Los cuernos de Don Friolera en Teatros del Canal

 

Virtuosas ellas, honorables ellos. Personajes presos de miradas, alcahuetes, supercherías,  moral obtusa escrita por unos pocos, impuesta a tantos. Convenciones sociales que obligan a que además de ser haya que parecer. Una panóptica España que Valle Inclán supo dibujar como nadie.

Me preguntaba, me pregunto a  veces  ¿Cuál sería el punto exacto para Valle Inclán cuando urdia el  esperpento?   Para los demás, para nosotros, supongo que es algo así como la utopía, aquello de caminar pero no alcanzarlo nunca, o en este caso no saber si lo has alcanzado o ya te has pasado.

No nos queda por más que disfrutar de las diferentes versiones, los diferentes entendimientos y como en este caso del increíble trabajo de Ainhoa Amestoy y su equipo en una versión que hizo las delicias de todo un público puesto en pie para aplaudir su meritorio trabajo.

Ainhoa Amestoy toma las riendas en la adaptación y dirección de esta pieza, en la que arriesga hasta la máxima expresión teatral. Una versión con tanto peso, tantas aristas que pareciera un homenaje al autor. La investigación y el juego en el más amplio sentido de la palabra para afrontar el reto y mostrarnos las tres visiones de una misma circunstancia.

La trama como excusa para hablarnos de una época, hacer un repaso por la historia de España y la losa impuesta a propios y ajenos. En la  trilogía Martes de Carnaval figura la obra Los cuernos de don Friolera, en la que su protagonista, un militar, recibe un texto anónimo con información infundada sobre su mujer, escrito que viene a decir  que esta le ha sido desleal con otro hombre. El teniente Friolera, un militar que en esencia un día se supo paisano, no sabe gestionar el bulo y entra en una espiral de honra desfasada que ni siquiera parece ir con su propio sentimiento.

Friolera que quizá prefiriera hacer como que nada ocurrió, mirar para otro lado, se ve obligado a vengar su deshonra. Un hombre que nunca hubiera hecho nada en contra de su familia se ve abocado a ejecutar el peor de todos los males. El código de honor militar, en ningún modo permitiría perdonar a una mujer adultera, como si la infidelidad a un militar se entendiera como deshonor para el cuerpo.

Nos cuentan lo que le ocurre a Don Friolera, pero  esta pieza también conversa con una España caduca utilizando como medio a Don Estrafalario, un tandem de dos clérigos que reflexionan sobre arte, literatura, personajes que son la voz y el pensamiento del propio Valle.

En escena personajes , actores que  se desdoblan y son varios, mientras existe poesía y pensamiento , humor tan acido que no deja impávido. Sátira, drama, Calderón y Shakespeare amedrentados por un Valle burlesco y anticlerical que trasgrede la norma, solo es el comienzo. 

Un elenco de primer nivel da vida a esta realidad siempre deformada,  Roberto Enríquez es Don Friolera y Don Estrafalario, inmaculado, solvente, paisano, padre y marido en lo mas intimo de su ser, militar en el resto. Ácido, perspicaz, tintes de intelectual  y sardónico siendo Estrafalario. De carácter arrollador y oficio desmedido en un trabajo a la altura de una pieza de tal envergadura.

Mientras tanto, en escena humor,  música y baile en una medida y justa proporción, mujeres que miran desde sus buhardillas, la niña que juega presente constante en un mundo de crudeza adulta. La barberia y la tasca, los maleantes y las dobles intenciones.

Lidia Otón es Doña Loreta , mujer de Don Friolera, es luz, movimiento,  un chorro de aire en este encorsetamiento de pueblo, de ciudad pequeña en la que nos hemos sumergido ya.  Porque ella con mucha gracia, y mucho descaro viene a explicar que de adulterio nada, pero nunca sobra un requiebro, una fineza para darle un poquito de chispa y color al día. Arrolladora, no se achanta ante nada ni nadie, aunque las piedras pesan, en ningún modo agachará la cabeza ante nadie. Desparpajo necesario para llenar de humor la crudeza, y el conflicto complejo entre dramaturgos. La presencia escénica de la actriz y su buen hacer facilita todos estos elementos que llenan la escena en cada aparición.

Títeres, romance de ciegos ,la propia trama, todo está sucediendo, incluso un perro ha salido de las acotaciones para acompañar a Friolera.

