos a la sala de la Princesa del María Guerrero con gran expectativa. Ya el título impone, empuja nuestra curiosidad, para saber que habrá detrás de ese rugido. La experiencia es todo un viaje, una serie de historias que profundizan en la resistencia y el empoderamiento femenino. Y además es un montaje ingenioso, divertido, mordaz, valiente, que nos agarra y no nos suelta durante las dos horas que dura la pieza. Un collage de situaciones diversas que nos dejarán muchas cosas sobre las que debatir al salir del teatro.
Esta producción del Centro Dramático Nacional se compone de trece historias independientes que se inspiran en experiencias de mujeres reales que han vivido el conocido (yo no sabía de su existencia) comofenómeno purple washing (cuando el sistema se adueña de sus narrativas para su propio beneficio), y que son distorsionadas a través de la ironía y el humor. Un montaje que nos plantea escenas independientes que nos muestransituaciones de apropiación de narrativas femeninas dentro de la cotidianidad, en ámbitos como el íntimo, institucional o público, y no tan fácilmente reconocidas.
El texto de Sara García Pereda ("Aire siempre de viaje", "Crossing Care", "Esto no es la tragedia de Mariam") son doce escenas autoconclusivas, una por cada mes del año y un epílogo. El epílogo representa un relato que quedó finalista en el concurso de relatos de la primera escena, “pero su autora nunca lo supo, porque por una desavenencia entre el tribunal fue sustituida por un autor”. Es un homenaje al talento de mujeres que han sido invisibilizadas y privadas del espacio que merecen ocupar. Los temas y sentimientos que atraviesa “GRRRL” son el derecho a la ira de las mujeres, el mito de la libre elección o el purple washing. La autora nos habla este término como una estrategia de marketing que simula un supuesto compromiso con la igualdad de género. Un compromiso falso que usan políticos, instituciones o grandes marcas en su propio beneficio.
Pereda nos presenta la obra como una comedia, por momentos más oscura y por momentos más luminosa, pero ante todo comedia. En ensayos se ha usado mucho la expresión ‘sonrisa funny games’. Una sonrisa torcida, una sonrisa performada. Contamos con un elenco que araña cada oportunidad para empujar la comedia. Sabes que funciona cuando trabajando la misma escena una y otra vez resulta inevitable no reír. Para ella "el título de este montaje no pretende ser palabra. Pretende ser rugido. Nació a raíz de una historia que me contó una muy buena amiga mía, sobre un conflicto que tenía con su pareja, que no era capaz de alegrarse por sus éxitos o las cosas buenas que le sucedían. A raíz de ahí, surge la figura del aliado, este hombre que se apropia de nuestro discurso feminista para llevárselo a lo que le beneficia".
La dirección corre a cargo de la propia Sara García Pereda y de Xus de la Cruz. Para ellas este es un espectáculo muy importante, necesario, con un elenco intergeneracional también, para hablar de un tema que nos alude a unas y a otras. Es un problema que pasa de madres a hijas y no terminamos de resolver. No tenemos respuestas. Ojalá después de ver la función, nos quedemos en las cañas, debatiendo qué es lo que hemos visto y que se generen diferentes posturas y puntos de vista. Que la pieza sea un detonante para ellos. Sin duda, estamos ante un espectáculo necesario para que todos y todas reflexionemos sobre los lastres machistas que llevamos arrastrando generación tras generación, y que pese a los avances obtenidos nos demos cuenta de lo mucho que nos falta por avanzar, del trabajo de reconstrucción que debemos hacer con nosotros mismos. Pensamos que servirá de detonante para el debate post-función y para descubrir puntos de vista al respecto, todo por supuesto acompañados de la comedia que vertebra el tono de la función, cuentan las directoras.
El montaje se vertebra en torno a 13 relatos en los que se nos presentan diversas realidades de mujeres y niñas, sometidas a situaciones de injusticia, desigualdad, machismo, ante las que deciden plantarse y decir de una vez ¡basta!, tirando de una vez abajo todos los muros que se han levantado frente a ellas por el simple hecho de ser mujeres. Unos historias que tienen como nexo de unión este hartazgo, este rebelarse ante las normas y los estereotipos que las han marcado durante toda la historia. Un compendio de situaciones que reflejan la crudeza de una realidad machista y la lucha por revertirlo con diversos tipos de acciones que nos llevan una interesante reflexión. Un rugido contra una sociedad retrógrada y machista, elitista y reaccionaria, un grito contra las desigualdades del mundo.
Todas estas historias de reivindicación y lucha están interpretadas por un fabuloso elenco intergeneracional, formado por seis actrices y dos actores, que se meten la piel de infinidad de personajes de lo más variopinto. Para las directoras era fundamental que el elenco fuera numeroso. Las historias las protagonizan mujeres de un amplio espectro de edades y era importante que sus cuerpos tomaran la escena. Desde una adolescente hasta una mujer de sesenta. Y también contamos con una Batera, interpretada por Carmen Díaz, que representa una suerte de justicia poética que mueve los hilos del tiempo y lleva ‘el ritmo de la función’. Ellas son Carmen Díaz, Esperanza Elipe, Paula Mira, Silvana Navas, Alba Recondo y Eva Santolaria, a las que acompañan en escena David Castillo y Raúl Fernández de Pablo, en los papeles masculinos. Un elenco que funciona a la perfección, con sketchs de gran crudeza que se intercalan con otros más cómicos, consiguiendo que el espectador permanezca atento en todo momento al devenir de cada una de las historias.
No podemos dejar de hablar, llegado este punto, de la interesante e hipnótica escenografía diseñada por Alessio Meloni, que sabe trasladar la esencia de cada una de las historias con un poderoso juego de planos inclinados y cubículos que encierran la escena. Muy interesante el trabajo coreográfico que ha hecho Xus de la Cruz para las transiciones entre escenas (elemento esencial del montaje). También hay que destacar el diseño de iluminación de Rubén Martín creando un ambiente por momentos misterioso y en otros muy festivo, el poderoso espacio sonoro de Carlos Bonito, el divertidísimo vestuario de PIERPAOLOALVARO (Pier Paolo y Roger Portal) y los vídeos de Joan Rodón y Emilio Valenzuela.
En definitiva, estamos ante un conjunto de historias inspiradas en hechos reales, que deberían hacernos recapacitar e intentar ser conscientes de lo mucho que nos falta por avanzar. Relatos tratados con humor, con ironía, con mucha mala leche, pero sobre todo con mucha honestidad. La que se necesita para hablar de este grito colectivo en busca de la igualdad. Una obra necesaria, valiente, inteligente, que aborda distintas realidades de esta poliédrica sociedad, para que poco a poco se puedan ir limando esas desigualdades. Un rugido valiente y rabioso.