Teatro: Se vende. Teatros Luchana

Un piso en venta, una pieza muy jugosa en estos tiempos de especulación, de precios disparados, en el que tener un piso en propiedad parece un lujo al alcance de muy pocos. Pero esta vivienda tan particular viene "con abuela incluida" como se deja bien claro en el cartel que nos presenta la obra. Esta particularidad hace que la venta sea algo más difícil, pero aún así son muchas las personas que lo quieren a cualquier precio. Será por el piso o habrá algo más en él que lo haga tan apetecible? 





Al acceder al teatro nos encontramos con un curioso piso, que nos tiene reservadas muchas sorpresas. Una historia plagada de giros inesperados que nos irán llevando por una historia en la que nadie es lo que parece, y todo lo que se nos plantea de inicio se retuerce de tal manera que no sabemos donde acabaremos. Divertida historia sobre temas de rabiosa actualidad, tocados de refilón para despistarnos y llevarnos por donde la historia lo requiere



Pangea Producciones nace dentro de Meridional Producciones como una línea de producción de teatro independiente. Con la idea de "replantear la propuesta artística admitiendo que no basta con tocar temas interesantes, hay que hacerlos accesibles a un público más amplio. Cuidar más la publicidad y la exhibición. Todo ello con el objetivo de encontrar una nueva mezcla propia de forma y contenido que nos permita llegar a más gente sin perder la cualidad de agitador de ideas que es también una de las esencias de nuestro teatro". Con esta interesante filosofía debutan con esta enérgica comedia escrita y dirigida por Julio Salvatierra, que nos hará pasar un rato divertido, con historias de gran actualidad y personajes de lo más singulares.



En palabras del propio autor "la idea surge por un lado del caso real de un piso que se vendía con su anciana propietaria dentro, con el cual tuve un contacto de primera mano. Y, por otro, de las noticias sobre la subasta judicial del patrimonio de un exgerente municipal de urbanismo (ahora en la cárcel) valorada en 210 millones de euros por él mismo, por lo que muchos suponen que debe haber más escondido en paraísos fiscales. De la paradójica realidad de ambas noticias, surge la idea de una comedid en la que todos fingen, por diversas razones, que finalmente, y tras muchas sorpresas, acaban resumiéndose sólo en una: el dinero".

Salvatierra desmenuza un poco más la obra, yendo un paso más allá y comenta que "en el fondo pretende denunciar la codicia humana individual, que está en la base de muchos comportamientos sociales e institucionales reprobables, como la especulación inmobiliaria y la corrupción. Pretende también denunciar los prejuicios fáciles que nos hacen creer, a veces de forma precipitada, cosas que no son, juzgando apresuradamente al contrario sin percatarnos de nuestras propias incongruencias".



Estamos ante una comedia de enredos, que busca sorprender al espectador con giros inesperados y engancharlo con unos personajes muy interesantes, por sus rarezas, sus manías, y por todo lo que intuimos que oculta cada una de ellas. Cuatro mujeres que actúan de forma extraña, que nos sorprenden en cada escena por lo inesperado de sus acciones, aunque sean totalmente consecuentes en todo momento con lo que buscan, como iremos descubriendo poco a poco. Una comedia de situaciones más o menos cotidianas, con personajes que nos resultan familiares, un historia para reírnos del mundo que nos rodea, de las injusticias que nos persiguen, para burlarnos de nosotros mismos. Pero esta comedia va más allá, con la intención de hacernos pensar sobre lo buenos que somos, sobre nuestra codicia y nuestra ambición. Un montaje que habla de cosas muy serias desde un punto de vista muy cómico, porque todo entra mejor si lo vemos desde la comedia.



Estas cuatro mujeres, tan distintas a priori, nos demostrarán que ciertas cosas son universales, que la ambición no entiende de edades ni de posición social. Carol (Blanca Oteyza) es una ejecutiva a la que le interesa invertir su dinero en pisos, para alquilarlos posteriormente. En su camino se cruza Casilda (Esperanza Elipe), que trabaja en una inmobiliaria y tiene el piso perfecto, si no fuera por el pequeño detalle de que el inmueble se vende con la abuela dentro. Esta abuela es Camila (Enriqueta Carballeira), una adorable viejecita enferma y en silla de ruedas, que necesita vender el piso para poder pagar a Celia (Helena Lanza) la cuidadora inmigrante que vive con ella. Pero esta oportunidad de venta del piso les traerá a todas ellas muchas situaciones con las que no contaban y que hará que la operación se enrede hasta límites insospechados.



Pero en esta comedia de enredo nada es lo que parece. Ni la despiadada ricachona, a la que da vida Oteyza, lo es tanto, ni la dulce anciana es tan encantadora y modosita. Ni siquiera Celia, la sufrida cuidadora, es tan entregada a la causa como parece en un primer momento. Tal vez la divertidísima Casilda, desde su ingenuidad, sea la única que hace las cosas de forma sincera y sin dobles intenciones. Pero en este juego de dobles, incluso triples intenciones, todas querrán sacar beneficio de las situaciones que se van descubriendo. Lo que nos deja claro esta historia es que la codicia humana no tiene límites.



Uno de los puntos fuertes de este montaje es, sin lugar a dudas, las interpretaciones de las cuatro actrices, que nos muestran unos personajes muy diferentes pero muy bien construidos. Blanca Oteyza da vida a una Carol a la que vemos mutar a lo largo de la obra, según vamos conociendo sus verdaderas intenciones, de mujer regia y tranquila pasa a desbocarse cuando se tuercen sus planes. Su contrapunto es Enriqueta Carballeira, que pasa de ser una dulce y enferma anciana, a volver locas a todas sus compañeras con todo lo que hace

Helena Lanza y Esperanza Elipe ponen el lado más alocado a la obra. El papel de Lanza como la tierna y encantadora cuidadora se va volviendo más loco y divertido según avanza la historia, con momentos geniales con la anciana. He dejado para el final a Esperanza Elipe porque me parece el mayor acierto de la obra. Su papel de inocente y desesperada vendedora es genial, haciendo reír al público con cada una de sus intervenciones. Como ocurre con el resto del elenco, su personaje se va poniendo cada vez más nervioso según avanza la obra, lo que lleva a altos niveles de comedia, en los que Elipe se mueve como pez en el agua.



En un montaje de esta índole está todo medido para que la acción se centre en las actrices, dejando que la escenografía pase desapercibida, hasta el momento en el que se convierte en protagonista. El Espacio escénico creado por Pangea Producciones nos traslada a cualquier salón de un piso de ciudad, en el que se desarrolla toda la acción de la obra. Las luces diseñadas por Luis Perdiguero nos permiten transitar entre el interior y el exterior de la vivienda, dando a un lateral de la escena una textura diferente. El vestuario, que nos da más de una sorpresa (sobre todo al final) ha sido creado por Lupe Valero, mientras que la música original es una creación de Mariano Marín.


 

Una comedia desternillante, irónica y llena de sorpresas sobre el sector inmobiliario y, por añadidura, de la codicia humana. La obra nos hace reflexionar sobre lo que haríamos nosotros ante todo lo que ocurre en escena, siempre con situaciones divertidas, para tratar de manera más ligera temas realmente importante. Una entretenida historia para pasar una buena velada y llevarte preguntas al salir del teatro, sobre cómo actuaríamos cada uno en esta situación.
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Se vende
Teatro: Luchana
Dirección: Calle Luchana 38
Fechas: Domingos a las 18:30. 
Entradas: Desde 14€ en teatrosluchanaatrapalo, ticketea. Del 03 de Marzo al 14 de Abril.


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