Ester Bellver se mueve divertida, disfrutona en escena, con una comicidad apabullante. Ella será Doña Tadea, Doña Calixta y La Coronela  en un ejercicio extraordinario siendo varias.

Nacho Fresneda en el papel de Pachequín y Don Manolito, de otro modo el barbero rumboso, en una inmensa creación de personaje que resulta única, un verdadero regalo. La voz, el gesto, un personaje que retrata a la perfección el lenguaje de las tabernas de los textos de Valle, el lenguaje de la calle y el ser de la gente corriente, que entiende mas de la vida y de las personas, que de religiones.

Personajes nacidos y construidos de la verdad  que nos invitan a caminar con ellos hasta lo mas profundo. Un equipo que ha sabido y querido compartirnos hasta el último aporte de su labor de  creación y que a su vez nos deja espacio para pensar y repensar comportamientos vigentes en la actualidad.

Una verdadera joya donde se siguen dando cita mientras comentamos, personajes de todo pelaje y un narrador que nos lo va contando. 

Completan el elenco actores que se desdoblan y para los cuales tendríamos palabras de mención especial que se resumirían en el agradecimiento a un trabajo de creación excepcional. Teniente Campero, Bululú, El niño del melonar, El Coronel, Narrador y otros interpretado por Pablo Rivero Madriñán ,  José Bustos  en la piel de Curro Cadenas, Teniente Cardona, Merlín, Narrador y otros),  Miguel Cubero  interpreta a Nelo el Peneque, Teniente Rovirosa, Ciego romancista, Narrador y La Moña y Manolita interpretado por Iballa Rodríguez

El vestuario corre a cargo  de Rosa García Andujar que acompaña a la belleza plástica de este montaje, volantes que dan movilidad y acción, parte del descaro y la sensualidad de Doña Loreta, y en general imprime la decadencia de la ruinosa España con la que Valle conversaba. El trabajo de iluminación por parte de Ion Aníbal López (AAI) acompaña lugares, violencias, miedos, mece a Loreta en su desdicha pero también da fuerza en el cabaret y el tango, tabernas, buhardillas y un sinfín de lugares por los que el autor transita a lo largo de su obra.

Tomás Muñoz encargado del diseño de estenografía  presenta el panóptico tangible, una pareciera simple estructura que es losa, de la que cuelgan, personas, emociones, lugares, sombras, del que a simple vista no es fácil escapar. 

Todo un homenaje a Valle Inclán. Un montaje embriagador.


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Fotografía: @Pablo Lorente. 

Video: @David González

Teatro: Teatros del Canal

Dirección: Calle Cea Bermúdez 1

Fechas: Del 4 al 23 de marzo.

De martes a sábados: 19.30 h. Domingos: 18.00 h. Martes 11 y 18 de marzo: 18.00 h

Encuentros con el público: 5, 11 y 18 de marzo, después de la función

Entradas: Desde 9€. PROGRAMA DE MANO

 

FICHA ARTÍSTICA

Elenco: Roberto Enríquez, Nacho Fresneda, Lidia Otón, Ester Bellver, Pablo Rivero Madriñán, Miguel Cubero, José Bustos e Iballa Rodríguez

Dirección y adaptación: Ainhoa Amestoy
Texto: Ramón María del Valle-Inclán

Diseño de escenografía: Tomás Muñoz
Diseño de vestuario: Rosa García Andújar
Diseño de iluminación: Ion Aníbal López (AAI)
Música original y espacio sonoro: David Velasco Bartolomé
Diseño y realización de marionetas: Gerardo & Tony 
Diseño de cartel y fotografías: Sergio Parra
Asesoría de movimiento: Mar Navarro
Dirección técnica: José Miguel Hueso
Regiduría: Carmen Romero

Ayudante de dirección: Alejandro Cavadas
Ayudante diseño de escenografía: Vera Morcillo
Realización de escenografía: Readest
Realización de vestuario: Milagros González Angulo
Diseño gráfico de dossier: Marta Ruifernández
Realización de guía didáctica: Julieta Soria
Estudiante en prácticas: Ada Rivera (Máster Gestión Cultural UCM)

Producción ejecutiva y dirección de producción:  Ainhoa Amestoy, Alejandro de Juanes y Ginés Alberto Sánchez para Estival Producciones
Distribución: Ginés Alberto Sánchez – Meditea Teatro

Una producción de la Comunidad de Madrid para Teatros del Canal

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