El
derecho de la mujer a decidir, sobre sus vidas y sus cuerpos. Que esto genere
hoy en día un tema de debate parece del todo agraviante, pero lo cierto es que
seguimos en la misma tesitura que hace años, en la misma lucha y conquistando
derechos a pequeños pasos.
El Espacio
de creación teatral Guindalera ha hilado esta pieza con mimo, con la sororidad
y la empatía de los que saben que el cambio se produce en común, sin
diferencias, ni desigualdades, desde abajo, con el debate, el análisis, la contraposición
de ideas y la creatividad de aquellos que tienen alas para imaginar una nueva
concepción de las cosas, del arte y la cultura.
Con Espacio Guindalera siempre viene a la cabeza aquello que decía Eduardo Galeano y ahora que finaliza un ciclo me atrevo a citar “Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo” y es este un espacio honesto, fiel a una idea y a una forma íntegra de hacer las cosas.
En
este caso, han abierto al público en funciones previas el estado del montaje
teatral del 26 al 30 de octubre. Pero les iremos recordando que es el 29 de
noviembre el estreno oficial.
Juan
Pastor versiona y dirige Yerma, una de las tres obras de la trilogía lorquiana
que se desarrollan en un entorno rural. Parece haberla interiorizado de tal
modo que nos invita a transitar con él las aguas mas nebulosas del ser humano,
ha sabido acercar a la actualidad al Lorca mas íntimo. Un pasado tan cercano
que casi hemos podido tocar con las manos y es que hablar de este director son
palabras mayores toda una vida dedicada al arte con una integridad
sobresaliente y fuera de lo común, llevando a escena a Calderón de la Barca
pero también a Shakespeare o Brech, han sido tantos los retos. Teatros grandes o
pequeños vistos como espacios desde los que construir, desde los que hablar con
el público de manera sensata e inteligente, tratando a las personas como seres
críticos, al equipo y al patio de butacas. Algo tan loable y admirable que
no tenemos por mas que agradecer, ya que todo esto de lo que les hablamos no es
la pauta habitual en estos días de ruido.
Por
nuestra parte, en este caso no hemos tratado de ver las diferencias o todo
aquello que hemos conquistado, se trata de algo mas profundo, de elementos tan
arraigados a nuestra cultura que esta Yerma, se sitúa en un pueblo de cualquier
parte de España o del mundo...porque Yerma es mucho mas que una mujer que no
puede servir a su función reproductora. Yerma son las lágrimas de aquellas
mujeres a las que han obligado a ser madres, Yerma es la presión social, es la
satanización del deseo sexual de la mujer, Yerma son los roles de género, Yerma
es el grito de cualquier mujer por no poder ser ella misma y porque ser madre,
se constata indefectiblemente en el deseo de querer serlo.
Se
lo contamos:
No
hay cosa más hermosa en este mundo que proporcionar vida. La maternidad es algo
maravilloso. Pero más allá del puro instinto, ¿existen condicionamientos
sociales para desempeñar ese rol, el de madre, en nuestra sociedad actual? En
la sociedad de nuestros abuelos, la mujer casada debía ser madre por imperativo
social. Su rol estaba totalmente restringido a esa función y las relaciones
entre géneros era consecuencia de esa función. Su única obligación social era
tener hijos y cuidarlos. Yerma acepta esas normas, pero sufre sus
consecuencias. ¿Parte de nuestra sociedad está condicionada por aquél tiempo?
¿Imperativo social, instinto? . Son las preguntas que se hace Pastor al
afrontar esta obra, respetando palabra por palabra el texto original, pero planteándolo
desde un punto de vista del todo actual
Pastor
se acompaña de un elenco que brilla en escena, una sublime interpretación
nacida del trabajo y el análisis del texto y del contexto. Actores y actrices
que hacen suyo cada personaje que representan, con la mirada puesta en el
pasado y el pensamiento en el futuro. María Pastor interpreta a Yerma, la
actriz se mueve en escena a menudo asustada, abnegada, rebelde, con rabia, odio
y desdén a la vez, en definitiva con la fuerza que se rebela contra una condición
impuesta, con el que desea el cambio de lo imposible y en imposible queda. Una
meritoria interpretación con cambios de registro que nos mantendrán expectantes
en cada paso, en su relación con cada persona con la que se va topando. Su
mirada desoladora, una coreografía desgarradora que pareciera camino de la muerte del alma y
las entrañas, es como si al finalizar la función hubiésemos conocido a una
Yerma joven y con ilusiones, a ver a una anciana que se quiere dejar morir. Con
su físico nos venía a la cabeza constante La
soledad de Edvard Munch, y mientras
tanto Saturno devorando a su hijo de
Goya cuando su dolor se iba haciendo mas nuestro.
Juan,
un marido preso también en una cárcel de roles, interpretado por José Carrasco,
no quiere a su esposa o la quiere a su manera quizá, como aquel hombre rudo, de
campo , que no tiene por mas que proveer de lo mejor que tiene a su mujer, en
definitiva alimento y casa. Carrasco representa a la perfección a ese hombre de
talante impertérrito, sin muestras de afecto, dolor o empatía, un alma que
pareciera hierática y que nos hará empatizar mas si cabe con Yerma. José
Bustos ayudante de dirección, a su vez interpreta a Víctor, el foco de las
pocas pasiones sexuales que le quedan a Yerma, pero que nunca concluirán en nada, valores sociales están por encima de su deseo, el actor se mueve correcto en escena en
un necesario y generoso segundo plano en sus conversaciones con Yerma, un equilibrio sensato frente a las frustraciones de ella.
Alicia
González, Raquel Pardos y Marina Andina darán vida a las tres mujeres que
forman parte de la vida de Yerma y con las que se irá encontrando a lo largo de
su historia, cotillas, alcahuetas, curanderas, meticonas, maravillosas en un todo corifeo que dará
solidez al papel protagonista acompañándola en cada cambio de registro haciendo
a Pastor cada vez mas grande y a Yerma, cada vez mas sola, cada vez mas nada. Una
coreografía de movimientos, donde la energía se mueve constante, convirtiendo a
Yerma en un vórtice mas que en una interlocutora, las tres actrices transmiten
en el hecho teatral que relacionarse con Yerma no es únicamente hablarle a una
mujer.
El
trabajo de Pedro Ojesto en la creación de la música original junto a Miguel Tubía en asesoría de canto del montaje
supone un elemento que se convierte en imprescindible en la función. Arnold
Taraborrelli y Carmen Vélez son los asesores de movimiento que junto al trabajo
de vestuario y escenografía de la mano
de Teresa Valentin-Gamazo completan una obra impecable.
Una
obra que nos hará maravillarnos como pocas veces. Un diez de principio a fin. Íntegramente recomendable.
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Nos
hemos permitido que esta crítica tenga un añadido. Les dejamos una entrevista a
María Pastor y José Bustos, en defensa de cultura, del arte , un alegato a la creación, a la dignidad
artística, una maravillosa entrevista que con motivo del cierre de Guindalera
el próximo 22 de diciembre, no podíamos dejar de mostrarles.
Yerma.
Teatro: Espacio Guindalera
Dirección: Calle de Martínez Izquierdo, 20,
Fechas: 29 de noviembre al 22 de diciembre de 2019
Entradas: Desde 14 €. Viernes y sábados: 20:30h. Domingos: 19:00h
Fechas: 29 de noviembre al 22 de diciembre de 2019
Entradas: Desde 14 €. Viernes y sábados: 20:30h. Domingos: 19:00h
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