La
imaginería de los cuentos, aquellos en los que podíamos volar hacía otros
mundos, sumergirnos e imaginar otras realidades, la Compañía Trece Gatos nos ha
invitado a volver a soñar a ver la historia desde arístas diferentes a las
habituales. Un texto clásico que versionado no nos pudo sorprender mas
gratamente.
Carlos
Manzanares Moure toma las riendas a cargo de la dirección de una arriesgada
puesta en escena, ha conjugado elementos generando un vórtice, poesía, baile, el
mundo de los símbolos, el modernismo, una Granada convertida en universal, porque
en definitiva, un cuento no entiende de muros ni de fronteras y Manzanares lo
ha utilizado para hablar de la tragedia de la soltería española, la presión
hacia las mujeres y las barreras impuestas. Un trabajo mas que plausible por
parte del director, que supo sin duda entender el texto, pero mas aun hacerlo
suyo y ser capaz de contarlo a su manera, a la que sigue.
En
un primer momento recordamos a “Charlie y la fábrica de chocolate” de Tim
Burton, características góticas, cabellos cardados electrizantes, pero
enseguida entendimos que aquello iba mucho mas allá, un juego de máscaras mas
que un simple maquillaje y caracterización y nos vino a la cabeza entonces Lindsey Kemp, el gesto, el clown , el mimo en definitiva la parte mas esencial de nosotros mismos, entendiendo así que el bello trasfondo, la inteligencia, el buen gusto y la emoción
iban a conjugarse generando un todo. Un cuento en el sentido mas amplio de la
palabra.
Si
hay un autor que ha descrito con gran realismo la existencia silenciosa de las
mujeres, sus deseos reprimidos, la vida sin ilusiones, sin esperanza, ese es
García Lorca. Las mujeres han sido siempre las grandes protagonistas de su
obra, Mariana Pineda, La casa de Bernarda Alba, Yerma...
La
mujer que nos describe Lorca es la de una persona "encerrada" en su
casa, una casa que para su desgracia se convierte en el único eje de su vida.
Encorsetada en tradiciones y conceptos ancestrales como el honor, la sumisión
al hombre, la castidad. Pero a la vez una mujer que lucha contra sus vecinos,
contra la sociedad, contra su familia y sobre todo contra ella misma por ser
libre y feliz.
Doña Rosita la soltera fue estrenada
el 13 de diciembre de 1935 en Barcelona por la compañía teatral de Margarita
Xirgu. Siendo la última obra de teatro estrenada en vida de su autor.
La compañía Trece Gatos la presenta
actualmente en el Teatro Arlequín. Conocida también por el sobrenombre El
lenguaje de las flores es una obra que aun con una trama más sencilla sigue tratando con genialidad las distintas
caras de la condición humana el amor, la envidia, la humillación, el
engaño...
La obra tiene la estructura clásica
en tres actos donde se nos cuenta la vida de Rosita una joven "en edad de
casarse" que vive con sus tíos en Granada, en una gran casa llena de flores que su tío
se encarga de cuidar con gran esmero y entusiasmo. En esta primera parte
aparece - muy brevemente- un primo de Rosita. Ambos están enamorados y hacen
planes de boda, pero él debe partir para encargarse de los negocios familiares.
Antes de marchar promete amor eterno a Rosita y que en breve vendrá a buscarla
para casarse con ella. Por su parte Rosita promete que le esperará todo el
tiempo que sea necesario. Mientras tanto, un
narrador mecido entre la musicalidad en escena, con esas rosas que simbolizan el
paso del tiempo, aquel que ya no volverá pero que inexorablemente va haciendo
mella en todos y cada uno de los personajes.
La parte principal de la obra
transcurre entre la espera de Rosita a que su prometido vuelva y la recepción
de las cartas de amor que éste le envía, cada vez más espaciadas en el tiempo. Llega
un momento en que le propone que se casen por poderes, lo que provoca que
Rosita por un momento recupere la ilusión perdida. No obstante la carta donde
le debe enviar los papeles y explicarle los pasos para la boda nunca llega.
Rosita va de decepción en decepción y aunque su vida se desarrolla entre la
tristeza y la amargura, disimula para no preocupar a sus tíos.
En el desenlace - muchos años
después- mientras preparan la mudanza a una casa más humilde, mudanza que
realizan de noche para que nadie la vea, Rosita rompe el silencio que la ha
tenido presa durante todo este tiempo y le confiesa a su tía que siempre supo
que su prometido no volvería jamás, que se había ido para no volver.
El
patio de butacas forma parte ya, de este clásico hecho cuento y sabemos que la
lastima será el peor aliado para Rosita, presa de una vejez latente que la
envuelve el alma , y le acaricia la tez y el cuerpo de esa juventud que se fue.
La desesperanza, la abulia y lo que ya únicamente son recuerdos pesa mas
que cualquier carga. Una sociedad que oprime,
una presión social que no deja ser libre y en escena el humo que lo cubre
todo y todos somos presos de una vida que es efímera, como la vida de las rosas,
la "rosa mutabile" que con tanto esmero y dedicación cultivaba su
tío.
La historia de Rosita parte de un hecho real
que le sucedió a Clotilde prima de Lorca. Su prometido - que era también su
primo- se tuvo que ir a Tucumán (Argentina) donde se casó con otra mujer.
Clotilde lo esperó durante muchos años, pero la espera fue en vano.
Una
obra que pese a la sencillez del texto conlleva una enorme complejidad de
papeles y personajes. Un elenco que llena todos y cada uno de los espacios del
escenario, ya sea cuando sólo aparecen Rosita y su tía, como en el momento de
mayor presencia con hasta 16 actores en
escena con una enorme complicidad y unos impagables diálogos.
En definitiva una obra que no nos
podemos perder para entender el teatro y la sociedad de principios del siglo
pasado. Para entender de dónde venimos y lo mucho que aún queda por hacer en la
lucha por desterrar ciertos convencionalismos sociales que sorprendentemente
todavía viven entre nosotros.
Carmen
Valero interpreta a Rosita. Es el personaje principal de la obra y el que le da
título. Rosita espera con paciencia infinita el momento de su boda y transmite
los distintos estados de ánimo por los que pasa con gran intensidad.
Raquel
León es el Ama. Es sin duda el personaje con más giros en la obra. Los
principales momentos de humor son generados por ella. Como decía con unos
registros muy distintos y todos sobresalientes, su sencillez, su bondad, su
comprensión, su ternura.
La
tía de Rosita es Ángeles Laguna, una persona exigente, con una entrañable
relación con su hermano que sufre en silencio los problemas sentimentales de su
sobrina. Una sobrina que es como su hija ya que la crió ella.
Personajes
caricaturescos, extravagantes, singulares de lo que hemos destacado a los 3
principales por ser el centro sobre el que gira la obra. Actores de excepción
con meritorias interpretaciones, completan un elenco en una versión
maravillosamente carismática: José
Mora, Elena Sanz, Elisa Martí, Luna Bermejo, Elsa Valera, Gonzalo Rus, Pablo
González, Remedios Darkin, Silvia Otegui, María Sierra, Sonia Rigueras, Irene
de Burgos y Claudia Zapata.
Singularmente
recomendable.
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Doña Rosita la soltera o el lenguaje de
las flores
Teatro:
Arlequín
Dirección:
Calle de San Bernardo 5
Fechas: Domingos hasta el 26 de enero a las 20.00h
Entradas:
Desde 10 € en Teatro Arlequín y Atrapalo.
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