Historia de una escalera. Teatro Español.

Tras el "no hay billetes" de "Luces de bohemia", llega a la sala principal del Teatro Español la versión de "Historia de una escalera" de Buero Vallejo dirigida por Helena Pimenta. Un montaje excelente para celebrar la vuelta de este clásico al Español. Elenco de lujo encabezado por Gloria Muñoz o Puchi Lagarde, a la que acompañan en escena Marta Poveda, Gabriela Flores, Agus Ruiz, David Luque o Mariano Llorente entre otros.



    75 años después regresa Historia de una escalera a modo de conmemoración, al mismo Teatro Español donde se estrenó, como si el tiempo no hubiera pasado. Ubicada en la traumática España de la primera mitad del siglo XX donde la vida se filtraba en silencios construidos con alambradas de miseria, de rencor y sueños rotos, la obra de Buero Vallejo nos muestra una época donde todos están a punto de estallar, de fugarse, de comerse el mundo... pero casi nadie se va de su sitio salvo con los pies por delante. Y allí se desencadenan odios íntimos que duermen pared con pared, amores marchitos supurando todavía, deudas pendientes desangrándose como las goteras bajo los tejados, como el recibo de la luz, como el viento que se asoma en los portazos o el silencio de las celdas cerradas. 



En la escalera conviven o malviven los vecinos, igual que en un pueblo comprimido, donde todo se sabe, pero no se dice, o se dice mal y tarde, y nadie puede zafarse de su biografía ni la del vecino. Verdades y mentiras mezcladas en un espacio interior sin cielo, carcelario, como aquella España, aunque el aire y la luz se adivinen a lo lejos y eviten la claudicación, porque nadie se rinde a pesar de todo... Y son casi las vidas que no se cuentan, las que se han ido, los destellos de momentos felices, de ilusiones por llegar los que más resuenan en la memoria. Los tipos humanos parecen trajes entre los que sólo hay que buscar alguno de nuestra talla: ¿Quién no conoce un “bala perdida”, una solterona, una pilingui, un jeta o “aprovechao”, un soñador, un “desgraciao”, una pobre mujer o un hombre que se han dejado la vida trabajando...? ¿Quién no tiene algo que callarse? ¿Quién no sospecha de alguien? ¿Quién no ha murmurado alguna vez aunque sea para sus adentros?



    En el bucle de un tiempo lineal, pero a la vez circular, se trenza el transcurrir de los años con sus décadas de varias familias de clase media pobre de cuyo roce nace una fábrica de recuerdos, restos de la vida que se va quedando en el camino. Son los escalones capítulos sin fin, metáfora de la repetición de la existencia, de lo mucho y nada que cambia todo.  La escalera permanece inmóvil, impasible, la única que parece no alterarse, convertida en un personaje más, confidente, grillete y estandarte.



    Lo tiene todo esta historia de la rutina, que podría no acabar nunca. Yo vivo en un portal viejo sin ascensor y me ha removido por dentro, pero cualquiera puede verse reflejado. Todos somos vecinos.

    Aunque sea una epidemia el público del Español acabó dándose cuenta de que no habían venido sólo a reírse. No. Es el humor de esta escalera un humor amargo. Y entonces empezamos a escuchar.

     Buero Vallejo, un condenado a muerte por el régimen, sobrevivió, pasó por la cárcel, supo librarse de la censura y levantar esta obra maestra en plena autarquía franquista y, además, recibiendo premios. Hoy su texto es un clásico imprescindible.

    Mal tendría que darse para que no mereciera la pena revisitar “Historia de una escalera”, aunque significaba también un reto. Y lo han hecho muy bien. La versión de Helena Pimienta es notable. Ya tiene tablas. Lejos de los excesos de una originalidad patológica, el montaje es austero, fiel al texto (mucho mejor), vertical, luces y penumbras con sabor a su tiempo (José Manuel Guerra) igual que el vestuario de Gabriela Salaverri. Gris el color mayoritario. Y esos escalones que se hunden en el suelo mirando al cielo. No hace falta más. 1919…1929…el humo de una guerra que nos heló el corazón y 1949, el año de su estreno. Ningún actor desentona y me dio la sensación de que iban a más con el rodar de la trama. Pronto nos han metido dentro de ese rellano, como si llegáramos para quedarnos. Nadie echa un borrón, ni el niño, ni los jóvenes, aunque unos resulten más creíbles que otros. Es una obra coral y cumple. De sobra. Pero déjenme que yo prefiera a todas las hembras en todas sus edades de esta escalera que parece que estuviera hecha para ellas en ese mundo machista como si fuera el gineceo de la posguerra o el mentidero de las barandas de las corralas. Están fantásticas. Ellos también, claro. Dan el pego y despiertan del mismo modo nuestra compasión.



     Y de todas quería referirme especialmente a Marta Poveda en el papel de Carmina. Sé que no soy original en esto. No rompe con su brillo el equilibrio y la coralidad del grupo. Lo mejora. No chupa cámara. Pero cada gesto, cada mirada, cada pose de esta mujer son una lección de arte dramático, de verdad, de vida y de lirismo. En los aplausos aún se la notaba conmovida porque nos lleva con su personaje tan lejos que también a nosotros, el público, nos cuesta regresar y nos deja un poco traspuestos. Bravo. Bravo y nada más. Bravo a todas, a todos. A Buero Vallejo y su obra, testimonio imperecedero del alma humana. Y a la vida que se resiste a desaparecer sea cual sea el carcelero, el verdugo o su tiempo.



      Al final sólo quedan los escalones por donde subir y bajar, por donde otros vendrán o se irán y reina la memoria dormida y el susurro. Pero esta tarde es ese susurro el que ha teñido de arte el Español.


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Teatro: Teatro Español. Sala principal
Dirección: Plaza de Santa Ana. Calle Príncipe 25.
Fechas: Del 24 de Enero al 30 de Marzo. De Martes a Domingos a las 19:00.
Duración: 90 minutos aproximadamente.
Función teatro accesible: 21 de Marzo.
Entradas: Desde 6€ en Teatro EspañolPrograma de mano.


Ficha artística

Autor: Antonio Buero Vallejo

Dirección: Helena Pimenta

 

Reparto:

Cobrador de la luz / Señor bien vestido: David Bueno

Generosa: Juana Cordero

Paca: Gloria Muñoz / Puchi Lagarde

Elvira: Gabriela Flores

Doña Asunción: Luisa Martínez Pazos

Don Manuel: Mariano Llorente

Trini: Concha Delgado

Carmina: Marta Poveda

Fernando: David Luque

Urbano: Agus Ruiz

Rosa: Carmen del Valle

Pepe: José Luis Alcobendas

Señor Juan: Javier Lago

Joven bien vestido: Alejandro Sigüenza

Manolín: Darío Ibarra / Eneko Haren / Nicolás Camacho

Carmina, hija: Andrea M. Santos

Fernando, hijo: Juan Carlos Mesonero

 

Escenografía: José Tomé y Marcos Carazo

Vestuario: Gabriela Salaverri

Iluminación: José Manuel Guerra

Movimiento: Nuria Castejón

Caracterización: Moisés Echevarría

Ayudante de dirección: Abel Ferris

Ayudante de vestuario: Sabina Atlanta

Residente de ayudantía de dirección: Majo Moreno

Asistente artístico: Víctor Barahona

Una producción del Teatro Español

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